domingo, 27 de diciembre de 2015

1x19: No pares, sigue sigue



Ignacio y Valentina van raudos por la Ruta 5 Norte hacia Llay Llay, logrando sortear los controles en la carretera, ya que, actualmente, Rafael, Arturo y Antonio son los personajes más buscados en el país, sobre todo, porque ya la Organización sospecha que su próximo destino es la capital, y se encuentran cerca de llegar.
Al toparse con el letrero caminero que anuncia su ingreso a Llay Llay, Ignacio se sale de la ruta e ingresa al pueblo. Sólo siguiendo el GPS de su auto, logra dar con la ubicación del hospital. Allí se baja corriendo, e ingresa a la sala de espera. Al ver a Antonio sentado en un rincón, corre a abrazarlo
I04: (muy emocionado) weón, menos mal que estás bien
A03: (concentrado, sin emotividad) gracias por venir a buscarnos
I04: (mira a Arturo) ¿Ramír…?
Tte. R: (lo abraza y lo hace callar) Nacho, nunca pensé verte en estas condiciones
I04: (casi llorando) menos mal que estás bien
A03: (interrumpe el momento) ¿vamos mejor? No quiero levantar sospechas acá. ¿Vamos Rafael?
R07: (se quedaba dormido) ya, vamos
Caminan algunas calles, y se encuentran con el auto, donde estaba Valentina en el asiento del copiloto, escuchando música y esperando
I04: (abre las puertas traseras) suban, que nos vamos a Santiago
Se suben Antonio por la izquierda, Rafael al centro y Arturo por la derecha, mientras Ignacio toma el volante y sale a toda velocidad
V05: (por el retrovisor) ¡hola Antonio!
A03: (se emociona) ¡hola Vale!
I04: (interrumpe el momento) Ya, salimos a la carretera. Pero no podemos irnos a Santiago
A03: (se le borra la sonrisa de la cara) ¿qué pasó?
I04: endurecieron los controles camineros: andan como locos buscándolos
A03: y yo creo que van a intensificar la búsqueda en esta zona, porque la vieja loca de la chacra nos va a acusar
I04: ¿qué chacra?
A03: es una historia larga, pero le quemamos un establo a una vieja que nos encerró para entregarnos a la policía
I04: (sorprendido) ¿ahora estás de pirómano?
Tte. R: había que escapar de alguna forma, y al personaje acá se le ocurrió prenderle fuego
A03: ¿y cuál es tu plan, Ignacio?
I04: tratar de llegar a Santiago, pero no por la ruta habitual
A03: ¿por San Felipe? Estamos al lado del camino que va hacia allá
I04: no, otra idea mejor. Aparte necesitamos relajo. ¿Vamos a Viña?
Tte. R: (no aprueba la idea) allá está lleno de motes, vamos a ser blanco fácil
I04: estaremos de paso. 
A03: y me tinca que nos esperan con bombos y platillos en los peajes de Lampa y de la Autopista Los Libertadores si es que quieres volver a Santiago por la ruta habitual.
R07: también prefiero Viña del Mar.
I04: háganme caso, yo sé por qué nos vamos a Viña
Ignacio toma la Panamericana Norte hasta La Calera, e ingresa por la autopista hacia la costa. Luego de un rato, y atravesar Quillota, Villa Alemana y Quilpué, llegan al centro de Viña del Mar.
A03: estamos en Viña... ¿y cuál es tu idea?
I04: confíen en mí, vamos a tomar desayuno en la playa
Sigue con el auto, toman la avenida España, bordean la costa, y terminan su periplo en Caleta Portales
Tte. R: (sintiendo el olor a playa) ¿y qué hacemos acá?
I04: tomen aire, aprovechen de respirar y cambiar el switch, necesitan desconectarse
A Rafael le vino el recuerdo de la traumática experiencia en Pichicuy
R07: (angustiado) ¿nos podemos ir?
I04: tengo hambre, tomo desayuno y seguimos el viaje
Se bajan Ignacio, Valentina y Antonio, mientras Arturo y Rafael se quedan en el auto. El primero durmiendo, el segundo, alterado, por el olor a mar
A03: (abraza a Valentina y le da un beso) te extrañé
V05: (le pega una cachetada) ¿cómo se te ocurre salir de esa forma? Pensamos que te había pasado algo malo. Menos mal que te rescatamos
A03: (sobándose la cara) tenía que hacerlo. Sentía que tenía que yo pillarlos antes que ellos, y por eso corrí para buscarlos.
I04: te tengo noticias, y no son para nada buenas
A03: (se asusta) ¿qué pasó?
I04: (toma aire) tememos que Martín se cambió de bando, porque andaba raro y se había obsesionado con encontrarte
A03: (sorprendido) ¿qué mierda?
V05: yo no entiendo nada, sólo sé que te quería encontrar lo antes posible.
I04: ...por lo mismo, hacíamos turno y guardia, para evitar que el teléfono lo contestara él.
A03: ¿y cuándo yo llamé desde Pichicuy?
I04: se volvió loco, por eso nosotros nos quedamos de punto fijo allá, para recibir noticias tuyas y reaccionar antes de tiempo
A03: ¿y cuando llamé yo desde Llay Llay?
V05: Martín estaba durmiendo. Fue el momento preciso para ir a buscarlos y, aprovechar el impulso, escapar de ahí.
A03: ¿y Daniela?
V05: también se dio cuenta, pero como es de especial, se fue sola antes.
A03: pasaron tantas weás, arranqué de los milicos a punta de balazos, arranqué de una vieja loca, y recién ahora, con esto, me baja el miedo
I04: me imagino. Por eso los traje acá, porque si nos íbamos a Santiago directamente, tampoco tendríamos donde escondernos.
A03: (incrédulo) ¿y acá sí?
I04: estudié en Valparaíso, me conozco esta ciudad como la palma de mi mano. Y aún tengo contactos en esta zona. Va a ser más fácil reordenarse acá
A03: pero no tenemos los contactos ni la tecnología de Martín
V05: (saca un teléfono) ¿y quién te dijo eso?
I04: los contactos de Martín se comunicaron conmigo, también habían sospechado algo raro, por lo cual, empezaron a dejarlo fuera de a poco
V05: ...y nosotros encargarnos de todo
A03: igual tengo miedo, Martín sabe mucha información
I04: por eso estamos corriendo contra el tiempo. ¿Qué se te ocurre a ti?
A03: fondear a Rafael y al milico loco un rato. Con el Rafa va a ser fácil, porque todos creen que está muerto. Pero en Ramírez no confío
I04: yo me encargo de él, fue mi compañero de curso en la media, algo lo conozco
A03: yo lo tuve de mando al sacowea
V05: ¿y cómo estuvo todo, Toñito?
A03: bien fuerte todo. Salí de Santiago, llegué a La Calera en bus, allá me fui a dedo en un camión al norte...
V05: ¿dónde ibas?
A03: la idea era pillarlos en La Serena o Coquimbo, pero los milicos tenían cortada la carretera en Pichicuy, allí me tuve que bajar y tuve la corazonada de que ellos andaban cerca. Me fui a meter a la caleta, y por ahí logré entrar al terreno del Ejército. Al final, por la orilla de la playa encontré al Rafa y al otro weón de rodillas, como si los fueran a matar
V05: ¡qué susto!
A03: (igual de sereno) sí, y justo vi cuando un oficial armado quiso violar a Rafael
Ignacio y Valentina se miraron sorprendidos
V05: ¿violación?
A03: lo tenía en el piso e intentó bajarle los pantalones. Si eso no es intento de abuso sexual, entonces no sé qué chucha es
I04: (interesado) ¿y qué pasó?
A03: me acerqué a la escena, con más cuidado que la chucha, y en un descuido del oficial, el weón se tropezó conmigo, se le escapó un tiro al aire y cayó, golpeándose con una roca y quedando inconsciente
I04: ¿y no había nadie más?
A03: al parecer, no. Así que ahí arrancamos con Rafael y el milico, de vuelta a la caleta, y empezó una balacera
V05: (casi llorando) ¿y cómo saliste de esa?
A03: le robé el arma al teniente, y con algo de puntería y mucha suerte. Demasiada suerte. Caminamos varios kilómetros por la carretera, hechos mierda, hasta que con el arma amenazamos a un camionero y nos llevó hasta la bomba de Llay Llay
I04: ¿y por qué hasta ahí?
A03: el compadre iba a Mendoza. Pero, la verdad, que no le creo nada. Para mí que algo sospechaba y quiso deshacerse de nosotros, pero al lado de la civilización
V05: por lo menos, ahí comieron algo
A03: sí, pero antes, teníamos que esconder el fusil, y no encontramos nada mejor que enterrarlo en la berma de la carretera. Ahí pasamos al servicentro a lavarnos y comer, y cuando salimos, nos encontramos con una campesina loca que nos robó el arma y nos secuestró
I04: (se ríe) no salen de una y caen en otra
A03: (continúa) la vieja loca nos llevó a su parcela y nos encerró en un establo hediondo a caca de animal. Igual habríamos aguantado allí un rato, pero en un descuido, cachamos que la vieja llamó a carabineros para entregarnos.
I04: ¿habrá sabido algo?
A03: no cacho, le llamó la atención el fusil y trató de cagarnos. Pero igual el arma no le servía de mucho sin municiones
I04: ¿y dónde estaban las municiones?
A03: las había guardado yo antes, en mi bolso.
V05: ¿y cómo salieron de esa? ¿o eso era lo del "quemaron el establo"?
A03: sí, era eso. Se me ocurrió prenderle fuego a la puerta y, con un rastrillo, abrirla y arrancar entre las llamas. No nos pasó nada en eso, el problema fue al tratar de escapar
I04: ¿habían llegado los pacos?
A03: casi, íbamos arrancando y llegaron los pacos. Logramos escondernos en un terreno cercano. Ahí, cuando cachamos donde estábamos, caminamos al hospital y los llamé
I04: igual heavy todo.
A03: estoy chato de arrancar
I04: y como está la cosa, creo que va a ser la tónica. Salvo que te escapes en un barco carguero (mirando al horizonte)
A03: no puedo. Esto hay que terminarlo y dejar la cagá. Ya lo he pasado lo suficientemente mal como para escaparse a estas alturas. Quiero recuperar mi vida, mi historia, todo.
I04: (lo consuela) estamos todos en la misma, pero estamos metidos hasta las patas en esto. Es tan mierda todo, la conspiración, el control, y como tres weones le rompen el esquema y los vuelven locos. Estamos luchando contra una montaña
A03: pero a la montaña, con algunos explosivos, la podemos botar. Es cosa de saber colocarlos, y en eso estamos, poniendo dinamita a los puntos débiles para derribarla.
I04: hablando de explosivos y milicos, vamos a comprar unas empanadas y café para el desayuno, de ahí nos vamos a Valparaíso, tengo algo allá que los podría sorprender.
Antonio, Valentina e Ignacio bajaron a la caleta, compraron algunas cosas de comida, y se devolvieron al auto, donde Ramírez dormía plácidamente, pero...
A03: (abre el auto y despierta a Ramírez) ¿y dónde chucha se fue Rafael?
Tte. R: (se levanta intempestivamente, golpeándose con el techo del auto) ¿qué?
A03: (se desespera) ¡no está weón, no está!
Antonio sale del vehículo corriendo, y cuando se acerca a la orilla de la playa, observa a Rafael sentado en una roca. Apenas lo ve, va hacia ese sitio
R07: perdón por salir y no avisar
A03: no te preocupes, ya nos vamos
R07: necesitaba descansar un poco
A03: (se sienta a su lado) igual entiendo la situación, perdón por meterte en todo esto, si hubiese sabido en qué iba a terminar, ni siquiera habría...
R07: (lo interrumpe) ¿estás loco? Salvo por el episodio en la playa y el encierro, esto ha sido lo más extraordinario que me ha pasado en la vida. Por primera vez me siento importante, y no el pobre weón de papel secundario. Aparte, se siente raro estar vivo, mientras todos te dan por muerto.
A03: (sorprendido por la reacción) ¿en serio?
R07: además, mi trabajo estaba siendo puesto en duda, ¿cómo iba a aguantar que estos milicos llenen de bombas el metro y que pasen piola? La cosa se estaba poniendo fea, así que tenía que hacer algo
A03: lo único que quiero yo es parar y dejar de escapar. Recuperar mi vida, mi carrera, todo como estaba antes
R07: (le da ánimo) eso va a ser imposible, por lo menos, hasta que no descubramos toda la verdad y la dejemos en evidencia.
Rafael y Antonio se levantan de la playa, se sacuden el polvo y caminan de vuelta al auto, donde Ignacio, Arturo y Valentina se recriminaban mutuamente
I04: (al ver a Rafael) ah, menos mal que estabas bien, nos habíamos preocupado
R07: sí, estoy bien, estaba estirando un poco las piernas
Se suben al auto y se acomodan atrás
I04: ya, abróchense los cinturones, que la próxima parada es en Valparaíso.
Empieza a moverse el vehículo y avanza por el borde de la costa
A03: prende la radio, para ver si están dando noticias
I04: no creo, pero igual
Ignacio enciende la radio, sintoniza una frecuencia y de repente se escucha
Radio: gracias Sergio, estamos desde el Palacio de La Moneda, donde el presidente se va a dirigir al país en unos momentos más, para hacer un importante anuncio.
A03: (sorprendido) súbele el volumen
I04: ya ok
Presidente: los he citado a ustedes, medios de comunicación del país, para informar que debido a los problemas de seguridad acontecidos las últimas semanas, donde hemos visto que personas subversivas han realizado actos terroristas, con el fin de amedrentar a nuestra población y a nuestro gobierno.
A03: (se ríe) y son ellos mismos...
Presidente: ...por esto mismo, he tomado la decisión de decretar estado de sitio en nuestro país, hasta nuevo aviso. Por ende, y hasta que el Congreso no apruebe dicha solicitud, aunque confío en que lo harán, queda suspendido el derecho a reunión y manifestación. Y apenas contemos con el visto bueno de los parlamentarios, se restringirá la libertad de circulación en las calles, además de otro tipo de medidas...
A03: mierda
V05: espera, espera...
Presidente: ...no nos dejaremos amedrentar por estos delincuentes, que se han dedicado a sembrar el terror en nuestra ciudadanía. Somos un país de gente trabajadora, luchadora, comprometida, pacífica, y no permitiremos que nada ni nadie nos amenace en nuestra tierra. Por lo mismo, solicito su colaboración ante las medidas, las cuales serán dadas a conocer en las próximas horas por los medios de comunicación. (apaga la radio)
Tte. R: (sorprendido) lo que nos faltaba
A03: ¿y qué tiene? Si ya hace rato que endurecieron los controles y todo. Aparte, el Congreso tiene hasta 5 días para aprobar esto, eso nos da algo de tiempo
I04: están prohibidas las reuniones
A03: por lo mismo, hay que empezar a moverse antes de que nos coarten el resto de las libertades. Esto es lo que le encanta a la gente de la organización
Tte. R: es ridículo decretar estado de sitio y llamar a la gente a estar tranquila, terminan metiendo más miedo
I04: va a quedar la cagá con todo esto
Estaban en eso, rumbo a Valparaíso, cuando Ignacio recibe una llamada
I04: (le pasa el teléfono a Valentina) toma, contesta tú
V05: (revisa la pantalla) mira, es Martín
I04: ¿Martín?
A03: (irónico) súper oportuno, "justo" ahora
V05: ¿contesto o no contesto?
I04: dale no más, cualquier cosa, no hemos visto a Antonio y compañía
V05: (les hace el gesto de silencio a los pasajeros del auto) ¿aló?
D02: (casi susurrando) ¿Ignacio?
V05: (sorprendida al oír una voz femenina) ¿Daniela, eres tú?
D02: (agradecida) menos mal que me contestaste tú, Valentina. ¿Ignacio anda por ahí?
I04: (gesticulando) ¿quién es?
V05: no, está ocupado. ¿Qué ocurre?
D02: Martín se pasó al lado oscuro. Ahora anda entregando información de ustedes a la Organización. Parece que le ofrecieron algo demasiado difícil de rechazar o lo están amenazando por otro lado
V05: ¿en serio?
D02: así que, si estás con Ignacio, díganle que no se acerque por acá, porque lo van a empezar a buscar. Yo también me voy a ir a esconder donde un pariente en regiones
V05: (preocupada) ¿estás bien?
D02: sí, pero ustedes cuídense. Ahora los van a empezar a buscar uno por uno para hacerlos hablar (se apura), ya, me tengo que ir, viene Martín para acá, chao (corta el llamado)
Valentina corta la llamada y se queda en silencio mirando al resto del grupo
I04: (asustado) ¿qué pasó? ¿era Daniela?
V05: las sospechas que tenían eran ciertas
A03: pero habla mujer, ¿qué ocurre?
V05: Martín se cambió de bando, y Daniela llamó para avisar que nos cuidáramos, que en cualquier momento empezaban a buscarnos uno por uno.
A03: (sarcástico) bienvenidos a mi mundo
I04: (resignado) era algo que se veía venir, no sé por qué no me sorprende
R07: entonces... ¿seguimos siendo fugitivos?
A03: nunca hemos dejado de serlo
I04: (interrumpe la conversación) ya, llegamos.
V05: ¿dónde estamos?
I04: Mi segunda casa. Nuestra segunda casa.











martes, 22 de diciembre de 2015

1x18: En Llamas



A03: (trata de calmarla) ¿y quién eres tú?
B08: (amenazante) ¿te importa? Ya, muévanse el trío de weones, ya, rapidito, y no hagan ninguna tontera, porque se van a arrepentir. Y no hablen
Tte. R: ya, ya, ya, nos movemos
B08: (le acerca el cañón a la cara) ¡LES DIJE QUE NO HABLARAN, MIERDAS!
La joven empieza a arrear a los tres fugados por el borde de la carretera, hasta unos 800 metros al sur de la bomba de bencina. Luego, avanzando por un camino de tierra que da vueltas y vueltas, mientras se iban alejando de la carretera, llegan a una casucha en medio de huertos, con algunos animales, y una camioneta vieja, de estas de feria libre.
B08: no se muevan los weones
Baja el arma, saca un manojo de llaves y abre un candado de un portón
B08: (con el arma, empujando a Arturo, quien encabezaba la comitiva) ya, entren.
Ahí, pasan los tres protagonistas e ingresan a un establo abandonado, muy hediondo, y la chica cierra la puerta con candado.
Tte. R: (a Antonio, silencioso) ¿qué mierda?
A03: (en el mismo tono) no tengo idea, pero huele como el hoyo acá
Tte. R: sí, literalmente como el hoyo
Antonio se asoma a una rendija del portón del establo y trata de observar qué ocurre afuera
A03: no estamos tan lejos de la carretera, allá veo la bencinera
Tte. R: lo que faltaba, una campechana loca y encerrados en un establo pasao a mierda
A03: podría ser peor, a uno lo iban a entregar a su institución y a otro lo iban a violar. Ahora, salvo por el olor a caca recién bañados…
R07: (se empieza a reir) ja ja ja ja ja
A03:(sorprendido) ¿qué pasó?
R07: no salimos de una y caemos en otra.
A03: y vamos a salir de esta, no te preocupes
Entra la mujer misteriosa por la puerta
B08: (sigue con el arma en su mano) ya, un rato más les traeré comida y me van a tener que contar a quién mierda querían asaltar
A03: a nadie
B08: ¿y a quién le robaron esto? (mostrando el fusil) Está bonito, un poquito carreteado
A03: ¿y quién es usted?
B08: (se altera) a ver, las preguntas acá las hago yo.
A03: (se calma) perdón, perdón
B08: ¿qué mierda hacían con un arma en medio de la carretera, saliendo de una bencinera?
Tte. R: andábamos por defensa propia con eso, pero no estamos ni ahí con asaltar a nadie
A03: y queríamos viajar a Santiago
B08: ah!, así que amenazando camioneros con un arma para que los llevaran
R07: (la interrumpe) no, no, nada que ver
Tte. R: la teníamos para defensa, uno nunca sabe como anda la gente
B08: no cacho nada yo, para mí que ustedes andan metido en algo raro, cuenten poh.
A03: no, nada que ver, andábamos mochileando, nos robaron todo, nos encontramos eso, y estábamos pensando venderlo para sacar plata y tratar de volver a Santiago
B08: (lo mira bien) ¿y quién les va a comprar esta weá? Si acá no hay narcos ni robo de animales. Con suerte, se robarán un par de paltas o tomates de alguna plantación.
A03: uno nunca sabe, hay gente que las colecciona…
B08: (se ríe) ¿pero esta weá? Está súper carreteada, hasta parece que ya la dispararon, porque está hedionda a pólvora. (lo revisa por debajo) Pero está sin cargador. ¿a quién se la robaron?
A03: la encontramos tirada por ahí, no cacho si habrá venido con cargador o con municiones, pero la queríamos vender para volver a Santiago
B08: ya no más, yo les traigo comida más rápido, y no hagan ninguna tontera (cierra el portón con candado)
Rafael, Antonio y Arturo se quedan mirando las caras, y ahí, Ramírez, reacciona
Tte. R: oye, ¿y el cargador?
A03: (abre su bolso y retira el cargador con las balas) ¡sorpresa!
Tte. R: (lo hace callar) SSSHHHHT!
A03: (susurrando) de imbécil, sólo la cara (lo vuelve a guardar en su bolso y lo tira a un rincón)
Tte. R: guárdalo Esparza, nos va a servir de llave para salir de acá
La mujer vuelve a abrir la puerta, con una bandeja llena de comida
B08: (bastante cortante) sírvanse, un rato más vengo a buscar las cosas, y quiero los platos vacíos
A03: (le intenta meter conversa) oiga, una consulta
B08: ¿qué pasa?
A03: ¿cuál es su nombre?
B08: me llamo Berta. ¿Contento?
A03: hola, mi nombre es Adrián
B08: ¿el de los Dados Negros? No, voh soi más feo (se ríe sola). Ya, de ahí vuelvo (cierra de nuevo con candado)
Berta deja la bandeja con comida: unos platos de porotos, con unos vasos con jugo y sus respectivos cubiertos
A03: (lo deja de lado) no tengo hambre
Tte. R: yo tampoco
R07: ¿porotos? ¿y nosotros encerrados en medio de la mierda?
A03: esto va a ser demasiado tóxico
Tte. R: ¿ahora te llamai Adrián, Esparza?
A03: sí, y tú te llamarás Alfonso y él se llamará Raúl. ¿Entendido? Si esta loca sabe que nos están buscando, estamos muertos
Tte. R: yo soy el oficial, soy el que da las órdenes acá
A03: y yo el pelotudo que te salvé
R07: (molesto) ¿van a empezar de nuevo?
Tte. R: ya “Adrián”
A03: ya utilicé nombres de comida en clave una vez, así que no me molesta utilizar un nombre distinto
R07: ¿en clave?
A03: sí, hay harto que contar.
Tte. R: (curioso) ¿está muy la cagá en Santiago?
A03: casi, como que está la cagá, pero intentan taparla
R07: yo no supe qué pasó después que me sacaron del metro. Me llevaron en vehículo policial al norte y luego me encontré con él
A03: cuando salí del metro ese día, supe de tu “muerte” y traté de ir al velorio en tu casa. Estuve un rato, me di cuenta del ataúd vacío, y ahí apareció la policía a buscarme. Me aproveché de mi experiencia en el Transantiago y logré arrancar hacia Quilicura. Ahí me rescató un amigo, y vi como la cosa se empezó a poner fea.
Tte. R: ¿qué pasó? Supe de un atentado al metro
A03: sí, hicieron explotar un vagón en Universidad de Chile. No hubo muertos, si hartos heridos, menos mal. Y fue con explosivos de uso militar
Tte. R: (empieza a sacar cuentas) mierda
A03: también intentaron hacer explotar tres buses del Transantiago en Huechuraba. Al final desactivamos dos de las bombas, pero una estalló igual por mala mantención del bus. Y en la última, murió un conscripto que se dio cuenta del objetivo y lo trató de sacar de circulación. Y otro quedó gravemente herido en un hombro, al impedir que intentaran cargar el bus y mandarlo a la calle.
Tte. R: ¿perdón? ¿conscriptos?
A03: sí, y utilizaron el regimiento Buin de central, para trasladar desde ahí el material explosivo a los terminales de buses.
Tte. R: (lamentándose) conchetumadre. Ahora entiendo por qué me querían sacar del camino en Logística. Lo que nunca entendí es por qué mierda me mandaron allá.
A03: no sacamos nada con lamentarnos a estas alturas. Lo único que tenemos que hacer es salir de acá, y llegar al fondo de todo esto. Y no hay otra salida
Tte. R: me sorprende oírte hablando así, Esparza
A03: mira “Alfonso”, si no llegamos y desarmamos todo esto, la otra alternativa es la muerte o escaparnos del país. Y estoy chato de arrancar. Ya aprendí la lección una vez y no voy a cometer el mismo error nuevamente. ¿Estamos claros?
Tte. R: ¿alguna idea?
A03: (mirando por todos lados) este establo se ve poco firme, seguramente algún punto débil debe tener, y ser fácil de arrancar
Tte. R: ¿y el arma?
A03: no le va a servir de nada si yo tengo el cargador. Lo que no sé, es si tiene algún tiro guardado.
Tte. R: y no me gustaría averiguarlo
A03: algo haremos.
R07: ¿y qué hacemos con los porotos?
Tte. R: (los mira de reojo) deja probarlos
A03: yo quedé bien con los completos del servicentro
Tte. R: (se sirve una cucharada, casi mirándolos con asco) mish, no están malos
R07: yo no quiero andar tirándome peos y cagando toda la noche
A03: yo tampoco quiero comer, aparte estoy cagao de sueño. Te acepto el jugo eso sí
Tte. R: ya poh, saca antes que llegue
R07: yo voy a dormir un rato, acomodarme entre la paja. Necesito descansar
A03: yo me quedo haciendo guardia entonces
Tte. R: ¿cuál es tu idea?
A03: esperar un milagro o un error. Las últimas veces, cuando planifico algo, se me va a la mierda
Tte. R: ok, yo descansaré también, pero atento. Cualquier movimiento sospechoso, me despiertas
A03: entendido
Ramírez y Rafael se acomodan en una esquina del establo, mientras Antonio espera atento la llegada de Berta. Luego de algunas horas, escucha una llamada sospechosa.
B08: (desde afuera) ¿aló, carabineros? Encontré a unos tipos armados acá en mi parcela. ¿Cuántos son? Tres, eran tres. Pare’ que iban a asaltar la bencinera, pero no cacho nah. Sí, anote, estoy en la Panamericana acá cerca de la Copec de Llay Llay. Sí, hay un camino interior con un portón de madera verde. Por ahí, gracias (corta la llamada y abre el candado del portón)
A03: mier-da (se tira al suelo y se hace el dormido)
B08: (golpeando) ¿comieron? Ya, le avisé a los pacos, vienen p’acá. Yo no me quiero meter na’ en weás raras, así que ellos se encarguen de ustedes. (Cuando se da cuenta que están dormidos) Ah, filo, que los pacos los despierten (vuelve a salir y cerrar con candado)
Antonio se queda tumbado un buen rato, mientras Ramírez y Rafael seguían durmiendo
A03: (tratando de levantarse rápido, tropieza con algo) ¡conchetumadre!
Tte. R: (despierta con el garabato) ¿qué pasó?
A03: (sobándose del golpe y mientras busca en el piso con qué chocó) esta mina acaba de llamar a carabineros avisando que nos tiene acá
Tte. R: mierda mierda mierda… (sacude a Rafael para despertarlo)
R07: (con modorra) ¿qué pasó?
Tte. R: esta weona llamó a carabineros y nos sapeó
R07: (reponiéndose) ¿qué?
A03: (recoge un rastrillo del piso) ¡Bingo!
Tte. R: (extrañado) ¿qué es eso?
A03: nuestra vía de escape. Se me ocurrió una idea. Pero es riesgosa
Tte. R: a estas alturas, da lo mismo
A03: ¿alguno de ustedes anda con fuego?
R07: (asustado) ¿querís incendiar esto?
A03: (mirando la puerta) no, sólo la puerta.
Tte. R: ¿y cómo? No tenemos combustible
A03: yo sí (saca de su bolso un encendedor, la toalla y la botella de shampoo del servicentro)
Tte. R: y tu plan es…
A03: (toma la botella y se la vacía a la puerta, un poco a la toalla y toma un palo viejo) sólo atento. Y prepárense a correr, así que pónganse en fila detrás mío
Antonio rocía la puerta y utiliza la botella vacía como una molotov, prendiéndole fuego y la lanza con escándalo al viejo portón de madera, ardiendo en el instante.
A03: (toma el rastrillo, para atacar a la puerta) CORRAN CONMIGO! UN, DOS, TRES!!!!
Los tres se tiran al portón en llamas, el cual con el calor había cedido lo suficiente, como para abrirse de par en par, logrando salir. En eso, Antonio tira la toalla empapada al interior de la construcción, para quemarla por completo
B08: (corre despavorida al incendio, con el fusil apuntando a los tres) ¡LOS VOY A MATAR, HIJOS DE PUTA!
Tte. R: ¡CORRAN POR SUS VIDAS!
Berta toma el arma, e intenta disparar, pero como no tenía práctica con el fusil, el único tiro que tenía pasado, se escapó lejos.
B08: ¡ME LAS VAN A PAGAR! (se devuelve a su casa a buscar una escopeta)
A03: píquenla, píquenla (todavía con el rastrillo en la mano y arranca a toda velocidad, en dirección a la autopista)
Tte. R: ¡MIREN!
Los tres miran hacia el fondo y ven que se acercan unas balizas y unas sirenas a su ubicación
A03: ¡VENGAN!
Antonio utiliza el rastrillo para ra levantar el cerco de púas lateral y se meten en un terreno corriendo al norte, en diagonal a la Ruta 5, dejando la herramienta tirada unos metros más allá.
Tte. R: cuidado con las zanjas, como son plantaciones
A03: (saltando los espacios) si caché
R07: (un poco más atrás) ¡espérenme!
Cuando se internan en el huerto, se dan cuenta que los vienen siguiendo con linternas, por lo cual se tiran al piso y se esconden detrás de unos matorrales. Los policías se acercan peligrosamente al lugar donde están escondidos, pero no los notan, y siguen caminando. Cuando observan que no se divisan las linternas y las balizas se alejan, se paran y avanzan, llegando a la carretera. Era de noche, y era la oportunidad perfecta para avanzar y estar en una zona más tranquila. El problema: aún faltaba cruzar la cuesta Las Chilcas, el tramo más complejo del camino restante.
Tte. R: (se revisa los bolsillos y encuentra la bolsa con dinero) menos mal que sigo con la plata acá.
A03: es de noche, no creo que ningún bus nos pare
R07: ¿y algún camión?
A03: menos, van a creer que los vamos a asaltar
Tte. R: la campesina loca se quedó con nuestro fusil
A03: y si se lo quitan y averiguan de dónde salió, cagamos.
Tte. R: por eso hay que llegar pronto a Santiago
A03: tengo un mal presentimiento de nuestra llegada
Tte. R: (irritado) tú y tu negatividad
A03: no es ese tipo de presentimiento. Es otro, sé que vamos a llegar, pero algo me dice que nos vamos a encontrar con más de una sorpresa
Tte. R: ya perdí la capacidad de asombro con todo esto.
De repente, se topan de frente con un enlace
A03: ¡miren! “Bienvenidos a Llay Llay”
Tte. R: busquemos la posta, una plaza, algo, para descansar y salir mañana temprano desde acá
Salen de la carretera, se empiezan a mover hacia el pueblo, y luego de casi una hora, caminando por el borde de la vía férrea, llegan al Hospital de Llay Llay. Ahí, Antonio saca una moneda y llama a Martín, aunque luego de un rato que suena y nadie contesta, levantan el teléfono al otro lado de la línea
I04: ¿aló?
A03: ¿Martín?
I04: (con evidente sueño) no, Ignacio. ¿Quién habla?
A03: Antonio por acá
I04: ¿Toño? ¿Dónde estai? Si querís te voy a buscar
A03: estoy en Llay Llay, estamos bien… ¿está Martín?
I04: (insistiendo) ¿te voy a buscar? Él está bien, pero no está acá ahora.
A03: no es necesario, ¿pero están bien?
I04: estoy a una hora de Llay Llay en auto y la entrada a Santiago está complicada. ¿En qué parte de Llay Llay están?
A03: en el hospital… ¿cómo está Valentina?
I04: está bien también. Vamos a ir los dos a buscarlos. ¿Necesitan algo: ropa, comida…?
A03: ropa de cambio y comida, ¿pero qué sucede?
I04: no puedo decirte nada ahora, pero si ven algo raro, muévanse en el sector. Un rato más estoy por allá
A03: los esperamos
Al final, Antonio, Arturo y Rafael se quedaron en la sala de espera de la urgencia del hospital, entre guaguas lloronas, abuelitos moribundos y un par de mamás sobreprotectoras, descansando luego de una agotadora noche, y esperando lo peor.

jueves, 17 de diciembre de 2015

1x17: Error 404: Not Found



Antonio, a lo lejos, queda pasmado con esta escena en pleno borde costero: un militar apuntándole en la cabeza a dos personas, de rodillas y amarradas de manos, e intenta acercarse para identificarlos.
Tte. Gonz: gracias por darme este gustito Ramírez, nunca pensé que te vería de rodillas, y llorando pidiendo clemencia
Tte. R: (displicente) ¿y crees que te daré en el gusto?
Tte. Gonz: ahí quedó el boina negra, el guerrero con cara de malo, el Rambo de mercado persa… cagao de miedo
Tte. R: ¿miedo? Lástima weón, eso me das, lástima. Miedo, ni cagando.
Tte. Gonz: ¿ahora te crees fuerte?
Tte. R: no es fuerza, es honestidad
Tte. Gonz: me cago en tu honestidad. Por culpa de tu “honestidad” estás acá: cochino, prófugo, todo meado y con un arma en tu cabeza
Tte. R: no todos estamos tan sedientos de poder. Si fuera por eso, habría sido narcotraficante.
Tte. Gonz: no hables weás. Él poh, el perfecto, el cadete modelo, el mejor comandante de sección, ahora está hecho mierda. Y en mis manos está tu vida. ¿Cuándo te lo hubieses imaginado, que dependiera de mí si te perdono la existencia?
Tte. R: no entiendo tu maldad. ¿Qué ganas con todo esto?
Tte. Gonz: fácil: felicitaciones, ascensos, promociones, más plata… algo de lo que nunca sabrás
Tte. R: como no te da la cabeza para llegar por la buena
Tte. Gonz: ¿y de qué te sirvió tu inteligencia? Si ya tu carrera se fue a la mierda.
Tte. R: total, siempre te gustó la plata fácil y el camino corto. Como buen hijito de tu papi.
Tte. Gonz: ¡CÁLLATE MIERDA! (le pega una patada en la espalda, lanzándolo de boca al piso, y le pone la suela de la bota en la cabeza) Si quisiera, te mataría ahora mismo.
Tte. R: (presionado) hazlo, hijo de puta. Hazlo si eres tan valiente como te andas quebrando. Pero mi sangre no te alcanzará para lavarte del olor a mierda que tienes.
Tte. Gonz: sabes que si fuera por mí, hace rato estarías enterrado por acá cerca, y ganas no me faltan. Pero sabes que eres una presa demasiado cara como para desperdiciarte de esta forma. Mi mayor Ortega tiene una mejor idea para ti.
Tte. R: no le temo a Ortega
Tte. Gonz: ¿tan rápido perdiste las formas militares? PA-TÉ-TI-CO (se da vuelta y empieza a hablarle a Rafael) ¿y tú? ¿no eres el pololo del ex cadete recluta que se cree terrorista? (también lo patea y lo tumba en el piso) ¿acaso te gustan los uniformes? ¿te gusta sacarle brillo a los botones con la lengua? ¿cuántas veces te comió este maricón? Si ahora hasta a la institución le perdió el respeto. Se cree hippie, terrorista y fleto. Las tiene todas este mariconcito culiao
Con su arma, le roza la cara a Ramírez, y en eso, se baja los pantalones, y amenaza a Rafael con el fusil.
Tte. Gonz: ya que te gustan tanto los milicos, ¡BÁJATE LOS PANTALONES, MIERDA!
R07: (llorando) no, no, no, por favor, no
Tte. Gonz: me importa una raja, maricón culiao… ¿no te gusta afilarte milicos?, ¡BÁJATE LOS PANTALONES, MIERDA!
R07: pe-pe-pe…
Toda la dramática escena es observada por Antonio, a quien empieza a hervirle la sangre, y al ver a su amigo en peligro, se le ocurre una idea: toma un montón de piedras de la playa, y las tira en un lugar cercano, para así llamar la atención. Una de esas, la lanza con tanta fuerza, que le da en la nuca a González
Tte. Gonz: ¿quién anda ahí?
Antonio deja de tirar piedras, y se acerca sigilosamente al sitio, llegando tan cerca, que se lanza al piso y se mimetiza con la arena
Tte. Gonz: (se sube los pantalones y pesca su fusil) ¿QUIÉN ANDA AHÍ, MIERDA?
González se levanta y camina en dirección donde estaba Antonio
Tte Gonz: (apuntando en todas direcciones) te voy a pillar, conchetumadre.
El oficial pasa peligrosamente cerca de Antonio, lo que es aprovechado por él para hacerle una zancadilla. En esa caída, el teniente deja escapar un tiro que es absorbido por la arena y Antonio aprovecha de tirarle una roca y dejarlo inconsciente. En medio de la situación, Esparza le quita el arma a González y mirando a su alrededor, corre hacia Rafael y Ramírez, colocándole el cañón en la frente al oficial.
A03: (muy frío) permiso para volarle los sesos, “mi cadete”
Tte. R: (tratando de reconocer la voz) ¿quién eres tú?
R07: (aún asustado) To-To-To-Toño?
A03: (sosteniendo firmemente el arma, y con la rodilla en la espalda) ¡RESPÓNDAME, RAMÍREZ!
Tte. R: ¿te conozco?
R07: (se para, con dificultad, a intentar calmar la situación) po-po-po-por favor, no ha-ha-ha-hagas una locu-cu-cu-cura
A03: (en la misma posición) a estos huevones de uniforme no puedes dejarlos solos
Tte. R: ¿Esparza? ¿el famoso cadete Esparza?
A03: (sin bajar el arma) el famoso cadete Esparza, el penca cadete Esparza, el flojo cadete Esparza, el mediocre cadete Esparza, el rebelde y grosero cadete Esparza… si quiere, puedo seguir y repetir cada uno de los insultos que recibí en su momento y terminaríamos mañana
R07: ¿qué sucede Antonio?
A03: (aún muy dolido) por gente como esta casi abusan sexualmente de ti… ¡lo vi todo!. Por gente como esta, estuviste secuestrado en el norte. Por gente como esta (le presiona el fusil en la cara a Ramírez, dando énfasis en esta frase), lloré en tu falso funeral y arriesgué mi vida por salvar a Valentina, pasajeros inocentes y a ti. Por gente como esta, parásitos, lacras, manga de huevones engrupidos que no le han ganado a nadie
Tte. R: ¿Esparza?
A03: andai lento parece. ¡SÍ, SOY YO, MIERDA! Y ahora depende de este pobre weón salvarte la vida. Del weón al que basureaste por creerte el hoyo del queque y que no tuviste problemas en hacerle bullying
Tte. R: (aún con la cara aplastada) eso era para forjar carácter
A03: ¿carácter le llaman ahora a los insultos y las descalificaciones?
Tte. R: ...y parece que te sirvió
A03: cállate mierda, que si no es porque salvaste al Rafa, te volaría los sesos acá mismo
Antonio le saca el arma de la cabeza, le desata las manos, se para, y corre a abrazar a Rafael
R07: (emocionado) gra-gra-gra-gracias hermano
A03: (muy contento, también sacándole los nudos en las manos) menos mal que estabas vivo weón, ¡si hasta te lloré en el funeral!
R07: ¿y cómo supiste que estaba vivo?
A03: el ataúd estaba vacío, y empezamos a averiguar cosas y, bueno… ahí supimos
Tte. R: (irónico) ok, listo con el reencuentro, ¿nos podemos ir?
A03: (furioso, pesca el fusil y se lo pone en la cabeza) nosotros nos vamos. Si tú quieres, nos acompañas, pero si quieres dártelas de soldado universal y combatir sólo contra estos weones, quédate.
Tte. R: sabes que sin mí, ustedes son hombres muertos
A03: escapé tres veces de la policía, me metí a un túnel del metro lleno de guardias armados, y, a diferencia tuya, no tengo formación militar.
Ramírez se para, y los tres empiezan a caminar con mucho cuidado, por la playa, para intentar llegar al pueblo. Cuando logran pasar a la caleta, ahí Ramírez corre como puede hacia la carretera, recordando el lugar donde tiró sus billetes. Iba en esa dirección, cuando unos conscriptos detectan sus movimientos, toman su arma, e intentan disparar. Al realizar eso, Antonio hace lo mismo, apuntando al costado de los conscriptos, para meter miedo. Este tiroteo genera tanto revuelo en la apacible caleta, que la gente empieza a correr para todos lados, dejando sus cosas tiradas. Al final, por la adrenalina del momento, llegan a la carretera, donde Ramírez encuentra su billetera y arrancan hacia el sur, sin mirar atrás.
Luego de avanzar algunos kilómetros, se miran a la cara los tres, Antonio deja tirado el fusil en una orilla del camino y se abalanza sobre Arturo, empezando a darle golpes
A03: siempre te quise tener así, conchetumadre (le pega un combo en la cara)
Tte. R: (intentando defenderse, como sea) cálmate huevón, cálmate (le devuelve el golpe)
A03: (sangrando, pero sigue peleando) gracias por meterme en toda esta mierda, hijo de puta
Se están pegando un buen rato, con la boca rota y los ojos morados, hasta que Rafael toma el fusil del piso y apunta a ambos.
R07: (amenazando, aunque le costaba afirmar el arma) si no paran el par de weones, los dejo tirados en la autopista y arréglenselas como puedan
Arturo y Antonio quedan congelados, en la berma de la calzada, mientras veían cómo eran apuntados por Rafael.
A03: (se para lentamente, intentando calmar a Rafael) relájate, relájate…
R07: (histérico) ESTOY CHATO QUE PASEN PELEANDO.
Ramírez se sorprende por la reacción
Tte. R: ¿pero qué sucede?
R07: (molesto) la idea es unirse, no sé si se dan cuenta, el par de weones, que somos del mismo bando ahora. El enemigo es uno solo, está en Santiago, y lo único que quiere es hacernos cagar, y con esa actitud de mierda de ustedes dos, le estamos haciendo la pega más fácil.
A03: (cambia la actitud) pero cálmate
R07: (se enoja aún más) DEJA DE PENSAR EN ESAS WEÁS, TAL VEZ TODOS ESTOS CULIAOS SEAN MALOS, TE HICIERON MIERDA EN EL EJÉRCITO, PERO ESTE OTRO WEÓN SE JUGÓ EL PELLEJO Y ME TRATÓ DE SALVAR
Tte. R: (se ríe) gracias por lo de “weón”.
R07: sí, conchetumadre, Y VOH, QUE ANDAI JACTÁNDOTE A CADA RATO DE SER “EL COMANDO”, “EL RAMBO”, SI IGUAL TE CAPTURARON Y SI NO FUERA POR “LOS PAISAS”, TE TENDRÍAN DE CAMINO A SANTIAGO EN VEHÍCULO MILITAR, LISTO PA LA FOTO... ¡¡¡CÓRTENLA, EL PAR DE WEONES!!!
Antonio y Ramírez se quedan mirando, como buscando explicación de lo sucedido.
R07: (toma el control de la situación) ya, ahora, a hacer dedo y ver si nos pueden dejar en La Ligua. Ahí, a ducharse y ver como cresta llegar a Santiago
A03: (lo mira y le da risa) oye, ¿y qué piensas hacer con el fusil?
R07: (se le ocurre una idea) mira
Rafael toma el arma, se tira a la carretera y hace parar un camión
CAM2: ¿qué mierda?
R07: (baja el arma y, con un tono de voz dulce) ¿nos puede llevar?
CAM2: (aún nervioso) pe-pe-pe-pero... ¿dónde van?
R07: donde haya algún baño o algo para ducharse o cambiarse ropa
CAM2: (se calma) ya, no hay problemas, ¿pero para qué saca el arma?
R07: (se ríe) es que si hacíamos dedo, no nos iban a llevar a los tres juntos, todos cochinos
CAM2: (resignado) súbanse no más al remolque, yo los dejo más allá.
Rafael, Arturo y Antonio suben al camión, se instalan y se quedan dormidos arriba de él. Un par de horas más tarde, despiertan y tratan de abrir la puerta del container, para ver dónde venían. Antonio logra asomarse y ve, por una rendija, una plaza de peaje.
A03: (a Rafael) estamos en Las Vegas
R07: (estirándose) oh, qué estuvo bueno el carrete para terminar en Las Vegas
A03: no weón, es una plaza de peaje que se llama Las Vegas, acá camino a Santiago.
Tte. R: ¿cuánto falta para llegar a Santiago?
A03: según mis cálculos, una hora y media aprox. Hay que pasar la famosa Cuesta Las Chilcas y vamos en Llay Llay recién
Tte. R: igual avanzamos rápido
A03: o dormimos harto, ya no sé.
Tte. R: ¿el camionero irá a Santiago?
A03: no sé, no cachamos
El camión se detiene, y el camionero se baja a abrir la puerta del container
CAM2: ya cabros, acá tienen una Copec. Hasta aquí los dejo, yo voy a Mendoza.
A03: (bajando del camión y dándole la mano) muchas gracias, se pasó
CAM2: cualquier cosa, cabros, yo no los vi y ustedes no me vieron
Se bajan rápido Rafael y Arturo, este último con el arma en la mano. Se ponen a caminar y, ahí, el oficial se da cuenta que no se pueden andar paseando con el arma en la mano
Tte. R: oye, ¿pero mierda hacemos con esto? (jugando con el arma)
A03: se me ocurrió una idea
Antonio corre a un costado de la carretera, hace un hoyo con la mano
A03: presten para acá
Tte. R: (desconfiado) si fuiste cadete, deberías saber que se puede dañar con la tierra y la humedad
A03: presta tu cagá de camisa
Tte. R: ¿y querís que ande en pelota?
A03: ¿no andas con una camiseta abajo?
Tte. R: sí, pero…
A03: presta para acá entonces, quédate en camiseta. Total, la pinta de indigente la vamos a sacar acá en la bomba de bencina
Tte. R: (se la saca y la entrega a regañadientes) toma, envuelve el arma con cuidado
A03: (sin mirarlo) no soy tan inútil como crees
R07: (molesto) ¿va a empezar de nuevo el parcito?
Antonio termina de enterrar el arma y mira a su alrededor
A03: mmm, sí, mmm, ok, vamos
R07: ¿qué estabas haciendo?
A03: buscando un punto de referencia, para acordarnos luego y venir a buscarla
Tte. R: yo voy a la bomba, tengo hambre y estoy terrible sucio
Entran a la bomba, y, con la plata de Ramírez compran unas toallas y shampoo para entrar a la ducha. Luego de bañarse, secarse, salir y comprar algo para comer, se instalan en la berma de la estación, a sacar cuentas.
Tte. R: (revisa su billetera) nos alcanza para un par de pasajes y llegar a Santiago, pero si nos paran antes o sale un imprevisto, cagamos
A03: (revisa su bolso y saca su Turistel roñosa) mira, estamos acá (le muestra un punto). Igual, tan lejos de la RM no estamos, pero el drama es si nos andan buscando, eso nos va a obligar a desviar de la ruta, y ahí, vamos a ir a la suerte de Dios
R07: (se para y sacude el polvo de su trasero) ya, vamos, quiero llegar a Santiago (le da la mano a Antonio para levantarse)
Tte. R: hay que ir a buscar el “encargo” eso sí
Caminan, con cuidado, al punto donde enterraron el fusil, y Antonio se percata de algo
A03: mierda, mierda, mierda.
Tte. R: ¿qué pasó?
A03: (se tira al suelo a escarbar) no está… ¡WEÓN, NO ESTÁ!
Tte. R: ¿me estai we…?
En eso, se acerca una chica y los apunta con el mismo fusil
B08: ¿andaban buscando esto?

martes, 15 de diciembre de 2015

1x16: Intuición

Martín citó a reunión a Antonio e Ignacio, para darles nuevos antecedentes de lo que estaba sucediendo.
M01: tengo más noticias: Ramírez se volvió a escapar de la policía.
A03: (sorprendido) ¿y dónde estaba?
M01: según la información recabada por mis contactos, estuvo en San Pedro de Atacama, donde lo escondió su hermano. El problema fue que él lo delató con el Ejército, por lo cual, lo trataron de ir a buscar, pero alcanzó a arrancar antes.
I04: es vivaracho el soldadito parece
A03: ¿y dónde está ahora?
M01: esperen, esperen, no sean impacientes, que esto se pone mejor: Ramírez pasó por San Pedro, cambió su apariencia al estilo chamán chanta, se arrancó con Rafael y un conscripto a Calama, en camioneta militar. Ahí, dejó el vehículo botado y se separaron: el conscripto se fue hacia el norte, aún no saben bien dónde, mientras Rafael y Ramírez se fueron al sur.
A03: pero de Calama al sur está todo el resto del país, no nos sirve de mucho ese dato
M01: sí, pero compraron pasajes a La Serena. Todo bien ahí, lograron cruzar gran parte del desierto sin ser detectados, pero, cuando se dio aviso de su fuga, se cerraron las carreteras y endurecieron controles.
A03: ¿y los pillaron?
M01: (se ríe) casi. A la salida de Vallenar, ya a una hora de La Serena, un control policial los descubrió.
A03: entonces, están por ahí cerca
M01: espera, espera, si esto sigue.
I04: ¿qué mierda pasó, entonces?
M01: sólo Ramírez se entregó, para dejar al bus y a Rafael seguir su camino. Pero, cuando se le estaba realizando el control de identidad, Ramírez aprovechó su formación y un descuido de los carabineros, y los amordazó, les robó su arma de servicio y escapó en una moto, rumbo a la IV Región.
Antonio e Ignacio se miran sorprendidos
A03: me estás hueveando, ¿cierto?
I04: cosa seria, mi compadre
M01: así parece. Y, por lo que sabemos, el bus de Rafael ya llegó a La Serena, y, por ende, la moto también apareció en una comisaría de la ciudad. Así que, en teoría, deberían andar juntos de nuevo.
A03: ¿pero dónde?
M01: no sabemos. Pero tienen a toda la policía y el Ejército buscándolos. No soportan que se les hayan arrancado dos veces en menos de 48 horas.
A03: me sorprende el Rafa, peor que un gato, tiene como 24 vidas ese weón.
M01: en este momento, el teniente Ramírez y Rafael se encuentran entre Tongoy y Los Vilos, creo yo.
A03: ¿habrán arrancado de inmediato de La Serena o se quedaron allá?
M01: es lo que quiero averiguar. Pero temo por ambos. Los controles carreteros se endurecieron. Con decirte que, luego del numerito en Vallenar, sacaron a Carabineros de esa labor, y colocaron al Ejército. Bienvenidos al estado de sitio.
A03: pero arrancaron 1000km sin ser atrapados. Les falta un tercio del tramo, algo me dice que van a llegar a Santiago vivos.
Los días pasaban lentos en la casa-escondite de Martín, y la falta de acción ya estaba enfermando a Antonio. La cantidad de antecedentes y cosas por hacer le daban vueltas en la cabeza una y otra y otra y otra vez, y eso le estaba pasando la cuenta. Insomnio, mal humor, hambre excesiva. Sabía que algo podía estar sucediendo y él tenía que estar allí. No sabe si como reportero, ni como aspirante a militar, pero sentía que era necesario en ese lugar, y que tenía que tomar acciones concretas. Sabía que su vida estaba en riesgo, y que cualquier acción estúpida o precipitada podría hacer caer toda la operación. Todo el avance realizado, los conocimientos adquiridos, las piezas de la historia que ya tienen, podrían perderse por una decisión errónea. Estaba en ese dilema, y no sabía si hacerle caso a su cerebro o a su instinto.
Al final, viendo que el tiempo se consumía y con los nuevos antecedentes en la historia, escogió un camino. Contra todos los consejos y pronósticos, tomó un bolso, echó algunos objetos personales, como una cámara fotográfica análoga (con rollo y pilas), un mapa, lápiz, cuaderno, un viejo Turistel que tenía guardado y una botella con agua, y, mientras todos dormían, salió sigilosamente del lugar. Afuera, se dedicó a mirar a su alrededor, buscando algo o alguien que lo inspirara a dar el siguiente paso. Justo, al frente suyo, pasa un bus interprovincial que decía “Los Vilos”. Se le ocurrió una idea: Los Vilos es el punto medio, a grandes rasgos, entre La Serena y Santiago. Lo más seguro, es que vengan en ese tramo. Además, si se endurecieron los controles y lo tomaron los militares, hay un lugar donde pueden hacer y deshacer lo que quieran en medio de la ruta.
Antonio toma un bus del Transantiago que lo deja en el cruce de Américo Vespucio y la Ruta 5 Norte, y se pone a caminar por la berma. Cuando observa un bus interprovincial, le hace un par de gestos y se detiene. El bus iba hacia La Calera, pero igual le servía. Se sube, el auxiliar lo acompaña a un asiento, le pregunta hasta dónde va y le cobra el pasaje. Aprovecha el descanso para instalarse, sacar su cuaderno y empezar a sacar cuentas.
Por un lado, tenía el atentado del Metro, donde utilizaron explosivos militares para hacer volar un vagón, pero era un vagón vacío y entrando contra el tránsito a una concurrida estación. Por otro, el intento de estallar tres buses del Transantiago en Huechuraba, el cual lograron desactivar dos y el tercero no se salvó, y tuvo inmolación incluida de un conscripto para evitar una tragedia mayor. Además, se suma al rapto de un oficial de ejército que estaba corriendo un rally en el norte, y que, coincidentemente, guardaba relación con los recintos donde se guardaba el arsenal utilizado en ambos ataques. Hasta ese momento, todo muy claro, pero faltaban pruebas, o testigos. A eso, hay que sumarle que su amigo Rafael, quien trabajaba en el metro, fue secuestrado y fingieron su muerte, para sacarle información, y ahora, andaba arrancando junto con el otro oficial por el país. Ahí estaba la conexión, la pieza fundamental para conectar la historia. Por lo mismo, sabía que tenía que tratar de encontrarlos antes que la policía o el Ejército, porque si eran capturados, él también iba a correr la misma suerte.
Todo esto, era como buscar una aguja en un pajar. En un área de varios cientos de kilómetros cuadrados podrían estar, pero no era el único que estaba en esa misión: gran parte de las fuerzas armadas y de orden andaban en la misma. Al final, esa lluvia de ideas le empezó a provocar sueño, y a la altura de la Cuesta Las Chilcas, se quedó dormido.
El auxiliar del bus lo despertó en el terminal de buses de La Calera. Allí se bajó, pasó a un supermercado, compró algo para comer e intentó volver a la carretera. Se fue caminando, ya que no era mucho el trecho, y aprovechó el trayecto para seguir ideando un plan. Al llegar a la Panamericana Norte, se puso a hacer dedo mientras avanzaba, sin ser tomado en cuenta por los vehículos que circulaban por el lugar. Siguió caminando, aún haciendo gestos a cuánto vehículo se acercara, pero no hubo caso. Calculaba que le quedaban, aproximadamente, unos 60 kilómetros para llegar a destino, porque tenía la sensación de que en ese sitio, que a él le trae tan malos recuerdos, está la pista que le faltaba. Era algo instintivo, como que una fuerza incomprensible lo llevaba hasta ese sitio. Tan malas situaciones vividas allí, pero también ahí podía estar la llave que le faltaba, para completar una parte del rompecabezas.
¿Y si no estaban allí? Era una posibilidad real. En 500 kilómetros de distancia, hartas cosas podían esconderse o perderse en el trayecto. Al final, no se dio ni cuenta, y justo un camión frigorífico se detuvo a un costado.
CAM: ¿dónde va, compadrito?
A03: (reacciona) ¿ah? Ah, voy a La Serena, ¿dónde va usted?
CAM: ¿yo? A Antofagasta, a dejar este pedido (le hace el gesto del camión). Súbase si quiere, si no se quiere seguir asando
A03: (sorprendido y agradecido) ¿en serio?
CAM: (muy amable) sí, yo no muerdo, no se preocupe
Antonio se encarama al camión y se sienta al costado del chofer, y él le empieza a meter conversa
CAM: oiga, y ¿por qué anda así no más?
A03: (inventa) ah, es que me robaron y quedé con el puro bolso ahí en La Calera
CAM: ¿y dónde va?
A03: a La Serena, mi tía vive allá, me voy a ayudarla con su negocio
CAM: ¿negocio de qué?
A03: tiene una residencial, pero es nueva
CAM: ah, buena igual, ¿mucho turista?
A03: sí, hartos, por eso quiere aprovechar la temporada
CAM: ¿y en qué parte de La Serena queda?
A03: no cacho mucho, si es primera vez que vengo para acá, y me iba a ir a buscar al terminal de buses
CAM: ah, ojalá que les vaya bien con la hospedería. Oye, antes que todo, ¿cuál es tu nombre?
A03: A… A… Alberto
CAM: mira tú, yo tengo un sobrino que se llama Alberto, pero es chico, tiene como 8 años
A03: (aparentando interés) mire usted
CAM: sí, es un bandido el cabro chico sí, pero es mi regalón.
A03: ah, buena
CAM: ¿y qué te pasó en La Calera? ¿Te hicieron daño?
A03: no, me bajé al baño en el terminal y cuando volví, el bus se había ido con todas mis cosas
CAM: (dudoso) ¿pero no dijiste que te habían robado?
A03: (percatándose del error) sí, pero me robaron los documentos y esas cosas, mi bolso va rumbo a La Serena sin mí. Espero que me guarden las cosas en el terminal.
CAM: de más, aunque son tan sinvergüenzas estos tipos, ni que fueran políticos
A03: (cachando para dónde iba la conversación) sí, pero hay que confiar solamente, no tengo más alternativa tampoco.
CAM: toda la razón compadrito.
Van conversando de la vida en el resto del camino (no por mucho, claramente), y ahí “Alberto” se entera que el camionero, de nombre Juan, viaja todas las semanas de Antofagasta a Santiago trasladando helados y productos congelados. Por lo menos, así evita algo el calor, pero que la rutina lo está aburriendo. Y “Alberto” le contó sobre su falsa vida de joven trabajador de Santiago, que va en el verano a ganarse un dinero extra trabajando con su tía en una hostería en La Serena, la que se creyó sin cuestionamientos el camionero. Cruzaron el túnel El Melón, y ya, acercándose a Pichicuy, la velocidad empezó a bajar.
CAM: ¿por qué mierda hay tanto taco?
A03: no cacho
CAM: ah, había escuchado que iban a hacer controles, porque andan buscando a los terroristas que pusieron bombas en el metro y en unas micros en Santiago, pero no creo que anden para este lado
A03: si fuera terrorista y me buscaran, me habría ido a Argentina. Es bastante más cerca que arrancar al norte.
CAM: ¡qué gente más mala y enferma!
A03: sí, horrible hacer ese tipo de actos a la gente normal, que no tiene la culpa
A medida que se visualiza el Cruce Pichicuy, Antonio se empieza a asustar: hay militares armados controlando el paso de un lado al otro de la carretera. Sabe que si sigue allí, es hombre muerto, pero tampoco quiere levantar sospechas en el camionero.
A03: ¿le puedo pedir un favor?
CAM: ¿sí?
A03: tengo una tía que vive acá, en esta caleta, a ella le voy a pedir plata para irme para el norte
CAM: ¿está seguro, joven?
A03: sí, no se preocupe, gracias por todo
CAM: (le pasa un papel con un número de celular) cualquier cosa, si anda botado en la carretera, me avisa. Y si yo ando botado en La Serena, me invita a la hostería de su tía
A03: (acepta el papel y se lo guarda en el bolsillo) no se preocupe, yo le aviso cualquier cosa. Muchas gracias, me salvó la vida
Antonio se baja de la cabina, atraviesa entre los autos atascados a la berma de enfrente, y por la playa, logra acceder a la caleta de Pichicuy, evitando así los controles. En un negocio, saca unas monedas y desde un teléfono público llama a Martín.
M01: ¿aló?
A03: estoy en la playa
M01: (furioso) HIJO DE PUTA, ¿DÓNDE MIERDA HAS ESTADO?
A03: tengo una corazonada y me vine a la playa. Los milicos tienen cortado el cruce de la Ruta 5 acá en Pichicuy
M01: obvio, ahí hay un recinto de entrenamiento de la Escuela Militar. Es el lugar más fácil donde pueden hacer control, si el terreno es tan grande que cubre ambos lados de la carretera. ¿Cuál es tu idea?
A03: quiero encontrar antes que estos tipos a mi amigo y al oficial. Si los atrapan, todo se nos va a la mierda.
M01: y si te atrapan, tu vida y toda la operación se va a la mierda
A03: confía en mí. Me he salvado de peores y creo en mi instinto.
M01: allá tú. Pero manténme informado.
En eso, Antonio corta y empieza a caminar por el pequeño pueblo. Un par de metros y se encuentra de frente con el acceso principal al recinto militar. Este se encontraba resguardado por conscriptos fuertemente armados, y a cada rato salían camiones y camionetas cargadas de personal. Empieza a idear un plan para entrar, porque tiene el presentimiento que algo se esconde allá adentro. Luego, piensa en que todo ese terreno tiene acceso al mar, por lo cual, se le ocurre tratar de ingresar, pero desde la playa. Por lo tanto, toma su bolso, se saca la polera y los zapatos, y se mete por el borde de la costa, para atravesar hacia el norte. Estaba en eso, cuando siente un balazo y gritos a lo lejos.
Tte. González: ¡ASÍ TE QUERÍA VER, CONCHETUMADRE!
Antonio se asusta, pero logra observar mejor, y ve que hay dos personas, con sus manos en la cabeza caminando hacia la playa, siendo apuntadas por un oficial directo a la cabeza.
A03: mierda, mierda, mierda.
Antonio se empieza a acercar al lugar, y cuando está a una distancia adecuada, aunque fuera de riesgo, se da cuenta de quiénes son los individuos
A03: ¿Rafael?

lunes, 14 de diciembre de 2015

1x15: Intercambio de roles



Era Andrés González, teniente, camarada de armas de Ramírez, pero con el cuál, no tenía buenas relaciones desde su época de cadetes. Hijo de una larga estirpe de soldados, actualmente había sido destinado a la misma Escuela Militar, pero como comandante de sección en una compañía de alumnos.
Tte. Gonz: (con tono burlón y apuntando a Ramírez) tanto tiempo Arturito, un gusto verte
Tte. R: ¿qué quieres, González?
Tte. Gonz: primero, quítate el fusil, no te pertenece
Tte. R: ¿de quién es?
Tte. Gonz: da lo mismo, pero no es tuyo. Ya ni siquiera perteneces a esta institución, así que no tendrías por qué andar con un arma
Tte. R: cállate imbécil
Tte. Gonz: tendrías que haberlo pensado antes de arrancar por medio Chile. Pero por fin te tengo donde quería.
Tte. R: hijo de puta, huevón mediocre
Tte. Gonz: cállate mierda, ahora soy yo el que pone las reglas. (mira a Rafael) ¿Y quién es tu amiguito? ¿O tu pololo? Ah, claro, le calentaste la sopa a Pinto y luego te la cagaste para arrancar, aparte de cacho ‘e paragua, huequito
Tte. R: déjalo ir, no tiene nada que ver con esto. Soy yo el cacho para ustedes
Tte. Gonz: no soy huevón. A Pinto pudiste cagarla, pero yo soy harto más vivito que tú. Sé que es el amigo del cadete recluta que anda fugado y que se metió al metro. Nos sirve más como carnada que tú.
Tte. R: (molesto) no tienes códigos, no tienes valores, se nota que estás acá por tus pitutos, porque por vocación, ni para guardia de estadio te alcanzaba
Tte. Gonz: (lo empieza a corretear con el arma) ya, suelta esa weá y nos vamos
Tte. R: ¿y si te digo que no? Si ya no soy de la institución, no podís darme órdenes
Tte. Gonz: (con su arma, amenaza a Rafael) suéltala o tu pololo muere
Ramírez deja su fusil en el suelo, se pone las manos en la cabeza, y lo mismo hace Rafael
Tte. Gonz: muévanse mierdas
Ramírez y Rafael caminan, entre medio de las piedras, llegando nuevamente al borde de la carretera. En eso, Arturo toma de su bolsillo una bolsa con billetes, y la tira en un pilar, sin ser notado por González. El militar a cargo corta la calle, para permitir el paso de sus aprehendidos, salta la separación de vías de la Panamericana, y camina, por la vereda opuesta, en dirección al recinto militar. Rafael y Arturo sin mirarse y sin mostrar cansancio, caminan tranquilos, hasta que llegan a la puerta.
Tte. Gonz: permiso para hablar con usted, mi mayor
May. Ort: ¿qué ocurre González?
Tte. Gonz: mire lo que encontré, mi mayor (le muestra a los detenidos)
May. Ort: (se acerca a Ramírez) ¿Antares de la Luz? (le pega una patada en las canillas, haciéndolo perder el equilibrio) ¿ahora te la das de chamán, Ramírez? (ahora observa a Rafael) oh, muy bien, capturaron al subversivo, amigo del otro imbécil que andaba poniendo bombas en el metro. Ahora, pillar al terrorista no va a costar mucho
Tte. Gonz: ¿y qué hago con estos, mi mayor?
May. Ort: primero, mañana los vamos a despachar a Santiago, allá se los quieren servir con papas fritas. Pero antes, encárguese de mantenerlos entretenidos y alerta. Y ojalá que no se le escapen, que a Pinto le calentaron un poquito la sopa y se les arrancó.
Tte. Gonz: no se preocupe mi mayor, ahí tengo algunas tareas pendientes que le puedo encargar a los amigos
May. Ort: eso espero, González
Ramírez le hacía unos gestos a Rafael, cuando González termina de hablar con su superior y los empieza a mover, a punta de fusil, al interior del recinto militar. En un sector trasero, donde se instalan las unidades, los hizo tirarse al piso
Tte. Gonz: aquí se van a quedar, par de mierdas. (los amarra a un árbol). Si quieren algo, va a quedar un conscripto a cargo suyo, pero no hagan ninguna estupidez.
Tte. R: (aprovecha el momento y lo escupe en la cara) agradécele a tu papito que te hayan aguantado acá todavía, porque como soldado vales callampa
Tte. Gonz: (lo patea en las piernas) cállate escoria. Si se mueven un milímetro, son hombres muertos
González se va, mientras Ramírez se aguantaba el dolor por las patadas y los nudos en las manos. Rafael se ponía a llorar por la situación y no sabía qué hacer
Tte. R: (con sangre fría, tratando de calmarlo) vamos a salir de esta, confía en mí weón.
R07: no sé quién mierda me mandó a meterme en esto
Tte. R: no te lamentes ahora, no sacas nada con quejarte. Ahora hay que ser fuerte para salir de acá, porque tienes claro que si nos quedamos, nos matan
R07: (acongojado) no me importaría morir
Tte. R: (molesto) ¿arrancamos casi 1300 kilómetros para que te vengas a rendir ahora? Yo sacrifiqué mi pellejo y mi carrera por esto. Robé hasta una moto a los pacos para escapar a La Serena y ahora te baja la mentalidad suicida. Ándate a la mierda
R07: ¿por qué mierda me metí en esto? Debí haberle dicho que no a Antonio cuando me pidió ayuda
Tte. R: Esparza valía callampa como cadete
R07: por tu actitud, ahora lo entiendo porqué se fue del Ejército
Tte. R: por la misma actitud tuya de tirar la toalla antes de dar la batalla
R07: ya, chao.
Rafael se amurra y deja de escuchar a Ramírez, que, a pesar de la situación, intentaba mantenerse activo, pensando en formas para salir de esa. Claro, estuvo años entrenando para situaciones límite, pero nunca se imaginó que sería fuego amigo el que lo estuviera atacando. Todo esto le borró sus límites de quienes son buenos y malos. Los que creía que eran sus aliados terminaron secuestrándolo y torturándolo, y los que eran sus enemigos podrían ser su única salvación en este momento. Esa confusión era la que lo tenía más loco, más que la experiencia misma desde ser raptado en el norte, estar preso en San Pedro de Atacama, arrancar desde Calama, escapar de las manos de Carabineros en Vallenar, y llegar hasta donde estaba ahora, esperando alguna idea o un milagro.
Estaban en eso, cuando, después de algunas horas, el conscripto les ofrece comida.
SOL6: ya, acá tienen un poco de sopa (se las tira en la cara). Vean si se pueden pasar la lengua por la cara para comer algo
Tte. R: (captó algo de sopa con la boca, y la escupe en la cara del conscripto) se siente bacán creerse el soldadito malo. Bienvenido a la realidad, pelao culiao.
El conscripto le pega en las canillas con la culata del fusil
SOL6: anda choro el teniente parece
Tte. R: con cuidadito huevón, sin uniforme aún sigo siendo tu superior.
SOL6: usted no es mando mío, así que váyase a la mierda
El conscripto pesca un plato de fideos, y se los tira a la polera
SOL6: trata de pasarle la lengua ahora (se va)
Tte. R: este hijo de puta no sabe nada de la vida
R07: usted tampoco, no sé qué habla tanto
Tte. R: deja de llorar, huevón, y piensa cómo salir de aquí
R07: estoy cansado, chao
Rafael intenta quedarse dormido en la posición en que estaba amarrado, cuando en eso, se da cuenta de un pequeño error cometido por González: le dejó justo el nudo de su cuerda al lado de su mano. Empieza a mover su muñeca intentando tomar la punta de las amarras.
Tte. R: (hablándose a sí mismo) hay que escapar de esta weá. González, Pinto, Ortega y esta manga de títeres tiene que pagar por todo esto.
R07: (le responde a Ramírez) Arturo, ¿sabes de nudos?
Tte. R: ¿qué te pasa ahora?, ¿te quieres ahorcar ahora?
R07: tengo una idea
Tte. R: mátate rápido
R07: córtala imbécil. Fíjate en la cuerda
Ahí Ramírez nota que la cuerda no quedó lo suficientemente firme, y con gestos, intenta hacerla girar para soltarla aún más, sin que lo note su carcelero
SOL6: ahí viene mi teniente
Tte. Gonz: (acercándose al lugar) ¿cómo están mis inquilinos regalones?
Tte. R: ahórrate tus palabras, pobre weón
Tte. Gonz: mish, está cagao y sigue ladrando el quiltro este
Tte. R: dile a tu papito que te salve de esta, como te salvó en tu época de cadete
Tte. Gonz: (se ríe) ¿y qué vas a hacer tú?
Ramírez no lo escucha
Tte. Gonz: (le mira su ropa chorreada por la sopa y la comida) estás tan mal que no te puedes mear en tus pantalones y olvidaste los modales
Tte. R: tienes bien amaestrado a tu perrito faldero
Tte. Gonz: así funciona la verticalidad del mando, no sé si te avisaron
González saca de su bolsillo un Super 8, lo abre y se lo acerca en la boca a Ramírez
Tte. Gonz: cómo te gustaría, si eres seco para los dulces
Tte. R: no tengo hambre
Tte. Gonz: hazte el fuerte no más.
Tte. R: hazte el buen soldado
González escupe el dulce, lo tira al suelo y lo pisa.
Tte. Gonz: para la otra será. Soldado (le da órdenes al conscripto), preocúpese que coma bien, porque mañana se va a Santiago, allá el alto mando lo necesita.
SOL6: a su orden, mi teniente.
González sale del lugar, y el conscripto le empieza a dar comida en la boca a Rafael
SOL6: ya paisa, comiste suficiente (le tira el plato en la cara)
Tte. R: soldado, se cree carcelero nazi?
SOL6: ¿y a usted qué le importa?
Tte. R: nunca falta el pendejo pasao a caca, que se pone un uniforme y se cree Rambo. Y eso es transversal a las clases sociales
El conscripto toma su fusil y amenaza en la cabeza a Ramírez, mientras Rafael, sigue sacudiéndose la cuerda
SOL6: CÁLLESE, YO DOY LAS ÓRDENES AQUÍ
Tte. R: (con una risa malvada) así te quería ver mierda, como un pobre títere del otro weón. Sabes que a él le importas una raja, eres otro peón más de este tablero. Él no va a tener problemas de matarte o hacerte daño si estuviera en una situación crítica. Pero, claro, es tu momento de gloria y quién soy yo para quitártelo
SOL6: ¡CÁLLESE MIERDA!
Tte. R: te crees Terminator por estar con un fusil roñoso, frente a un oficial desarmado y un civil que no tienen cómo defenderse. Súper justa la contienda, te felicito.
SOL6: ¡BASTA!
Tte. R: (trabajándole “a la psicológica”) dispárame, sé que te haría feliz un momento verme hecho mierda. Pero claro, sabes que soy más valioso vivo que muerto y que González sería capaz de matarte si me quitas la vida.
Estaban en eso, cuando, al final la cuerda cae. Eso no es notado por el conscripto, y es aprovechado por Ramírez, para quitarle la munición al soldado. Además, Rafael empieza a desplazarse lentamente
SOL6: no juegue conmigo Ramírez, ahora soy yo el que pone la música y usted baila a mi ritmo
Tte. R: (le muestra el cartucho con tiros) ¿y con este disco? CORRE!!!!
Rafael y Ramírez arrancan, a la velocidad que pueden, mientras
SOL6: ¡VENGAN ACÁ!
Tte. R: ¡CORRE, WEÓN, CORRE!
Se mueven hacia la costa, cuando, de repente, escuchan un disparo
Tte. Gonz: ¿DÓNDE VAN, MIERDAS?
Era González, que se acercaba a toda velocidad, pero aún así, no podía atrapar a Ramírez y Rafael. En eso, ya llegando a la playa, Rafael tropieza con las rocas y cae al suelo, quedando atrapado. Ramírez intenta devolverse a ayudar, y es capturado por González, quien le hace una llave y lo toma por el cuello.
Tte. Gonz: ¿dónde crees que ibas, Arturito?
Tte. R: suéltame, hijo de puta.
Ahí llega el conscripto, quién, levanta a patadas a Rafael y le amarra las manos, colocándolo de rodilla mirando el mar. González hace lo mismo con Ramírez, aprovechando la posición, para empezar a molestarlo.
Tte. González: ¡ASÍ TE QUERÍA VER, CONCHETUMADRE!

lunes, 7 de diciembre de 2015

1x14: Ramírez trepa por Chile



Ramírez, Manríquez y el conscripto Vargas llegaron a San Pedro de Atacama. Decidieron dejar tirada la camioneta a unos kilómetros de la entrada, para no levantar sospechas, y caminar hasta el pueblo mismo. La idea era tomar un bus a Calama y, desde allí, ver cómo ir acercándose a Santiago.
R07: ¿cuál es su idea, teniente?
Tte. R: primero, salir de este pueblucho hippiento lo antes posible. En Calama podremos movernos mejor
SO5: permiso para hablar con usted, mi teniente
Tte. R: te escucho, Vargas
SO5: cuando lleguemos a Calama, yo quiero ver si puedo volver a Mejillones, tengo una tía allá y me puede esconder un rato, mi teniente
Tte. R: ¿es de confianza?
SO5: es mi madrina, me escondía todas las cagadas cuando chico, mi teniente
Tte. R: (resignado) sí, no hay problemas
En la oficina de Tur Bus, deciden comprar los pasajes por separado, pero con la precaución de que Ramírez y Manríquez viajen relativamente cerca uno del otro. Al final, logran comprar los pasajes en un bus de dos pisos con rumbo a La Serena, los dos en pasillo, por si llegase a ser necesario salir arrancando antes. Este bus sale en dos horas más, dándoles algo de tiempo para pasear por la ciudad. En el caso de Vargas, logró conseguir un pasaje a Mejillones, el que sale en veinte minutos más, acelerando la despedida del grupo.
SO5: (abraza a Ramírez) gracias mi teniente, gracias por todo
Tte. R: cuídate por favor Vargas, no quiero que te atrapen
SO5: a su orden, mi teniente.
R07: (le da la mano a Vargas) gracias por todo, por la comida, y por no tratarme mal durante el secuestro
SO5: no podría haberlo hecho tampoco, no es mi forma de hacer las cosas
Al rato, llega el bus rumbo a Mejillones, y Vargas toma su bolso y marcha. Por ahora, quedan Rafael y Arturo mirándose las caras
Tte. R: oye, ¿vamos al mall?
R07: (lo mira feo) ¿y con qué plata?
Tte. R: (saca de su bolsillo un fajo de billetes) mi hermanito me debía varias de cuando chico, así que aproveché el momento…
R07: (sorprendido) ¿se lo robó?
Tte. R: (se jacta) no, no es un robo. Es una recuperación de algo que me pertenecía. Vamos rápido al mall, para aprovechar de comprar algo para comer. Tenemos un largo viaje
R07: ¿y cuál es su idea, teniente?
Tte. R: por el momento, llegar a La Serena. Allí, en micro, partir a Coquimbo y tomar allí un bus rumbo a Santiago. Mientras menos lógicos seamos, más difícil va a ser para ellos detectar nuestra ubicación. Ya, menos preguntas y vamos al mall
Al final, se van caminando hasta el Mall Plaza Calama, donde pasan a las tiendas por departamento a comprar ropa de recambio, sobre todo ropa interior. Ahí, ya Ramírez cambia un poco la apariencia de hippie, comprando zapatillas y un buzo. También, Rafael se compra camisas y shorts, pareciendo turista gringo. Además, compran lentes oscuros baratos en un puesto al paso y algo de comida, ya que aún andan con hambre acumulada post secuestro.
Luego de una hora en el centro comercial, se arrancan de vuelta a las oficinas de Tur Bus en la avenida Granaderos, para abordar el bus hacia la región de Coquimbo. Extrañamente, el bus sale puntualmente rumbo al sur, así que Ramírez y Manríquez ya se encuentran camino a su libertad. Por ahora.
Pasan casi 18 horas de viaje, y después de atravesar gran parte del desierto, sienten que el bus se detiene pasado Vallenar, donde es detenido por un control policial. En ese momento, Ramírez y Manríquez se ponen en estado de alerta, tomando sus bolsos en la mano, por si llegase a ser necesario arrancar. Estaban en eso, cuando un efectivo de carabineros sube al segundo piso del bus, y empieza a buscar asiento por asiento. Ese momento lo aprovecha Ramírez para taparse la cara con una frazada, haciéndose el dormido, lo que es detectado por el policía.
CAR01: (acercándose al asiento de Ramírez) ¿usted? ¿por qué se tapa?
Ramírez baja tímidamente la frazada, sólo dejando ver sus ojos
CAR01: esto es un control rutinario, ¿su carnet por favor?
Tte. R: (hablando muy bajo) no lo tengo, mi cabo. Me lo robaron en Calama
CAR01: ¿y puso la constancia en la comisaría?
Tte. R: no alcancé mi cabo, tenía que viajar rápido
CAR01: ¿dónde viaja?
Tte. R: voy a Illapel, a ver a mi tía Jacinta
CAR01: ¿Jacinta cuánto?
Tte. R: (empieza a pensar) Jacinta González, es de Illapel, pero hace tiempo no la veo
CAR01: (intenta identificarlo) le solicitaría que, por favor, nos acompañara
Tte. R: (pálido, perdiendo toda la seguridad) ¿d-d-d-dónde?
CAR01: si no tiene su cédula, tendremos que validar su identidad, por favor, acompáñenos al carro policial
Tte. R: (se para de su butaca y se acerca a Rafael) espérame en La Serena. No te muevas de ahí (le pasa unos billetes)
R07: entendido mi te…
Tte. R: (lo hace callar) shhhht!, estaré bien. Demoraré un poco pero estaré bien.
Ramírez baja del bus escoltado por un cabo, mientras abajo, otro policía, en moto, lo esperaba. La máquina empezó a moverse, y Rafael miraba por la ventana el procedimiento policial.
CAR01: (a Ramírez) así que sin los documentos, tiene su número de carnet?
Tte. R: (pensando cómo salir de esta) emm, sí, se lo doy
CAR02: (sacándose el casco, dejándolo sobre la moto) usted me parece cara conocida, señor
Tte. R: (empieza a mirar al segundo carabinero) ¿sí?
CAR02: (lo mira feo) sí, usted tiene pinta de los típicos narcotraficantes que traen droga desde Bolivia
Tte. R: (se ríe por dentro) ¿lo dice por mi pinta de chamán de secta?
CAR02: (molesto) no se haga el chistosito
Tte. R: (lo pilla desprevenido, haciéndole una llave y aturdiéndolo) no le hago a esas cosas, mi religión me lo prohíbe.
En eso, toma unos pedazos de género que tenía guardados en los bolsillos, y aprovecha de amordazar al policía, quitándole el arma de servicio. Empieza a caminar en dirección al auto, donde le coloca la pistola en la sien al otro carabinero, quien estaba concentrado en su computador.
CAR01: ya, menos bla bla, necesito su RUT
Tte. R: (pasa una bala) ya, 16 millones, 835 mil, 308…
CAR01: (revisando en el computador) usted es… ¿Arturo Ramírez? (en eso, el carabinero se da vuelta y se encuentra con Ramírez apuntándolo en la cara, con el arma del otro carabinero)
Tte. R: mucho gusto cabo… teniente Arturo Ramírez para servirle.
CAR01: (tembloroso) ¿y mi compañero?
Tte. R: (con cara de psicópata) estará en un mejor lugar
Acto seguido, toma el arma y le dispara a los neumáticos del auto, para atemorizar al policía
CAR01: (se asusta con los tiros) ya, ya, mi teniente, ya, ¿qué quiere?
Tte. R: nada, sólo esto (toma las llaves de la moto y el casco). Y no intenten buscarme
CAR01: (intenta sacar su arma de servicio, pero se le cae en el intento) no-no-no lo haremos mi te-te-te-teniente
Tte. R: eso espero, y parece que reprobaste el curso de Tiro. Hasta nunca.
Ramírez sale caminando de espaldas, apuntando al cabo en todo momento, aborda la moto, la enciende, se coloca el casco y arranca lejos.
CAR01: (se desespera y sale del vehículo) cabo Magaña, ¿está bien?
Magaña se encontraba tirado a la orilla de la carretera, con la cara tapada en tierra, y el cabo Guerra le saca el pañuelo de la boca)
CAR02: (tosiendo) ¿Dónde está este hijo de puta?
CAR01: lo perdimos, Magaña
CAR02: ¿y mi moto?
CAR01: se fue con ella, Magaña
CAR02: (se lamenta) puta la weá, Guerra, puta la weá.
CAR01: escuché disparos, pensé que te habían matado
CAR02: no, por suerte no, pero mira los neumáticos del auto
El cabo Guerra mira el auto y empieza a gritar y llorar por todos lados.
Sí, se les volvió a escapar el oficial prófugo y, más encima, en vehículo policial.
Mientras la máquina de Tur Bus avanzaba acercándose a Vallenar, Rafael mira por la ventana, como buscando respuesta sobre su futuro, cuando observa una moto policial avanzar a toda velocidad. Intenta afinar la vista, cuando se da cuenta quién venía en la moto
R07: ¿el teniente Ramírez? ¡Es él!
Ramírez levanta el brazo hacia el bus, saludando a Rafael cuando logra identificarlo, y haciéndole el gesto de que se encontrarían en La Serena, y avanza a toda velocidad, perdiéndose de vista.


Por fin, Rafael logra bajarse del bus, en pleno terminal de La Serena. Mira para todos lados, para ver si identifica a algún rostro familiar. Al no tener a ningún conocido, partió al mall Plaza La Serena, a ver si podía comer algo. Camino al lugar, alguien le toca el hombro. Rafael se asusta, pero observa a Ramírez, con otra ropa y lentes oscuros.
R07: (se emociona) ¿y tú?
Tte. R: (lo abraza) estás bien, ¡qué alivio!
R07: ¿y la moto?
Tte. R: ahí, afuera de la comisaría de La Serena. La dejé tirada ahí, y me fui. Te tengo una sorpresa (saca de su bolsillo unos pasajes), en un rato más, nos vamos a Santiago
R07: (sorprendido) ¿a qué hora?
Tte. R: una hora más. Vamos a comer algo al patio de comidas, y ahí nos largamos de vuelta al terminal.
R07: ¿y no lo persiguieron, teniente?
Tte. R: no pudieron. Me encargué que les costara reaccionar.
R07: ¿y qué les hizo?
Tte. R: soy comando, tengo mis métodos. Pero, salvo algo de susto y de sorpresa, nada malo.
R07: gracias por salvarme de nuevo
Tte. R: (serio) es mi deber, no me agradezcas tanto. Y apura la causa, que tenemos aún un par de horas de viaje
Ramírez y Manríquez suben al patio de comidas, se engullen un par de pizzas y salen, con bebida en mano, rumbo al terminal. Ahí, otra máquina de Tur Bus los estaba esperando, para poder acercarse a la capital. Abordan el bus, y salen raúdos de la ciudad. Luego de dos horas de viaje y mientras seguían durmiendo, el bus volvió a parar, recién pasando el límite de la IV con al V Región.
Tte. R: (despertando) ¿qué pasó?
R07: no sé (mira por la ventana), mire teniente, mire! (le indica)
Se asoma, y ve que hay un control militar en la carretera unos 200 metros más adelante. Obviamente, hay algo de congestión por el bloqueo de la circulación, y eso hace pensar a Ramírez.
Tte. R: nos están buscando, Manríquez
R07: ¿y dónde estamos?
Tte. R: (por la ventana, identifica el lugar) estamos en Pichicuy
R07: (igual de colgado) ¿dónde mierda es eso?
Tte. R: (preocupado) al norte de La Ligua. Conozco bien este lugar. Me vine de “vacaciones forzadas” varias veces acá. Creo hasta haber comido tierra de este sitio.
R07: ¿y qué hacemos?
Tte. R: atento a mis instrucciones. No decidas nada, sólo hazme caso.
Debido al taco, eso le daba algún margen de acción al oficial y el fugitivo, por lo cual, Ramírez se para, le hace un gesto a Rafael, y se bajan del bus, aprovechando que el conductor había abierto las puertas. Al fondo, se veía el cruce de Pichicuy, y una especie de puesto de control, cortando la Ruta 5. Viendo esta escena, Ramírez cruza rápido la Panamericana, y por la vereda opuesta, camina cuidadosamente por la orilla de la carretera. En un punto de la berma, observa que el alambre púa que cercaba el terreno colindante, estaba cortado. Se aprovecha de esta situación, y se mete a dicho espacio, justo al costado de un letrero que dice “Prohibido el paso, recinto militar”. Rafael lo sigue, y es ayudado con cuidado para no engancharse en la cerca.
R07: ¿y qué hacemos ahora?
Tte. R: mira hacia el fondo (le muestra el “punto de control”). Este terreno atraviesa dicho punto, por lo cual, podremos cruzar hacia el otro lado, y retomar el viaje unos kilómetros más allá.
R07: ¿y podemos pasar?
Tte. R: es la idea. Eso sí, vamos a tener que caminar bastante.
R07: no me complica. ¿Tenemos agua?
Tte. R: (saca de su bolso una botella de 1,5L) sí, pero hay que hacerla cundir. Y sobre la comida… (Rafael lo interrumpe)
R07: (saca del bolsillo unas barras de Snickers) esto nos va a servir
Tte. R: guárdalas bien. Sígueme
Ramírez y Rafael caminan, a paso rápido, y a campo traviesa por el recinto militar, con tal de esquivar los controles o a cualquier guardia. Lo hacen en diagonal a la carretera, avanzando hacia el sur, pero lo más lejos posible de la Ruta 5, para no levantar sospechas. Caminan esquivando ramas, piedras, árboles, pero el problema es cuando se cruzan con una quebrada y una bajada bastante pronunciada.
Tte. R: (dando instrucciones) acá nos va a costar un poco, pero se puede atravesar. Harto cuidado y ojos bien abiertos.
Se mueven sigilosos, con mucho cuidado, cuando, de repente, observan a un conscripto solitario, lamentándose
SO6: (entre medio de los árboles) puta la weá, me mandan acá, estoy terrible solo y más encima, estoy que me meo
Tte. R: (haciendo gestos) espérame aquí, yo me encargo
Ramírez, en punta y codo, empieza a avanzar sigiloso hacia donde se encontraba el soldado, quien, no podía aguantarse las ganas, y decide orinar en una orilla, cometiendo un error fatal para cualquier combatiente: deja su fusil tirado, en un costado. Esta situación es aprovechada por Ramírez, quién, sin levantar sospechas, toma el arma, y se la lleva. Cuando iba escapando del lugar, recién allí, el conscripto nota que algo le falta
SO6: ¿y mi fusil? Puta, si lo dejé aquí… ¿quién mierda me sacó el fusil?
En eso, Ramírez se levanta y lo apunta con el arma
Tte. R: (silencioso, sin sacarle el fusil de la cabeza) ssssht!, no digas nada, no digas nada, que no te conviene
SO6: (asustado) y-y-y-y
Tte. R: stop soldado, tú no has visto nada. Siéntate, y no hagas preguntas.
En eso, Ramírez pesca un pedazo de género que tenía guardado, venda los ojos del conscripto y se empieza a mover
Tte. R: tranquilito, tranquilito, si no quieres pasarlo mal, debes guardar silencio (retira el seguro del arma, sólo para asustar al soldado).
Ramírez le hace un gesto a Rafael, para que se acerque
Tte. R: (casi susurrando) camina, en esa dirección (le apunta con la mano). Yo te alcanzo un rato más. Y si ves algo, te agachas y te escondes.
R07: entendido
Tte. R: vete
Rafael camina raúdo, pero con seguridad, hacia donde le indicó Ramírez. En eso, el teniente, con el fusil al cinto, empieza a caminar, siguiendo la ruta anterior, alcanzándolo media hora más tarde.
R07: ¿todo bien?
Tte. R: sí, eso espero. Ojalá que no castiguen muy duro al pobre cabro. Eso les pasa por mandar a puros cabros chicos a hacer pega de adultos.
R07: ¿y cuál es el plan ahora?
Tte. R: por lo que me acuerdo, unos metros más allá hay otra valla con alambre de púas. Ahí se acaba el terreno del Ejército y pasamos a un terreno privado. Vamos bordeando ese alambrado, y así llegamos a la carretera, para retomar el camino.
Caminaron cerca de una hora, rápido y sin hablar, hasta que vieron la famosa cerca. Al llegar allí, se dieron cuenta de un pequeño detalle: ya no era alambre de púa, sino que un cerco eléctrico de alto voltaje.
R07: ¿y qué mierda hacemos ahora?
Tte. R: (mirando la reja y pensando) eso estoy viendo.
Estaban en eso, cuando, de repente, escuchan un grito, se dan vuelta y ven a un oficial de Ejército armado, apuntando directamente a la cabeza de Ramírez
Tte. González: ¡ALTO AHÍ, MIERDA!