martes, 22 de septiembre de 2015

1x05: El cambiazo

Ignacio logró conseguirse la casa de su primo: el arriendo le costó dos six pack de cerveza. Martín y él se trasladaron al día siguiente a este departamento, que justo estaba ubicado en avenida Dorsal, frente al acceso principal de los talleres de Neptuno. Allí se turnaron para espiar y aprenderse la rutina de la guardia del recinto: en cuatro días lograron aprenderse esta rutina de memoria. En el intertanto, Antonio seguía en el cuartel, resguardado, tratando de conciliar el sueño y sintiéndose inútil. Estaba su vida en peligro, pero estaba ávido de volver a las pistas. Más con Valentina afuera, corriendo riesgos, ya que la policía estaba detrás de sus pasos. No hallaba la hora de llevársela lejos y empezar todo desde cero más tranquilos. Estaba en esto, cuando una llamada interrumpió su reflexión:
M01: ¿Antonio, estás ahí?
A03: sí, ¿qué ocurrió?
M01: ya nos aprendimos toda la rutina de los guardias y sus horarios, por lo cual, estamos buscando el mejor momento para entrar allí
A03: estoy aburrido en la casa
M01: (irritado) paciencia, se viene mucho movimiento, pero debes estar seguro por ahora, ya que tendrás un rol fundamental en lo que viene
A03: (aburrido) quiero rescatar a Valentina
M01: no te preocupes, ella está segura por ahora. Y más adelante se nos va a sumar, maneja mucha información y puede ser un blanco rentable para la policía y la Organización
A03: llámame cuando pase algo interesante
M01: de todas maneras, y, aunque no creas, eso ocurrirá pronto.
A03: gracias y cuídense (corta)
En la casa de Lo Prado, Ignacio, con unos binoculares, estaba mirando hacia la guardia, mientras Martín, con su computador, revisando datos y armando el plan. Estaban en eso, cuando Ignacio recibe una llamada de uno de los conscriptos
SO3: (susurrando) ¿aló profe?
I04: hola Araneda, ¿cómo estás?
SO3: cortito profe, que no tengo mucho tiempo. Silva no me quita un ojo de encima, teme que yo abra la boca y lo delate, pero no soy de esa onda
I04: no te preocupes, pero estás bien?
SO3: sí, todo normal, pero hay que estar atento
I04: ¿dónde te tienen?
SO3: no le puedo decir, porque me están vigilando, pero estoy en un sitio donde puedo sacar harta información... (siente un grito) tengo que cortar, me están llamando, hasta luego profe (corta)
I04: (con el teléfono en la mano) Araneda está adentro del taller.
M01: ¿cómo sabes?
I04: me dijo “estoy en un sitio donde puedo sacar harta información”... ¿y dónde más puede sacar información?
M01: presta el teléfono, vamos a triangular la señal. ¿Tienes el número?
I04: toma, (le pasa el equipo), ¿se te ocurrió alguna idea?
M01: deja corroborar ese dato del conscripto. Si está adentro, nos va a ser muy útil. (ingresa el número a un software de su computador y…) Efectivamente, está en el taller, mira acá (le indica un punto en su pantalla), el sistema arroja que se encuentra en el área
I04: ¿y de qué nos puede servir?
M01: confía en mí
Llevaban cinco días en la casa del primo de Ignacio, y ya el poco avance los estaba agotando. Ya la misión se convertía en un “día de la marmota”, mientras tampoco tenían noticias del conscripto Araneda, que era su principal nexo al interior. Cada cierto rato, hacían el rastreo del teléfono, para asegurarse que se encontraba allí. En esto, recibieron una llamada de Araneda que les modificó todo el plan
SO3: ¿aló profe?
I04: ¿qué pasa?
SO3: necesito verlo, es Silva, ya se está poniendo odioso
I04: ok, ¿qué pasó con él?
SO3: no puedo decirle acá, pero ya estoy teniendo miedo. ¿Lo puedo ir a ver al gimnasio?
I04: no estoy allá, juntémonos si quieres en el metro ¿estás cerca de qué estación?
SO3: no sé poh, ¿puede ser en Las Rejas?
I04: ningún problema, nos juntamos allá en media hora más
SO3: chao profe, no me falle (corta)
I04: (a Martín) oye, Araneda quiere que me junte con él más rato
M01: tengo una idea, eso sí, necesitamos sacrificar tu teléfono
I04: ¿el mío? Me costó cualquier plata… si aún lo estoy pagando.
M01: lo siento, pero, es el teléfono o tu vida
I04: ¿qué ocurre?
M01: temo que estén rastreando tu flujo de llamados, y, por lo mismo, necesitamos despistar a la Organización. Se me ocurrió una idea pelotuda, pero idea al fin y al cabo.
I04: ¿y hay que sacrificar mi teléfono?
M01: mira, logré averiguar y el conscripto tiene el mismo modelo de teléfono que tú.
I04: ¿y, cuál es tu idea?
M01: tengo una teoría: intercambiar los equipos. Android tiene un mecanismo de rastreo de equipos, y los fabricantes también, pero son bien limitados. Aunque, dentro de sus limitaciones, nos puede servir
I04: ¿y cómo nos puede servir? Explícame tu plan, que no entiendo bien
M01: la idea mía es habilitar en tu teléfono las funciones de rastreo que tiene Android y que tiene el fabricante, para así ir haciéndole el seguimiento al equipo más concreto.
I04: ¿y?
M01: tengo información que van a mover los explosivos del taller, y quiero saber dónde. Y, si mueven los explosivos, van a mover a los conscriptos. Va a ser más fácil dar con la nueva ubicación.
I04: ¿y mis datos personales?
M01: ya hice un respaldo, así que, una vez teniendo el teléfono de Araneda, hacemos el cambio.
I04: y el chip?
M01: de eso te encargarás tú, de hacer el enroque de teléfono intercambiando las SIM. Mándalo al baño, no sé, inventa algo tú
I04: no se me ocurre nada
M01: (sorprendido) ¿me lo dice el mismo que, en un toque de queda, lleno de bombas de humo y petardos en el metro para sacar a unos guardias de la boca de un túnel?
I04: (le da risa) ya oh, algo intentaré. Como es en Las Rejas, hay un supermercado y un mall. Algo se me ocurrirá.
M01: (le da una palmada en el hombro) así me gusta.
Al final, Ignacio se reúne con Araneda con una misión: intercambiar teléfonos y obtener información. Ambos se encuentran en la boletería de la estación Las Rejas, donde Araneda aparece vestido de civil (pero su postura y el corte de pelo lo delatan), se abrazan, se saludan, y caminan raudos hasta la salida nor oriente, rumbo al Espacio Urbano Las Rejas.
I04: ¿vamos a servirnos algo al patio de comidas?
SO3: por favor, que tengo más hambre que la cresta
I04: ok, no te preocupes, yo invito en esta ocasión. ¿Qué quieres?
SO3: (ansioso) cualquier cosa de comida chatarra
I04: (se nota de su intranquilidad) pero cálmate, si ya estamos acá
SO3: (mirando para todos lados) me da miedo que me sigan
I04: (mira alrededor) no hay nadie siguiéndote, tranquilo. Y cualquier cosa, invento algo. Además, estamos en un sitio público, algo de alboroto y se llama la atención rápidamente.
SO3: gracias
Llegan ambos al Doggis, Ignacio pide, para él, un completo italiano con bebida. Para el conscripto, el combo con el italiano, bebida, papas fritas, empanada y un helado. Y todo agrandado. Luego, buscan una mesa cercana a la ventana y se instalan. Araneda, literalmente, se traga las papas fritas y la bebida, mientras Ignacio lo mira con cara de extrañeza
SO3: perdón profe, pero estos días he comido poco y mal
I04: no me pidas disculpas, entiendo tu situación
SO3: es que me da vergüenza que me vea así
I04: (le da un ataque de risa y le toca el hombro) todos, pero TODOS, hemos tenido nuestros momentos de bajón extremo, así que cálmate y come tranquilo
SO3: gracias profe, en serio se pasó
I04: oye, y cuéntame, ¿cómo les ha ido con la guardia?
SO3: (mientras traga las empanadas) ha sido un desastre, ya que además de hacer la guardia, Silva no me saca la vista encima. Tiene miedo que hable algo más, luego de la conversación del otro día
I04: ¿y cómo te las arreglaste para venir ahora?
SO3: me dieron franco un rato, y a él lo dejaron a cargo de la guardia por ahora, así me lo saqué de encima
I04: menos mal, pero te pinta mucho el mono?
SO3: ni tanto, o sea, se pone cargante y me insiste a cada rato que no siga dando información, pero nunca ha llegado al extremo de amenazar ni mucho menos.
I04: me tinca que él está más asustado que tú
SO3: de todas maneras, sabe que su carrera en el Ejército está en riesgo con todo esto
I04: yo creo que no sólo su carrera, sino que hartas cosas más están en riesgo
SO3: pienso lo mismo, pero mejor lo dejo tranquilo. No quiero más problemas
I04: y, aparte de eso, qué más se cuenta?
SO3: (sorbeteando la bebida) nada poh, que ya estoy chato de todo esto. Quiero volver con mi familia, a estudiar una carrera. Esto está de locos... (en eso, recibe una notificación en su celular), mira, justo me mandaron un Whatsapp (abre el celular y revisa el mensaje), sí, otra vez Silva y su show. Ya me tiene cansado
I04: ¿qué pasó ahora?
SO3: me manda un mensaje diciendo que no me meta en tonteras, y que me vaya de vuelta a los talleres del Metro...
I04: (abre los ojos) ¿estás en los talleres del Metro?
SO3: (lamentándose e intenta desdecirse) no, no, no estoy en los talleres del Metro…
I04: (no le cree nada) ¿en serio?
SO3: (nota que lo descubrieron) emmm… sí, estoy allá, pero no le diga a nadie, que si Silva se entera que saben…
I04: (se ríe) ¿y a quién le voy a decir? A nadie le interesa!
SO3: uno nunca sabe quién puede conocer esta información. (Le baja la ansiedad) tengo miedo de lo que pueda pasar, la cosa se puso fea en los talleres. Andan buscando espías por todos lados. Por eso Silva está cagao de susto.
I04: ¿por él o por ti?
SO3: por ambos yo creo, ya que si creen que yo estoy metido en algo raro, la van a cargar con él
I04: complicado todo
SO3: si incluso, nos tienen pinchados las líneas telefónicas, para evitar que abramos la boca (a Ignacio se le ocurre una idea)
I04: préstame tu teléfono
SO3: (se asusta) ¿qué va a hacer profe?
I04: (saca su celular del bolsillo) mira, tenemos el mismo modelo de teléfono. Si quieres, te lo cambio, para evitar que te sapeen las llamadas. Salvo que tengan pinchada la línea misma, ahí, ya no hay mucho que hacer
SO3: (se emociona) ¿en serio que lo haría por mí? ¿Y si me pillan?
I04: culpas que te robaron el equipo y te compraste otro igual
SO3: ¿y mis contactos, mis cosas?
I04: presta para acá
Ignacio toma el teléfono de Araneda, le copia archivos a la tarjeta de memoria, le saca la batería, la tarjeta SIM y la memoria externa, y las intercambia con su equipo. Luego, toma el celular del conscripto, se mete a un menú extraño y lo formatea.
I04: listo, acá tienes, mi teléfono está limpio, hasta lo formateé hace poco para no tener dramas
SO3: ¿y si lo descubren a usted?
I04: diríamos que el teléfono te lo robaron. Por lo mismo, podré decir que lo encontré tirado y lo devolvería a la policía.
SO3: (con la boca llena de ketchup abraza a Ignacio) gracias profe, le voy a estar agradecido por siempre
I04: para eso estamos los amigos, no sólo para pedir plata.
SO3: (se ríe) no profe, eso tampoco me gusta, no me gusta deber dinero a nadie (enciende “su” teléfono y lo empieza a configurar)
I04: te recomiendo que aproveches el wifi del patio de comidas, para bajar las aplicaciones. Y así, Silva, te deje de huevear. Y, cualquier cosa, me avisas. (en eso, suena el teléfono de Araneda)
SO3: (revisa el equipo y se fija que es un número desconocido, lo mira un rato y luego contesta) aló?
SO4: oye, Araneda, tenís que venir al cambio de turno. Ya, altiro te quiero acá
SO3: relaja la vena Silva, tengo franco hasta las 19:00
SO4: cambio de planes, intentaron entrar a la bodega, así que mi teniente nos quiere a todos acá
SO3: ya, me voy altiro (corta la línea). Profe, me tengo que ir, me necesitan en la guardia
I04: (se asusta) ¿qué pasó?
SO3: no, nada, me necesitan allá no más
I04: ¿te voy a dejar al metro?
SO3: no, no se preocupe, me voy en taxi
I04: ya, te dejo en el taxi.
Salen rápido desde el mall, se abrazan y Araneda toma un taxi en Alameda. Por su parte, Ignacio camina hacia la estación del metro. Allí, encuentra un teléfono público y llama a Martín
M01: listo, teléfono pinchado. Fue bastante más fácil de lo que creí
I04: yo también… oye, qué pasó en el taller del metro?
M01: no, nada grave, un par de borrachitos trataron de saltar las rejas y, claro, activaron todo el protocolo de seguridad. ¿Y cómo supiste?
I04: a Araneda lo llamaron de urgencia para ir a cubrir la guardia. Y sí, tengo los datos que necesitas.
M01: trata de venirte lo más rápido posible para acá, tengo un plan.
I04: tomo el metro y allá estaré


Ignacio se sube al metro, llega a Neptuno y corre al departamento de su primo. Allí, Martín le pide el celular original de Araneda, y lo conecta a un computador. Lo respalda completo, lo resetea, y luego pasa la copia de seguridad del teléfono original de Ignacio, pero antes, le revisa algunas cosas.
M01: mira, el teléfono efectivamente estaba intervenido, pero le reinstalé el sistema operativo y ahora quedó completamente liberado. Eso sí, si llega a fallar, no vas a poder reclamar la garantía
I04: (resignado) ¿y? Si mi teléfono lo tiene Araneda
M01: con respecto a eso (abre un programa en su PC), le activamos el rastreo GPS en forma remota. Aunque él lo desactive en el teléfono, nosotros igual seguiremos viendo dónde se mueve. Por ejemplo (muestra un punto en la pantalla), ahora está en los talleres. Seguramente, les están dando duro por el problema con los borrachos.
I04: oye, y esto, sirve para algo?
M01: mira, tengo las sospechas que van a hacer el traslado de los explosivos pronto. Y, para eso, van a necesitar algunos conscriptos. Tengo la esperanza que Araneda sea uno de ellos, para que nos vaya dando su ubicación constantemente
I04: ojalá, si no, estamos fritos.
Llega la noche nuevamente a la ciudad, y Martín no despega la vista hacia los talleres. Estaba en eso, a las cuatro de la mañana, casi quedándose dormido, y el ruido de camiones lo despertó. Tomó su cámara fotográfica, con un lente bastante potente, y empezó a tomar fotos a los camiones. En eso, se despierta Ignacio
I04: ya, cambio de turno (se asoma por la ventana) ¿qué onda?
M01: (concentrado mirando la calle) lo que estábamos esperando: se llevan los explosivos
I04: ¿dónde?
M01: (abre su computador, la aplicación de rastreo, y empieza a mirar el mapa) no sé, pero Araneda va con ellos (le muestra la pantalla, y el desplazamiento del teléfono). Deja llamar a Antonio
I04: (aún con modorra) son las cuatro de la mañana
M01: estaba chateando con él, necesito que me averigüe un dato
I04: (le toca el hombro y le dice que se asome) lo raro, es que son camiones blancos, los típicos camiones ¾ cerrados
M01: seguramente tratan de pasar piola, pero no lo están consiguiendo mucho con un helicóptero afuera (empieza a sonar el ruido de un helicóptero, y todos los vecinos se empiezan a asomar)
I04: son harto estúpidos, intentan hacer el traslado, pero pasa un helicóptero y les caga la onda
M01: algo raro hay aquí (revisa en su computador el avance de la caravana), ven, mira (le indica la pantalla), ahora van por Autopista Central hacia el norte, llegando a Américo Vespucio
I04: ¿se los llevarán de vuelta a Arsenales de Guerra? Es lo lógico ¿no?
M01: así pare… espera! Ahora doblan por Vespucio al oriente, ¿dónde irán?
I04: van súper rápido
M01: sí, parece que los protocolos de seguridad no sirven para ellos
I04: hasta los camiones de gas los trasladan con más cuidado
M01: mira, mira! (le indica el mapa), ahora doblan por avenida El Salto
I04: ¿El Salto? Ahí no está el…
M01: sí, allí están entrando: al Regimiento Buin.

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