Ignacio se levantó ese día con
un sabor dulce en la boca: había vuelto a las pistas, generando desórdenes en
pleno centro de Santiago y con toque de queda adportas. No, no era militante de
ningún partido político ni movimiento revolucionario, pero era miembro de una
barra brava del fútbol, y gracias al Estadio Seguro, se había quedado con las
ganas de tirar bombas de ruido y petardos hace mucho rato. Aún no se explicaba
para qué Martín le había pedido ayuda con esto, y mientras le seguía buscando
una justificación, recibe una llamada telefónica que lo deja marcando ocupado.
M01: Ignacio, ¿estás por ahí?
I04: (con voz aún dormida) sí,
levantándome…
M01: (preocupado) ¿te
desperté?
I04: (levantándose de la cama
y tratando de despertar la cara) no, pero estaba en proceso. Cuéntame, ¿para
qué me llamaste anoche y me pediste eso?
M01: voy a necesitar tu ayuda
ahora. Te acuerdas que me preguntaste sobre qué estaba haciendo, que porqué
tanto secreto. Bueno, te quiero contar, pero por teléfono es difícil. ¿Nos
podemos juntar?
I04: obvio, ven a almorzar a
mi casa si quieres.
M01: no tengo mucho tiempo,
¿podemos juntarnos en el centro?
I04: ¿te tinca en el Burger
King de La Moneda?
M01: ok, allá estaré. A las 1
de la tarde me aparezco por allá.
I04: listo, ¿algún encargo?
M01: sólo que tengas harta
paciencia. Es largo lo que hay que explicar.
Martín e Ignacio se reúnen en
el lugar y hora acordados. Ignacio lo invita a comerse un Whopper, aunque él
sólo acepta llevarse una ensalada. En el segundo piso del local, en un rincón, se
instalan y Martín le comenta toda su ocupación.
M01: mira Nacho, te tengo que
contar en qué estoy metido
I04: dale, no sé por qué me
tinca que es algo medio turbio, no me digai que eres narco
M01: (lo mira y le da un
ataque de risa) no, no, no, nada que ver con eso
I04: entonces, ¿de qué se
trata?
M01: mira, hace unos años
empecé a investigar datos, información que logré sustraer de distintas
reparticiones públicas y grandes grupos económicos, partí por hobby, para poner
a prueba sus sistemas de seguridad informática y mi capacidad de burlarlos.
Luego, caché que habían cosas raras en todo esto
I04: (interesado) ¿cómo
cuáles?
M01: que hay intereses comunes
entre muchos personajes de poder, como que trabajaban para alguien más, y
buscando algo más.
I04: (extrañado) ¿cómo qué
cosas?
M01: ¿cachai la historia de la
Mata Hari? Era una agente secreta en la época de las guerras mundiales, pero
que daba información para ambos lados. Acá es algo parecido, dicen que trabajan
por quién les contrata, ya sea el Gobierno o una empresa X, pero en realidad,
trabajan para un grupo de poder secreto
I04: (le da un ataque de risa)
bueeeena poh, Salfate.
M01: (lo mira fijo) nada que
ver con ese pelao coquero. Hay muchas coincidencias entre esta gente. ¿Supiste
lo del atentado en el Metro?
I04: ah, dicen que fueron
subversivos o anarcos, pero yo no creo nah eso
M01: ya, nosotros tenemos
pruebas de que esta gente estuvo metida en eso
I04: (la cara de impresión no
se la quitan con nada) ¿y cómo?
M01: varias cosas que no
calzan, como que pusieron explosivos de uso militar, que fue en un tren con
fallas que iba en vacío, que entró cambiando andén donde no debe. Iba todo
fríamente calculado. Pero no podemos ordenar nada aún.
I04: ¿y sabís algo del milico
que raptaron en el rally?
M01: mmm, algo, pero tampoco
mucho. Lo mismo que dicen en la tele
I04: porque yo sí cacho quién
es
M01: (se sorprende con esta
confesión) ¿y nos podrías ayudar?
I04: tú me citaste para
contarme en qué estabas metido, yo te pedí la otra vez que me incluyeras en tus
planes. Y, según lo que me cuentas, esto se ve súper interesante, además me
hace falta algo de acción. Es entretenido jugar al espía.
M01: (se molesta un poco) pero
esto no es un juego, hay vidas humanas en riesgo
I04: (dándose cuenta del
error) ok, ok, pero explícame una cosa, ¿para qué querías que pusiera esas
bombas de ruido el otro día? ¿tiene que ver con el tipo que se metió al Metro?
M01: mmm, sí. Era un agente
nuestro que había entrado con la ayuda de un funcionario a tomar muestras e
imágenes del lugar del atentado. El problema fue que estaba lleno de soldados
conscriptos haciendo guardia, por eso necesitábamos distraerlos.
I04: (orgulloso) ¿y sirvió?
M01: bastante, el problema es
que a este amigo de nuestro agente lo secuestraron. Lo declararon muerto y
entregaron un ataúd vacío a la familia. Tememos que lo torturen para sacarle
información de la operación o de cómo funciona el metro.
I04: (preocupado) guau. Es
heavy lo que me cuentas. ¿Tan mala es esta gente?
M01: deberías saber que muchas
personas, por algo de poder, se vuelven locas, incluso al punto de creerse en
un tablero de ajedrez y con el derecho de mandar a sus peones a la muerte. Algo
así pasa acá.
I04: ¿y en qué puedo ayudar
yo? Hay que parar a estos tipos como sea.
M01: soy de la misma idea, y
tú manejas algo de información que podemos utilizar para atraparlos. ¿Dijiste
que conocías al teniente que andaba extraviado?
I04: ¿Ramírez? Sí, fue mi
compañero en el colegio. En toda la enseñanza media. Es un tipo re tranquilo,
pero parece que el Ejército lo dejó medio loco. La última vez que lo vi se
creía Rambo.
M01: ja ja ja, ¿Rambo?
I04: sí, pero era buena onda
el tipo.
M01: ok, cualquier cosa, me
llamas de inmediato. Necesito que me consigas información de en qué regimiento
estaba, cuál era su labor allá, tal vez algún nexo tenga su secuestro con los
explosivos del atentado. Si no, es mucha coincidencia.
I04: ya, yo te averiguo.
Salen del Burger King, se
despiden en la puerta, ambos con rumbo desconocido e Ignacio camina por Lord
Cochrane en dirección al sur. Le toca hacer clases en la tarde. Es profesor de
educación física, y a su cargo tiene un grupo de alumnos en un gimnasio, a los
que asesora con planes de entrenamiento y esas cosas.
Ese día al gimnasio llegó un
grupo de alumnos bien particular: eran conscriptos destinados a la custodia de
las estaciones del Metro. Los mandaron con el fin de que se mantuvieran en
forma, sobre todo luego de la intromisión de un extraño en los túneles donde
ocurrió el atentado.
Ignacio los atendió como a
cualquier alumno de su gimnasio, aunque se dio el trabajo de escuchar todas sus
conversaciones, a ver si lograba averiguar algo de utilidad.
Soldado 3 (SO3): oye, ¿y qué
se ha sabido de mi teniente Ramírez?
Soldado 4 (SO4): nada poh,
sigue perdido en el norte
SO3: ¿y quién lo habrá
raptado?
SO4: algún comunista supongo,
como mi teniente era seco, seguramente lo querían para que los entrenaran, o
les contara donde tienen guardadas las municiones de guerra, como cuando estaba
mi General (Pinochet)
SO3: si poh, si él estaba a
cargo de esa weá.
SO4: no sé por qué si él es
infante, lo tenían metido en la parte logística. Medio desperdicio para todos
los cursos que tiene.
Ignacio quedó parado un rato,
hasta que los conscriptos le llamaron la atención y volvió al entrenamiento.
Entre fierros y máquinas
siguió la clase, Ignacio no tenía idea ni de grados ni cursos ni armas ni nada
relacionado con la vida militar, pero quedó metido con eso de “Medio
desperdicio para todos los cursos que tiene”. En un descanso, los conscriptos
pescan su celular y revisan sus perfiles de Facebook, publicando que están
entrenando. Y aún peor, no falta el que se saca una selfie con una mancuerna y
la sube a Instagram. En eso, a Ignacio se le ocurre una idea. Pesca el celular
y llama a Martín.
I04: ¿Martín?
M01: dime Nacho
I04: ¿tú cachai de weás
militares, de grados y esas cosas?
M01: algo, pero para eso
existe Google.
I04: que me llegaron unos
alumnos que son milicos y conocen al que anda perdido en el norte.
M01: (sorprendido con la información)
¿y supiste algo?
I04: es que no cacho mucho,
pero hablaron de que “era un desperdicio” donde estaba asignado
M01: (se pregunta) ¿cómo eso?
I04: eso poh, textual “es que
es infante y lo tenían metido en logística, un desperdicio”… ¿cachai qué significa?
M01: mmm, ¿cómo te explico?
I04: weón, ni siquiera hice el
servicio.
M01: es como que te contraten
de carnicero en un supermercado y te tengan a cargo del inventario de las
longanizas. A grandes rasgos, eso.
I04: igual charcha. ¿Y puede
servirnos de algo esta información?
M01: hay que colocar las
piezas en el lugar correcto. Algo me dice que estamos cerca de una pista que
buscamos hace rato, pero falta escarbar un poco más.
I04: dale, yo te averiguo algo
más (corta)
Ignacio siguió a cargo del
entrenamiento de los conscriptos. Cada serie de ejercicios era interrumpida por
alguna sesión de selfies que se sacaban, lo que ya tenía algo aburrido a
Ignacio.
I04: (molesto) si van a puro
sacarse fotos, perfectamente podrían hacerlo afuera
SO3: (se altera) oiga, usted
no sabe con quién está hablando
I04: (se lo pasa por cierta
parte) con un conscripto que lo mandaron a cuidar que no quede la cagá afuera
SO4: (calma a su camarada) ya,
no te enojís, si el loco acá tiene razón
I04: (baja las revoluciones)
obvio, o vienen a entrenar, o vienen a lucirse, pero no las dos cosas, no me
hagan perder mi tiempo por favor
SO4: ok, listo, no hay dramas
I04: (cambia el tema) oigan,
ustedes de qué regimiento son?
SO3: del de Arsenales de
Guerra
SO4: si, pero nos destinaron a
cuidar el metro estos días
SO3: ¿por qué pregunta?
I04: no, pura curiosidad
A los minutos termina el
entrenamiento, al final, los soldados se van en la mejor onda con el profesor.
Cuando ellos salen, Ignacio pesca el teléfono y llama a Martín.
I04: oye, te averigüé algo más
M01: ¿qué pasó?
I04: son del regimiento de
Arsenales de Guerra. ¿Te dice algo esa información?
M01: mmm, si Ramírez estaba
destinado allá… tengo mis sospechas, pero no quiero confirmar nada aún hasta no
tener información más concreta
I04: oye, que son buenos para
lucirse en las redes estos cabros.
M01: se creen futbolistas
parece (se le ocurre una idea), oye, ¿tú tienes Facebook?
I04: sí, ¿por?
M01: ¿por casualidad no tienes
de contacto a Ramírez? Ya que fueron compañeros en el colegio.
I04: sí, creo, pero no publica
mucho en su Facebook. Como que es muy piola
M01: puede que Facebook no,
pero Instagram… Instagram es un festival de gente egocéntrica tapado en
hashtags y filtros.
I04: ¿y cómo? Yo no tengo esa
cosa. Nunca le he encontrado la novedad.
M01: Facebook e Instagram son
de los mismos dueños. Y muchos conectan sus cuentas sin notarlo. Nos
aprovecharemos de eso para investigar.
I04: ¿y qué hago yo por
mientras?
M01: si vuelven los
conscriptos por tu lado, sacarles más información. Me tinca que por ahí
podremos encontrar el hilo que nos falta para ordenar las pruebas que tenemos.
Con el paso de los días,
Martín mantuvo contacto con Ignacio, y los soldados siguieron entrenando y
asistiendo al gimnasio. Empezaron a entablar conversación, a contar cosas sobre
la vida de los regimientos, y sobre el acontecer nacional de ese entonces. Por
otro lado, Antonio vivía en el cuartel de Martín, redactando e intentando
juntar los hechos: un cambio de andén, una bomba, un secuestro, mejor dicho,
DOS secuestros, un ataúd vacío, una persecución en micro por la capital.
Demasiados hechos inconexos que parecieran tener relación entre sí, y su
trabajo, era armar una historia con ellos. Pero le faltaban más antecedentes.
Uno de esos días, Ignacio le entrega un dato fundamental a Martín, obtenido de
la conversación con los conscriptos.
I04: oigan, ¿y hace cuánto
están en Santiago?
SO3: hace algunos días, unos
días antes del atentado nos pidieron trasladar algunos pertrechos.
I04: ¿pertrechos? ¿cómo
cuáles?
SO4: (lo desvía del tema) no,
esa es información reservada de la institución
I04: (intentando llevar él la
conversación) sí, pero llegó a Santiago. ¿Y a qué parte?
SO3: (se hace el loco) no
tengo idea, nos pidieron escoltar los camiones que los traían hasta la Ruta 68,
pero nada más.
I04: mmm, piola igual
SO3: era material peligroso,
parece que lo iban a usar para unas tronaduras
I04: ¿tronaduras? ¿en
Santiago?
SO4: sí, pero no sabíamos
nada. Nos dijeron eso no más.
Los días pasaron y el contacto
entre los militares y el profesor de educación física no se perdía. Ya les
conocía sus vidas al revés y al derecho: uno llegó a hacer el Servicio Militar
desde Frutillar y el otro desde Puerto Montt. Ambos de familias humildes, y
ambos pensaban hacer carrera adentro de la institución. Ya se encontraban
postulando para la Escuela de Suboficiales, aunque aún no sabían como iban con
ese proceso. Ignacio les ofreció asesoría para las pruebas físicas, cuando
acabara todo esto. Gracias a estos datos, hablando con Martín, se consiguieron
las cuentas de Facebook de los conscriptos y así, tratar de construir la
historia. Un día, Ignacio recibe una llamada telefónica.
M01: te tengo noticias
I04: ¿sí?
M01: a través de tu cuenta de
Facebook dimos con los datos del teniente Arturo Ramírez. Infante, boina negra,
comando… y destinado a Arsenales de Guerra en castigo.
I04: ¿what?
M01: ¿recuerdas la analogía de
la carnicería y el contar longanizas? Acá nos enteramos de todo: tuvo
discusiones con sus superiores y fue enviado, con viento fresco, de vuelta a
Santiago, y a hacerse cargo del inventario de los arsenales. Una soberana lata
para todos los cursos, especializaciones, etc., que hizo en su carrera.
I04: ¿y se sabe por qué?
M01: no, nada. Oye, supe que
estás haciendo amistad con los conscriptos que van a tu gimnasio.
I04: sí, son buenos cabros al
final, súper ilusionados con el uniforme y todo, así que me ofrecí a ayudarlos
con su postulación a la Escuela de Suboficiales.
M01: ¿y has podido sacarles
información?
I04: no mucha, igual como que
quieren contar algo, pero no se atreven.
M01: ¿y?
I04: algo me hablaron de unos
pertrechos, que trasladaron a Santiago, pero no quieren contar más.
M01: ¿qué tipo de pertrechos?
I04: no quieren decirlo, sólo
mencionaron que eran “elementos peligrosos”.
M01: mmm, algo hay ahí.
I04: ah! (recordando algo),
hablaron de unas tronaduras
M01: ¿tronaduras?
I04: yo me sorprendí igual que
tú
M01: déjame investigar un par
de cosas y te aviso. Hay algo en el Facebook del teniente Ramírez que me quedó
dando vueltas. Deja revisar bien y luego te llamo.
I04: espero tu llamado.
En el cuartel, Antonio
revisaba y revisaba perfiles de Facebook, como buscando una información
puntual.
A03: mmm, mira, encontré algo
más que pura información genérica de Ramírez
M01: ¿qué cosa?
A03: mira, como que el tipo
posteaba cosas sueltas, no decía mucho, no sé si por miedo o por falta de
tiempo, pero sólo tiraba mensajes y posteaba en muros ajenos.
M01: ¿y hay algo interesante
ahí?
A03: aparte de su destinación
forzosa a Santiago, la que no sabemos por qué, aparece etiquetado en algunas
fotos con conscriptos.
M01: ¿y?
A03: por esa vía di con su
cuenta de Instagram. Sí, también tenía Instagram. Y sí, también posteaba
huevadas tapadas en hashtags y filtros de mierda.
M01: (se emociona) son todos
iguales, más estrellas, menos estrellas, todos iguales.
A03: extrañamente, sus fotos
con uniforme están todas en Instagram, nada en Facebook.
M01: nada raro, le temen al
área de Inteligencia, que revisa fotos y puede hacer caer sanciones.
A03: pero las suben acá, e
igual se puede acceder, e incluso más fácil que al Facebook. Con decirte que ni
siquiera tenía su cuenta con candado.
M01: dentro de estas fotos,
¿encontraste algo?
A03: sí, a algunos de sus
soldados del Regimiento. Y, lo que más te puede sorprender, fotos de estos
soldados en la “misión secreta”. ¿Estás preparado?
M01: ¿por?
A03: parece que encontramos
parte de la pieza que buscábamos
M01: ¿cómo?
A03: (da vuelta su notebook y
muestra unas fotos en la pantalla) se sacaron fotos en los talleres del Metro
en Lo Prado, con uniforme, y más encima, con unas cajas de explosivos atrás.
Como agentes secretos, se mueren de hambre.
M01: (sorprendido) ¿qué
mierda? (le quita el computador para mirar las fotos más de cerca y no sabe si
reír o enojarse) es que…
A03: ¿tronaduras? ¿hacer
explotar un vagón son tronaduras?
M01: (en tono burlón) esta
tontera de las selfies puede acabar con el planeta Tierra. (toma el teléfono y
llama a Ignacio)
I04: ¿aló?
M01: Martín por acá,
necesitamos reunirnos urgente. Te tengo una misión más interesante.
I04: pero, ¿te sirvió la
información que te di?
M01: supieras cuánto. Pero
necesito darte una tarea, algo peligrosa, pero entretenida. Necesito que nos
juntemos lo antes posible.
I04: en media hora más donde
siempre
M01: ahí estaré (corta)
A03: respaldaré toda esta
información, me parece extraño que, con el control mediático e informático no
hayan borrado aún todas estas imágenes. Son demasiado burdas
M01: entonces, tu teoría es…
A03: fácil, que necesitaban a
Ramírez para sacar explosivos desde el regimiento y meterlos al metro. La duda
es sí a Ramírez lo querían para que les diera información de cómo hacerlo o, lo
que puedo sospechar, que querían sacarlo del camino para hacer el trabajo más
fácil. El tema es que, para aclararnos esto, necesitamos encontrar al mismo
teniente.
M01: (preocupado) si es que
está vivo, claro.
A03: yo creo que sí, vivito y
coleando. Es un objetivo más rentable vivo que muerto, por la clase de
información sensible que maneja
M01: el tema es que Ramírez
estaba corriendo el Dakar, así que mucha información sobre su lugar de
destinación no creo que haya manejado en ese momento.
A03: ah, sobre eso, encontré
otra cosa interesante: estuvo durante meses buscando financiamiento para su
participación, en la institución sólo le dieron el apoyo moral, pero nada para
solventar su ruta. Mágicamente, de un día para otro, apareció un anónimo
benefactor que le dio de todo, incluso, le ayudó a conseguir un cupo en la
carrera. Toda información obtenida gracias a su Facebook.
M01: entonces, sospechas que…
(mira la hora), me tengo que ir, tengo que juntarme con Ignacio para ver los
pasos a seguir
A03: ¿cuál es tu idea?
M01: meternos de nuevo al
Metro, pero a buscar otra evidencia.
A03: (se asusta) ¿estás loco?
Por poco me matan al intentar meterme.
M01: ¿se te ocurre otra idea?
(sale de la oficina con rumbo desconocido)