domingo, 22 de febrero de 2015

1x04: Suerte

Martín e Ignacio acordaron juntarse en el mismo restorant de la otra vez. Allí, Martín le resumiría los descubrimientos hechos y los planes a seguir. Su idea era meter aIgnacio a los talleres del Metro, en Lo Prado, a recabar más evidencias. Quería confirmar su teoría inicial, de que los explosivos que utilizaron en el atentado al vagón en Universidad de Chile los sacaron desde el regimiento de Arsenales de Guerra del Ejército. Lo grave del asunto, es que el teniente que fue secuestrado en el rally Dakar estaba destinado a dicha unidad regimentaria, lo que hace suponer que lo querían sacar del camino para tener chipe libre.
M01: la cosa está mucho más complicada de lo que creíamos
I04: mmm, algo he averiguado yo gracias a los conscriptos que estoy entrenando
M01: ¿y cómo te ha ido con eso?
I04: bien, son buenos cabros, tienen hartos proyectos y son súper humildes. Al principio no más que llegaron alumbrando, porque los tenían haciendo guardia en el Metro, pero al final son unos cabros chicos.
M01: ¿ellos saben algo?
I04: mira, lo que he logrado averiguar, a ellos los trajeron desde el regimiento escoltando unas “cargas peligrosas” al Metro, pero no tienen idea qué era esa carga peligrosa.
M01: nosotros con Antonio encontramos fotos en internet: traían explosivos.
I04: ¿y cómo se enteraron?
M01: redes sociales. Esta manía de mostrar todo lo que uno hace o dice en el día. Subieron selfies desde el lugar y se ven claritas las cajas de explosivos.
I04: (se ríe) por eso soy enemigo de andar sacándose fotos a cada rato. Esta tontera de las selfies me tiene chato.
M01: claro, ahora la idea es intentar infiltrarse en el Metro nuevamente a reunir explosivos, y para eso quería juntarme contigo
I04: (se molesta) ¿querís que me meta yo? ¿estai loco?
M01: no tengo alguien más de confianza a quién pedirle esta misión. A Antonio lo están inculpando de la muerte del funcionario del Metro y lo andan buscando por cielo, mar y tierra.
I04: pero yo no me puedo arriesgar poh, aparte con todo el tema de la barra, me tienen fichado poh.
M01: no se me ocurre más. Y necesitamos confirmar el tema de los explosivos. Hay algo grande y grave detrás y queremos saber bien qué es.
I04: mmm, yo puedo averiguarte más cosas a través de los conscriptos, pero de ahí a meterme al Metro a la mala, difícil.
M01: por favor, necesitamos entrar ahí y chequear bien qué pasó.
I04: dame un par de días para pensarlo y te aviso. Pero te recomendaría que buscaras a otra persona, porque no es seguro que te diga que sí.
M01: siempre quisiste participar en esto
I04: sí, pero el riesgo es muy grande. Ya a tu amigo lo acusaron de algo que no hizo.
M01: sí, pero esto es algo que van a hacer siempre, ya que la idea es borrarnos del mapa.
I04: dame unos días y te respondo, en serio. (se para y se va, deja a Martín solo)


Antonio se mantenía tumbado en la cama. Su vida había dado un giro radical la última semana. Pasó de ser un estudiante de periodismo promedio, que trabajaba en sus ratos libres para pagarse la carrera, a uno de los hombres más buscados del país, debido a que manejaba más información de la cuenta. Miraba el techo como buscando una respuesta a todo lo sucedido. Sus ojos empezaron a cerrarse lentamente. Al despertar, se vio en un lugar muy caluroso, lleno de tierra y arbustos que no lo protegían del sol. Se encontraba tirado en el piso, con un fusil en la espalda y la cara sucia, por la mezcla entre la pintura del mimetismo, el barro y el sudor. A lo lejos, escuchaba gritos, y su cabeza le preguntaba a cada minuto que si estaba en el lugar correcto, que si no estaría mejor en otro sitio, donde realmente se sintiera útil. El ruido del mar y el de los camiones circulando por la Ruta 5 Norte era interrumpido por tiros de guerra y estallidos, que lo mantenían inquieto. No se dio cuenta y volvió a verse en la cama, mirando el techo, pensando en el giro que había tenido su vida.
Se levanto, vio su computador encendido, y encontró un mensaje de su amiga Valentina.
V05: (en el mail) “Hola Toñito: ¿Qué ha sido de tu vida? Me tienes realmente preocupada, sobre todo después de que te fuiste ese día. Por acá, las cosas no han andado mejor: no sé si sabes, pero el Gobierno quiere prohibir el derecho a reunión, así que mis talleres teatrales en Cerro Navia podrían ser cancelados en cualquier momento. Me gustaría tener noticias tuyas y juntarme contigo, pero no sé cómo hacerlo, por eso me contacté por email. Por favor, me tienes muy preocupada. Un abrazo, Vale.
Antonio presionaba una y otra vez “Redactar”, pero se arrepentía y volvía al mensaje original. ¿Qué podría contarle sin preocuparla? ¿Qué podría contarle sin delatar su posición? Estaba en un dilema bastante complejo, pero este pensamiento se borró de un plumazo, cuando entró Martín a su pieza.
M01: necesito hablar contigo
A03: yo también (no lo deja hablar), quiero ir a ver a Valentina
M01: (piensa) es peligroso
A03: lo sé, pero me mandó un mensaje y está preocupada. Además, la salida podría servirme para juntar más datos
M01: mucho cuidado no más, y toma (le pasa una tarjeta Bip!), está hackeada, saldo indefinido, y no van a detectar tu ubicación. Cuídala como hueso santo sí, que es la última que me va quedando, y ahora la aplicación para adulterarla la bloquearon
A03: no te preocupes (toma su mochila, la tarjeta en el bolsillo, y sale)
Decide cambiarse ropa, ponerse chaqueta y salir, en forma bien sigilosa. Toma una micro, se pasea por Santiago, y llega donde Valentina. En la recepción del edificio llaman por citófono y le dicen que pase.
Subió las escaleras, golpeó la puerta y ahí estaba ella, Valentina, esperándola en bata con un jarro de café en la mano.
V05: (deja el café en una mesa y abre la puerta) ¡Antonio! ¿Qué te había pasado? Me tenías preocupada (lo abraza y no lo quiere soltar)
A03: ahí estoy, sobreviviendo
V05: ¿qué mierda pasó? ¿por qué te persiguen?
A03: yo me metí al Metro a sacar información del atentado, ¿te acordai del Rafa?
V05: sí, oye, heavy cómo lo mataron. No me digas que tú tienes que ver con eso, ¿o sí? (asustada)
A03: (trata de calmarla) sí y no, o sea, el Rafa me ayudó a entrar, y cuando estaba yo adentro lo “mataron”, pero nosotros estamos sospechando que no lo mataron, sino que lo tienen escondido para generar más miedo, y acusar al que se metió al metro, o sea yo, de su muerte.
V05: (sorprendida) ¿y cómo sospechas eso?
A03: me fui a meter al funeral, y ahí noté que el ataúd estaba vacío. Claro, no pude investigar más, ya que llegaron los detectives a buscarme, porque, claro, soy yo el principal sospechoso. Fui el último que estuvo con él y tuvo contacto. Por eso.
V05: (ahora con mucha curiosidad) oye, ¿y cómo te metiste en todo esto?
A03: porque soy curioso. Sospechábamos que el atentado del Metro tenía algo raro, y cada día que pasa nuestras suposiciones se confirman.
V05: (emocionada) ¿Y no te da miedo?
A03: claro que sí, pero ya me metí en esto y no sé cómo ni en qué condiciones voy a salir de esto.
V05: me tinca que es algo súper peligroso, cuídate harto po fa
A03: obvio, si a mí también me da miedo todo esto, pero ya no tengo otra opción. (cambia radicalmente de tema) Y tú, ¿cómo van tus cosas? Leía en tu mail que los talleres podrían acabarse.
V05: sí, con esto de revocar el derecho a reunión, podrían cancelarlos.
Estaban en medio de la conversación, cuando, de repente, suena el citófono en su departamento
Conserje: ¿aló, señorita Valentina?
V05: ¿sí?
Conserje: la buscan unos policías acá abajo, ¿los hago pasar?
V05: (tapa el micrófono del auricular) ¡Antonio, la policía! (habla por el citófono) no, yo voy a bajar
A03: ¿qué? ¿qué mierda hago? (se pone a pensar y tiene una idea) déjalos pasar, se me ocurrió algo
V05: no, ¿estás loco?, ¿y si te pillan?
A03: no te preocupes, estaré bien, hazlos pasar. Yo, estaré en tu pieza oyendo todo
V05: ¿y si piden registrar la casa?
A03: sin una orden judicial, no pueden
V05: estos tipos son capaces de todo. Si tú quieres…
A03: hazlo, si quieren revisar todo, veré como lo hago.
V05: ok (se cambia ropa y baja al hall) ¿me andan buscando?
Detective1 (DE01): señorita Valentina Oporto, somos de la PDI, necesitamos hablar con usted
Detective2 (DE02): sí, queremos saber qué sabe usted del joven Antonio Esparza, hace días anda desaparecido, su familia puso una denuncia por presunta desgracia.
V05: eeeeh, sí, el Toño es mi amigo, pero hace tiempo no sé nada de él.
DE01: ¿podemos pasar a su domicilio?
DE02: sí, por favor
V05: (se encoge de hombros) bueno, si gustan (suben la escalera, Valentina mete la llave en la puerta y la abre), adelante
DE01: permiso
DE02: permiso
Se sientan en un sillón, mientras ella mira para todos lados, por si se veía Antonio. Al entrar los detectives, dejan la puerta abierta.
DE01: señorita, como le estaba diciendo…
V05: (lo interrumpe) ¿quieren algo para tomar?
DE01: no, gracias
DE02: yo le aceptaría un vasito de agua
V05: no hay problema, ¿agua de la llave o mineral?
DE02: mineral por favor…
DE01: (intenta retomar la conversación) señorita, como le iba diciendo...
V05: (nuevamente interrumpiendo, entregándole el vaso al detective 2) tome, ahí tiene su vaso (al detective 1) en serio, ¿usted no quiere nada?
DE01: (algo irritado) no, gracias, y me gustaría que me contestara un par de preguntas
V05: (se sienta, con una taza en la mano) sí, dígame, ¿en qué le puedo ayudar?
DE01: usted conoce al joven Antonio Esparza. Él estuvo con usted antes de que se le perdiera la pista.
V05: sí, claro que lo conozco, pero no lo veo hace tiempo.
DE02: (toma el vaso y lo deja en la mesa de centro) ¿desde cuándo se conocen?
V05: fuimos compañeros en el colegio, y, cada cierto tiempo tenemos contacto
DE01: ¿él no se ha tratado de comunicar con usted los últimos días?
V05: no, para nada, aparte parece que perdió el celular, porque no contesta. Igual me tiene preocupada esto.
DE02: ¿en serio señorita?
V05: (empieza a darse cuenta para donde va la conversación) obvio, él es mi amigo, hace días que no hablo con él, pero no tengo idea dónde está. Además, no es mi pololo, si así lo fuera andaría loca por encontrarlo, pero es un amigo no más, y sí, me preocupa que ande perdido, pero esa pega es de su familia ¿o no?
DE01: la última persona que lo vio fue usted. Tenemos pruebas
V05: (se para violentamente y empieza a gritar) ¿qué pretenden ustedes con esto?
DE02: (intenta calmarla) nada, señorita. Los vieron juntos a ustedes hace un par de días, en Plaza Italia (saca del bolsillo un celular y le empieza a mostrar fotos) ¿ve? Él está con un bolso, parece que se están despidiendo.
V05: (les desvía el tema) ¡aaaaaah!, ¿a eso se referían? Ah, dijo que se iba de viaje y me pidió unas cosas, pero nada más.
DE01: ¿y le dijo dónde iría?
V05: no, ni le pregunté. Muy amigo mío será, pero no me ando metiendo en su vida privada. Parece que iba a ver a una polola al norte.
DE01: ¿en serio?
DE02: ¿usted no nos está ocultando algo?
V05: (se empieza a reír) ¡ja ja! ¿cómo se les ocurre? Nada que ver, realmente no sé dónde fue. Me habló de una polola en el norte, o una amiga con ventaja, nada más. Quería arrancarse rápido sí, para sorprenderla. Quería llegar de forma imprevista, para darle un regalo.
DE01: no sabemos nada de que tenga novia.
V05: (toma el control de la situación) si ustedes saben tanto, ¿entonces para qué mierda me vienen a preguntar a la casa?
DE02: (intentando calmarla) señorita, no es necesario que se ponga así.
V05: entonces, explíquenme qué están haciendo aquí.
DE01: ya, basta de rodeos. Al joven Esparza lo están buscando porque es sospechoso de homicidio contra Rafael Flores, ya que fue la última persona que lo vio con vida. Rafael era operario del metro, y murió durante la noche donde alguien intentó ingresar a los túneles para alterar la evidencia del atentado en la estación Universidad de Chile. ¿en serio qué usted no sabe nada de Esparza?
V05: (molesta) oiga, ¿en qué idioma quiere que le diga que NO sé nada de él? ¿o se lo envío por Whatsapp?
DE02: por favor, no haga más difícil esto y colabore con la justicia.
V05: (ya, al punto de la furia) oiga, ya le dije que no sé nada. Además, quiero vivir mi vida tranquila, y por sus mierdas de prohibiciones, hasta sin trabajo me voy a quedar. Soy actriz, hago talleres teatrales y están a punto de cancelarlos porque quieren prohibir las reuniones. Entenderá, entonces, que lo último que me interesa, es que se mantenga esta situación. Si Antonio es culpable de la muerte del otro joven, no es mi culpa, y si supiera algo, obviamente iría a la justicia a entregar los antecedentes. ¿Podrían salir de mi casa, por favor?
DE01: antes que todo, ¿podríamos revisar su casa?
V05: (furiosa) ¿tienen una orden judicial? ¿no? ¡ENTONCES VÁYASE! (con los gritos, los vecinos de los departamentos aledaños salen a sus puertas y se asoman a ver la escena completa)
DE02: (intenta calmarla) ¿le puedo pedir un favor?
V05: ¡NO! ¡VÁYASE DE AQUÍ!
DE01: (echándole más carbón al fuego) si usted tiene alguna información del joven Esparza, ¿nos podría avisar? ¿le dejo mi número?
V05: ¿qué parte de “si supiera algo, iría a la justicia” no entendió? Ya, lárguese de mi casa, si no quiere que me enoje en serio y llame a los policías de verdad. Ya, chao no más.
Los detectives empiezan a salir del departamento, caminando de espaldas, mientras Valentina saca una escoba y comienza a amenazarlos. Ante esto, los policías salen y ella les cierra la puerta de un golpe. Ellos, se quedan parados afuera tomando nota y llamando por teléfono, cuando Valentina los observa a través del ojo mágico de la puerta. Antonio sale de la habitación, y camina sigilosamente hacia el comedor. Allí, Valentina le hace un gesto que no se mueva, mientras mantiene el ojo pegado hacia la puerta.
Afuera, los detectives esperaban, se daban vueltas, llamaban por teléfono, pero no se despegaban del lugar.
DE01: (por teléfono) ¿aló, Comisario? Sí, Esparza no está acá. La testigo no sabe nada, pero se molestó cuando empezamos a hacer preguntas. Nos echó del departamento y estamos acá afuera, esperando instrucciones.
Comisario: vuelvan al cuartel, tenemos otro dato y necesito que investiguen más antecedentes.
DE01: pero…
Comisario: (severo) de inmediato, regresen. (corta)
DE01: pero… oye, Hurtado (llama al otro detective), el comisario nos quiere en la oficina, tenemos que irnos.
DE02: me tinca que este gallo anda por acá cerca
DE01: a mí también, pero el comisario nos obligó a salir de acá.
Los detectives salen del edificio, mirando hacia todos lados por si Antonio quisiese arrancar en ese momento, sin éxito.
Unos minutos más tarde, salen raudos en un auto, con rumbo desconocido. Al salir, esta escena es observada por Valentina desde una ventana, y ahí, le hace el gesto a Antonio.
A03: (tomando agua) estuve cerca (la abraza) gracias por todo
V05: (se emociona) cuídate por favor, y, aunque me duela, no me vengas a ver si te vas a estar arriesgando de esta forma.
A03: (la tranquiliza) no te preocupes, tengo claro que tarde o temprano estos tipos me van a pillar, pero espero que sea más tarde que temprano y cuando ya todo este crimen se haga público. (Mira la hora en un reloj de pared) Ya, me tengo que ir, no quiero preocupar a Martín y tengo algunas cosas más que averiguar. (le da un abrazo y un beso en la mejilla)
V05: (le da un abrazo tan apretado que casi lo asfixia) cuídate mucho, no quiero que te pase nada malo
A03: (le devuelve el gesto) eso espero, o, que por lo menos, el riesgo valga la pena.
Antonio sale por la puerta corriendo y Valentina se tira al sillón a esperar. Él, abandona el edificio caminando rápido con rumbo desconocido.


Ignacio le daba vueltas en la cabeza la propuesta de Martín: le gustaba el peligro, la adrenalina, ¿pero a este nivel?. Además, la situación en el país no estaba para correr esos riesgos. En eso, caminaba a su gimnasio, donde ya lo esperaban sus alumnos. En esta ocasión, los conscriptos, Silva y Araneda, lo esperaban listos para entrenar. Entre rutinas de pesas, abdominales, la trotadora, y esas cosas, contaban detalles que a Ignacio le serían bastante útiles, a la hora de decidir si aceptar la solicitud de Martín, de inmiscuirse en el metro a buscar la evidencia precisa para conectar el atentado al Metro con el robo de explosivos desde el Ejército.
SO3: oiga profe, ¿y usted siempre quiso ser profesor de educación física?
I04: cuando chico, quería ser Tarzán, pero me alcanzó para hacer clases. No, la verdad, que cuando chico quería ser futbolista, y harto tiempo jugaba a la pelota, pero mis viejos querían que estudiara algo, así que no me quedó otra que juntar ambas cosas y estudiar esto.
SO4: ¿y le gusta?
I04: yo lo paso bien, no me quejo. Lo único que le envidio a los futbolistas son los millones que gastan. Y las minas que se comen.
SO3: sí, en mi familia quieren que me quede en el Ejército. Creen que puedo asegurarme el futuro acá, pero hay cosas que no me gustan de esto
I04: ¿cómo cuáles?
SO4: a mí me gusta esto, pero no me veo mucho rato. Igual quiero postular para probar qué onda.
I04: ¿y qué cosas no te gustan?
SO3: que te tengan pa’l hueveo, los puros generales mandan, el resto, somos suches. Ellos siguen calentitos en sus oficinas planeando todo, y a uno lo mandan a cagarse de frío, a arriesgarse trasladando explosivos, carne de cañón
SO4: (le pone mirada de odio a su camarada) pero así es la vida del soldado, si esto no te gustaba, te habrías metido a otra cosa
SO3: si sé, pero cachai que nos tienen moviendo explosivos por Santiago, que nos tienen arriesgando el pellejo, el otro día dos soldados se fueron de arresto por dejar que se les metiera un gallo al Metro que estaban vigilando. ¿Te das cuenta que algo quieren ocultar?
SO4: (molesto) obvio, si estamos en guerra, raptaron a mi teniente Ramírez, pusieron bombas en el metro, tenemos que estar listos.
I04: (intenta calmar las pasiones) ya, acá estamos para entrenar, preocupémonos de esto
SO4: (deja todo tirado) no, no puedo seguir entrenando con este comunista traidor de la patria (va a buscar su bolso y se va), lo siento profe, pero no puedo estar con este compadre, chao (sale)
Ignacio y el conscripto Araneda se quedan mirando, mientras Silva sale del gimnasio.
I04: (sorprendido) no pensé que fuera tan engrupido este cabro, ¿es tan así la cosa adentro?
SO3: algunos, yo entré porque quiero darle un mejor futuro a mi familia, pero esta cuestión no me gusta. Preferiría estudiar otra cosa, pero no puedo por ahora.
I04: (se le ocurre una idea) oye, y ¿qué crees tú que intentan esconder?
SO3: no sé, algo raro hay. Todos los días tenemos que ir a hacer guardia a los talleres del metro, porque aún tienen guardados los explosivos que descargamos la otra vez. Están buscando cómo sacarlos sin levantar sospechas.
I04: (sorprendido por la información) ¿tanto así?
SO3: me preocupa todo esto (luego se da cuenta que está hablando más de la cuenta), pero no debería contarle esto profe, es información reservada
I04: (mira para todos lados y se ríe) pero ya la dijiste. Y no, no te preocupes, no soy ni subversivo ni nada de eso.
SO3: ya, es que no me gusta el que nos usen de carne de cañón para intereses particulares. Nos dijeron que los explosivos que llevaban para el metro eran para las obras nuevas, para conectar la estación Universidad de Chile nueva con la antigua, pero está claro que eso es mentira.
I04: (sorprendido, mientras, en secreto, saca el teléfono y empieza a grabar todo) ¿y?
SO3: no quiero prestarme para matar gente por matar. Somos soldados, preparados para la guerra, no marionetas de alguien que quiere meter susto colocando bombas en trenes. Cualquier persona que sepa de explosivos, sabe que el traslado de estos debe ser con sumo cuidado, y en vagones de pasajeros no hay nada de seguridad.
I04: (empieza a pensar) oye, y ¿por qué me cuentas todo esto?
SO3: porque el cargo de conciencia me tiene loco. Además, usted se ve que es alguien de confianza, ¿o no?
I04: obvio, obvio, para eso estamos.
SO3: (mira su reloj) ya, me voy, es tarde y no quiero que mi teniente me castigue por andar solo a esta hora, aparte espero que Silva no vaya a acusarme. Hasta luego profe (le da un abrazo, la mano y se va)
Ignacio toma el teléfono, corta la grabadora, y llama a Martín.
M01: ¿y? ¿qué decidiste?
I04: te tengo información fresquita, ¿puedes venir a mi gimnasio?
M01: estoy esperando a una persona, apenas tenga noticias de ella, aparezco por allá. Yo te aviso.
I04: dale
Ignacio revisa la grabación una y otra vez, conecta el computador, un pendrive y respalda esta conversación en una memoria externa.
I04: (pensando en voz alta) uno nunca sabe
En otro lado de la ciudad, Martín recibe un llamado inesperado
A03: ¿aló?
M01: ¿y tú? ¿a qué hora regresas?
A03: estoy llamando de un teléfono público. Fui a ver a la Vale, y, estaba allá cuando llegaron los detectives preguntando por mí. Obviamente ella los echó de la casa y logré salir, pero igual no quiero llegar a casa rápido
M01: tengo una idea: necesito que llegues a esta dirección. (le da las referencias del gimnasio de Ignacio). Nos vemos allá en una hora. Si no he llegado, me esperas en la puerta.
A03: ok, no hay problemas
En el cerebro de Martín se fraguaba el plan perfecto para recabar pruebas. El problema, era el alto riesgo que se corría con la operación.
Una hora después, llegan Martín y Antonio juntos al gimnasio, allí, Ignacio les abre la puerta, y le da un abrazo a Martín y la mano a Antonio. Se sientan alrededor de una de las máquinas de ejercicio, donde Ignacio le entrega un pendrive a Martín.
I04: esto te puede interesar.
M01: ¿qué es?
I04:  a uno de los conscriptos le bajó la culpa y contó parte de los planes que tenían con el tema del bombazo del Metro. Pero mejor escúchalo tú mismo.
M01: ok, luego lo haré. Los cité a ambos acá, aprovechando que Antonio pudo salir y no puede volver aún, porque se me ocurrió la idea que ambos se metan a los talleres de Neptuno a recabar evidencia.
Antonio lo mira sorprendido e Ignacio incrédulo
I04: (cortante) tienes que escuchar la grabación, ahí sale lo que andas buscando
A03: (no entendiendo nada) a ver, a ver, o sea, ¿quieres que de nuevo arriesgue el pellejo?
M01: no se me ocurre otra opción
I04: insisto, escucha la grabación y yo tengo una idea mejor.
M01: ok, ok, lo haré, ¿la tienes en otro lugar?
I04: (saca el teléfono y lo muestra) aquí.
M01: ok, ponla en altavoz.
Ignacio, Antonio y Martín escuchan la grabación completa. Martín queda sorprendido por el nivel de detalle y Antonio empieza a sacar cuentas.
A03: o sea, le dijeron a los conscriptos que la pólvora era para hacer los piques del Metro y, por eso, muchos llegaron y cargaron explosivos en un vagón. Y a uno de los que tú entrenas le bajó la culpa y contó la firme.
M01: lo interesante es saber que aún hay dinamita en los talleres y que no saben cómo sacarla para no levantar sospechas.
I04: la idea mía es incluir a este conscripto en nuestros planes
M01: pero… ¿es de confianza?
I04: o sea, si nos contó todo…
A03: lo bueno sería que él, al conocer el tema por dentro, es más fácil que saque evidencias.
M01: igual el riesgo es demasiado grande
A03: ¿riesgo? tú querías que nosotros entráramos.
I04: yo me ofrezco a participar en la operación, pero bien planificada.
A03: tengo una idea: tengo un primo que vive en los departamentos que están al frente del acceso principal, por Avenida Dorsal, pedirle a él que nos preste la casa para usarlo de centro de operaciones.
M01: perfecto. La idea, entonces, es infiltrar al conscripto, y nosotros, desde afuera, vigilar el paso a paso y ayudar, en caso de que la misión empiece a complicarse, ¿correcto?
A03: es la idea
I04: cuenten conmigo
M01: listo, necesito ya tener este plan funcionando mañana en la noche. Antonio: habla con tu primo para que nos preste la casa. Ignacio: habla con el conscripto mañana para que nos ayude. Y por mientras, yo intento armar el plan y les aviso.
A03: y yo, ¿me voy contigo o me busco donde quedarme?
I04: amigo, ¿no tiene donde pasar la noche?. Yo le presto mi sillón, así, aprovecha de ponerme al día con todo y armar el plan
A03: (sorprendido) ¿en serio?
I04: obvio, sé que fuiste tú al que salvé esa noche a punta de petardos y bengalas en Los Héroes. Aparte, si eres amigo de Martín, eres amigo mío, no hay drama.
M01: te lo agradezco, necesitamos que el equipo esté más afiatado que nunca.
A03: cuenta con eso.