martes, 2 de marzo de 2021

2x08: Un Paso Adelante

En pleno estado de excepción constitucional, ver vehículos militares en la calle se hace muy habitual, por lo que una ambulancia del Ejército saliendo rauda desde Valparaíso, no levantaba mayor sospecha, aunque el motivo de este estado de excepción vaya a bordo de esta.

Antonio y el teniente Ramírez abandonan la ciudad puerto con más dudas que certezas, donde la línea para definir los “buenos” y los “malos” de esta historia cada vez se difumina más, donde los que antes demostraban lealtad ahora sólo generan cuestionamientos, y los que, con sus actos, cada vez llegan más lejos, condimentan aún más la situación.


A03: (mirando por la ventana el paisaje que entrega la Ruta 68) siento que en estas semanas he viajado más que en toda mi vida, y ni siquiera puedo disfrutar el paisaje

TTER: (tirado en la camilla, mirando el techo) y todo por estar en el lugar y momento preciso, ¿quién chucha me manda a meterme en todo esto?

A03: si no hubieras sido milico, ¿a qué te habrías dedicado?

TTER: (la piensa mucho) mmmm, no sé, esta weá de la vocación se presta para todo. Seguramente estaría estudiando en la universidad, alguna carrera onda ingeniería comercial, aunque me cargan los números

A03: “la ingeniería que no es ingeniería”, típica carrera de cuico que no sabe qué hacer, pero ya tiene su puesto asegurado

TTER: (se ríe) cuicos culiaos, arruinan todo

A03: pero si tú vienes de un antro de cuicos, de esos que hay que hacerles un mapa para ubicar la Plaza Italia

TTER: si te cacho, y para uno, que es de provincia más encima, igual aburre lo monotemáticos que son los weones

A03: bah, yo pensé que te gustaba ese ambiente, si lo pasabas tan bien con esos zorrones apitutados

TTER: (tratando de justificarse) espera, espérate un poco, que sean mis camaradas de armas no quiere decir que tenga que aguantarles todas sus estupideces típicas de cuicos. Aunque hay algunos que se salvan

A03: como en todo orden de cosas, no más.

TTER: (cambiando abruptamente de tema) ¿y dónde nos llevarán?

A03: por lo que le escuché a Cabezas y Espinoza, a una casa en el sector de Ciudad de Los Valles, para no llegar a Santiago mismo

TTER: tú trabajai en las micros, cachai todos esos sectores, ¿cómo es por allá?

A03: es un barrio bonito, aspiracional, y tiene un par de supermercados. No es la gran cosa.

TTER: (pensativo) mi sueño, más que una casa cara y full equipo, es tener una parcela, con animales, plantar frutas y verduras, algo tranquilo

A03: (lo corta en seco) el mío es salir de esta mierda y poder empezar a hacer mi vida como corresponde. Y tengo mis dudas que nos lleven a Ciudad de Los Valles, ¿tan fácil?

TTER: (extrañado) ¿dudas de mis camaradas?

A03: no es eso, no dudo de ellos, sino de las circunstancias. Nos costó semanas ocultarnos en Valparaíso, para luego de un par de aciertos, volver a Santiago? Hay algo que no me calza acá

El vehículo militar sigue avanzando por la Ruta 68, ya cruzó Curauma, el Parque Peñuelas, Lo Vásquez (donde Ramírez aprovecha de persignarse), y cuando van llegando a la entrada de Casablanca, la ambulancia baja la velocidad drásticamente.

A03: (aún tumbado en la camilla) ¿qué habrá pasado?

TTER: ¿otro control? Qué raro que no nos hayan atajado antes (intenta ver de reojo por la ventana trasera de la ambulancia, pero su posición corporal se lo impide)

Antonio hace lo mismo, pero hacia adelante, donde va el enfermero de combate-chofer. Ahí, logra apreciar gran congestión, pero nada claro que sea el origen del taco.

A03: (de reojo) está la cagá para adelante, pero no se ve qué pasa

TTER: se ve como humo al fondo, pero no cacho

En eso, el chofer de la ambulancia sube el volumen a la radio, donde se escucha el reporte de una emisora local:

Radio: en este momento, estamos en la Ruta 68, a la altura del enlace de Casablanca, donde auditores reportan presencia de manifestantes, quienes con barricadas mantienen bloqueadas las 4 pistas de la carretera. Al parecer, estarían protestando por la instalación de una nueva planta de British American Tobacco en la zona...

TTER: (reflexionando) vamos a salir el día del níspero de esta

A03: ¿y si es una trampa? Deberíamos cambiar la misión

TTER: (incrédulo) no creo que mi capitán Espinoza y Cabezas se presten para esto

A03: yo tampoco, pero si ellos también fueron engañados? En esta institución, ya no se puede confiar en nadie, ni siquiera en la propia sombra

TTER: (molesto) oye oye, no por un par de manzanas podridas, nos vas a tirar mierda al cajón completo

A03: (lo para en seco) los hechos han demostrado que tengo más razón de la que quisiera

En eso, el chofer de la ambulancia se baja a mirar la situación, mientras Antonio y Ramírez empiezan a hacerse gestos. La idea, al parecer, es aprovechar el tumulto para bajar y huir. 

Estaban observando todo el entorno, cuando, de repente, Antonio recibe un llamado al teléfono que le entregaron en el Maipo.

TTEC: (susurrando, muy ansioso y apurado) aló, Esparza?

A03: Cabezas? Estamos atrapados en un taco por una protesta en Casablanca, ¿qué pasó?

TTEC: mi mayor Ortega sabe que escaparon en una ambulancia militar, no sabe aún que ustedes estuvieron acá ni nada de eso, pero ya dio la orden de interceptarlos en la ruta. Deben salir de ahí lo antes posible

A03: (empieza a sacar cuentas) ahí está “la protesta”, por eso el chofer de la ambulancia se bajó y dejó el vehículo tirado... (se asoma a la cabina) y con las llaves puestas

TTEC: salgan de ahí! El enfermero está siguiendo las órdenes de Ortega, quieren llevarlos al Centro Nuclear de Lo Aguirre, en Pudahuel, así que salgan de la ambulancia cuanto antes

TTER: (empieza a revisar el botiquín, para ver qué puede rescatar) hay cosas que nos van a servir, permiso, me las llevo. Y ojalá me acusen de malversación de fondos públicos

A03: (por teléfono a Cabezas) ya, te llamo apenas tenga novedades

TTEC: olvídenlo, no nos llamen más, la cosa acá se puso súper densa y no hay que levantar sospechas (le corta)

A03: (guarda el teléfono) era Cabezas, hay que arrancar de esta mierda ahora, Ortega ya sabe que nos fugamos desde Valpo en esta ambulancia, así que dio la orden de pararnos como sea en la ruta. Y con lo caldeados que están los ánimos, es obvio que un vehículo militar pasando por una barricada es casi un llamado para que lo quemen entero.

TTEC: ya Esparza, a la cuenta de 3, pateamos la puerta y saltamos, uno, dos, tres!

Ambos le dan un golpe seco a la chapa de la puerta trasera, pero esta no reacciona.

A03: (empieza a preocuparse) ahora sí, no estaba listo recién, uno, dos, tres!

Lo intentan de nuevo, pero no hay caso, la puerta sigue intacta. Estaban en eso, cuando oyen la voz del chofer de la ambulancia, quien venía acompañado de dos “manifestantes encapuchados”

Chofer: ya cabros, aquí tienen lo que me encargaron. Mi mayor Ortega va a estar muy contento cuando los tenga en su poder

Encapuchado 1: no se preocupe, mi instructor, ahora sí que no se vuelven a escapar

Los encapuchados toman el control de la ambulancia, encienden balizas y sirenas, y salen del lugar, esquivando la barricada, con rumbo a Santiago. Por mientras, Esparza y Ramírez empiezan a planificar su nuevo escape, lo que impone un nuevo desafío, ya que deberán aprender a trabajar en equipo, si quieren sobrevivir y limpiar sus nombres.

Volvamos a Valparaíso. Quedamos en que Ortega acribilla a Rafael por la espalda, para luego aparecer repentinamente en el regimiento Maipo, con todo su arsenal y fuerza de combate.

MORT: (caminando en el acceso al recinto, acercándose a Pinto) oiga Pinto, para variar, yo me tuve que encargar del trabajo sucio, pero ahora le tengo una misión

TTEP: dígame mi mayor

MORT: el amiguito de Esparza ya está listo, no va a volver a molestar más, pero necesito que se deshagan de la evidencia, recuerde que él fue asesinado en Santiago, y nadie debe saber que realmente murió acá, y cómo murió

TTEP: yo lo veo, mi mayor, tengo contactos en la zona que saben de esas cosas

MORT: no me defraude, que todo esto está saliendo súper poco prolijo, y ya en la Organización no quieren más errores. Ya en la institución hay ruido, y la jerarquía no puede permitir disidencia.

TTEP: lo sé, mi mayor, y ya Ramírez me vio la cara una pura vez…

MORT: ¿una pura vez? Se te arrancó en el norte, se te arrancó en Viña, te mueve el trasero un poco y se te olvida el deber y la disciplina.

TTEP: (avergonzada) perdón, mi mayor, esto no se va a volver a repetir

MORT: eso espero, no se puede volver a repetir, y ya, váyase, que yo debo encargarme de Espinoza y Cabezas, que no quieren soltar la lengua.

TTEP: a su orden, mi mayor.

Se separan Pinto y Ortega, y el oficial mayor se encierra en una oficina, donde lo esperaban, incómodos, el teniente Cabezas y el capitán Espinoza

MORT: (con tono cortante) ustedes saben por qué estoy acá, por el numerito con cierta “ambulancia”

TTEC: (irónico) sí, mi mayor, si es porque sacaron una del regimiento, hace rato no las usábamos, así que era eso o convertirla en carrito de completos

MORT: (furioso) no se haga el chistoso Cabezas, que sabe que tengo muchas ganas de jugar fútbol con su apellido, hace rato viene haciendo méritos

CESP: permiso, mi mayor, pero la ambulancia estaba siendo reparada, tiene varios repuestos fuera de stock, y esperábamos que los encargaran para ponerla nuevamente en servicio.

MORT: (irónico) la coartada perfecta: vehículo malo, repuestos solicitados, pero aún funcionaba, por lo que si alguien se lo llevaba, pasaría piola. ¿Ustedes creen que uno es idiota?

CESP: (intentando conciliar los ánimos) nadie ha dicho eso, mi mayor, voy a investigar personalmente qué pasó con esos repuestos, y por qué el mecánico que ve las ambulancias, no me mencionó que ya estaban operativas

MORT: así me gusta Espinoza, más operativo, con más iniciativa, y usted, Cabezas? Tiene algo que contarme?

TTEC: no, mi mayor, sin novedad

MORT: no sé por qué me tinca que usted me esconde algo, que usted sabía que la ambulancia ya estaba operativa, pero que se guardó ese dato, ¿acaso quiere venderla por partes?

TTEC: no, mi mayor, yo ni siquiera me meto en ese asunto, eso lo ve otra gente acá.

MORT: tenía que hablar con ustedes, porque aparte del numerito de la ambulancia, me complica que se sepa que en el regimiento ustedes tuvieron de huéspedes a Esparza y Ramírez, ¿o me equivoco?

Cabezas y Espinoza se miran nerviosos, pero el capitán reacciona rápido

CESP: no, sé por qué los buscan y no, no sería tan imbécil como para esconderlos en un recinto donde el grueso de los funcionarios los quieren con papas fritas. 

MORT: tengo mis motivos para sospechar. En estos días uno no sabe quién es aliado y quién es enemigo. La lealtad es un bien preciado. Retírense, y por el tema de la ambulancia, haremos un sumario al respecto, pero ahí vemos como lo explicamos a la jefatura. Váyanse

CESP y TTEC: a su orden, mi mayor.

Salen de la oficina, y Cabezas llama al celular a Esparza.

TTEC: ustedes nunca estuvieron aquí (corta)


***CORTINA DE 24 HORAS, RED VALPARAÍSO***

Periodista: Hoy, en la mañana, fue encontrado por pescadores el cuerpo de una persona, aún no identificada, flotando en pleno muelle Prat, de Valparaíso. Al parecer, el cadáver contaba con varios impactos de bala en su torso, por lo que no se descarta algún ajuste de cuentas.

Valentina miraba el televisor con ojos de huevo frito, y al ver algunas imágenes, aunque pixeladas, logra identificar la ropa: era el uniforme de trabajador del Jumbo. Queda horrorizada, y llama a Ignacio, quién cocinaba

V05: Nacho, ven!

I04: qué pasó?

V05: encontraron un cadáver flotando en el muelle Prat! Y parece que es el Rafa!

I04: (incrédulo) me estai…

V05: (asustada) no, parece que es él, no ha aparecido hace días y ahora sale esto, y mira, anda con uniforme del supermercado

I04: (se acerca corriendo al TV) oooooh, no puede ser (grita hacia el fondo), MARTÍN! Puedes venir un poco?

Martín, ya instalado hace algunos días con su computador, un ventilador USB y una bebida en la mano, deja su posición y se acerca al living comedor. Saca su teléfono, realiza una búsqueda express y dice.

M01: (apesadumbrado) sí, al parecer es él. El Médico legal aún anda tratando de averiguar la identidad, pero estoy casi seguro que es él. Dicen acá que lo encontraron con varios impactos de bala, y que, por lo menos, no es suicidio, porque los impactos los habría recibido por la espalda.

I04: hay que ir a reconocer el cuerpo, y darle cristiana sepultura

M01: si va cualquiera de nosotros, van a aprovechar la ocasión de usar el funeral como trampa

V05: pero hay un detalle: cómo mierda van a justificar el funeral de alguien que, supuestamente, lleva ya un par de días muerto, en Santiago? La familia ya lo lloró, le hizo su velorio, todo, y ahora enterarse que murió baleado en la Quinta Región, ufff, no quiero estar en sus zapatos.

I04: esto se está enredando cada vez más

M01: (se agarra la cabeza) pero cómo son tan huevones estos milicos? Cometiendo tantos errores juntos, ya me da la idea que lo hicieran intencional, como si quieren que los pillen pronto

I04: o será una estrategia muy bien planificada de distracción: nos meten susto con un tema, mientras con otro siguen avanzando por debajo, y así, y así…

M01: ya va a ser hora de ponerle freno a estos huevones, y tendremos que trabajar juntos, muy sigilosamente, y acabar con las chanchadas de la Organización, sin ofender a los chanchos, obviamente.

V05: hablando de chanchadas, ¿y qué se ha sabido de Daniela?

M01: que se llevó los discos duros de paseo y no le van a servir de nada. Eso, espero que los marinos no se den cuenta muy pronto, nos permitirá mantenerlos entretenidos un rato (con una risa socarrona)

V05: y por qué tan seguro?

M01: cuando ella va, yo ya vengo de vuelta. Toda esa información está en la nube, los discos duros se usaron en un momento, pero ya hechos los respaldos, preferí formatearlos, llenarlos de virus y deshacerme de ellos. Difícil que puedan rescatar algo, sólo información muy fragmentada. Pero eso no lo saben, sólo yo, bueno, y ustedes, hasta ahora.


domingo, 19 de junio de 2016

2x07: Bala cuerda

Con el paso de los días, la vida en el Regimiento Maipo se volvió más tediosa y latera para Antonio y el convicto ¿ex? teniente Ramírez. Eso sí, los pocos ratos libres que tenía Antonio, los ocupaba para ejercitar y entrenarse, ya que tenía el presentimiento que las cosas se pondrían aún más complejas y que tenía que estar listo para lo que viniese. Y eso incluía un amplio abanico de opciones.
Por su parte, Ignacio encontró trabajo haciendo clases de acondicionamiento físico para estudiantes universitarios de varios planteles de la zona, lo que le generó una fuente estable de ingresos, que, aunque no era mucho, alcanzaba para sus gastos básicos.
La situación del país empezaba a normalizarse, y el miedo desaparecía de las calles, lo cual, le quitaba presión a todos los involucrados en este caso, aunque, de forma subterránea, seguía existiendo temor, porque los miembros de la Organización continúan en acción, tratando de buscar a quienes estuvieron a punto de arruinar sus planes.
En la casa de Ignacio, se encontraban Valentina, Rafael y Martín tomando desayuno, conversando los avances.
R07: ¿y has sabido algo de Antonio, Valentina?
V05: sólo lo que hablamos ese día que se fue. Al parecer, está bien, pero tengo la sensación que pronto volveremos a la acción y al peligro
M01: Antonio sabe cuidarse solo. El problema de la Organización es que, a pesar de que creen conocernos, no saben lo que algunas personas son capaces de hacer cuando se encuentran convencidas de sus principios
V05: ¿van a llegar más lejos?
M01: ellos ya fueron capaces de usar al Ejército como piezas de ajedrez, otra vez, y ya se dieron cuenta que la "amenaza" de que quedaran al descubierto se diluyó. Con la desaparición de Antonio y de Ramírez, sus únicas fuentes concretas de información, pueden respirar tranquilos un rato
V05: ¿y alguien sabe donde está Ramírez?
R07: varios milicos van a comprar al supermercado, y varias veces he visto a esta oficial que me tuvo preso en el Norte, pero no he podido cachar más
V05: ¿y ella se dio cuenta que eres tú?
R07: no, porque ahora estoy en la parte administrativa, y cuando la he visto, ha sido a través de cámaras de seguridad, cuando voy a pedir algún dato a los guardias
M01: (se preocupa con este dato) ¿y va muy seguido al supermercado?
R07: así como todos los días, no. Pero sí se da una vuelta de vez en cuando
M01: temo que sospeche algo. ¿En serio que no te ha visto?
R07: no, que yo sepa.
V05: en todo caso, ella sabe que vivimos acá. Lo que no sabe es cuántos vivimos acá.
M01: ¿a quiénes vio?
V05: a Ramírez, a Ignacio y a mí. Temo que a Daniela también.
M01: (la interrumpe) no me hables de esa, que el tema de los discos duros aún sigue penando
R07: ¿y qué puede hacer con esos discos?
M01: es información demasiado sensible. Puede derribar a la Organización, como convertirla en indestructible. Espero que el cifrado y encriptación funcionen bien.
V05: y parece que se fue con un marino, porque eso le alcancé a escuchar por teléfono
R07: en la Armada no creo que puedan descifrar muy fácil esos datos. Son marinos, no informáticos.
M01: no los subestimemos. Estando la Organización detrás, cualquier primera impresión queda corta.
V05: tengo una idea
M01: ¿cuál?
V05: ¿no estamos cerca de los edificios administrativos de la Armada? Algo podríamos obtener de ahí
M01: sí, pero no creo que sean tan idiotas de tener todo acá.
R07: pero sí en Las Salinas. Allá están casi todos los recintos.
V05: yo voy. Estoy aburrida en la casa, ya me cansé de hacer aseo y estar de nana.
M01: yo te acompaño. No hay que bajar la guardia.
Estaban en eso, cuando de repente, suena el teléfono fijo de la casa.
R07: ¿quién será?
V05: yo contesto
Valentina se levanta de la mesa, y toma el teléfono
V05: ¿aló?
A03: ¿Valentina?
V05: ¿Antonio? (se emociona) ¿estás bien?
A03: (tratando de calmarla, pero muy cortante) necesito que me escuches, no tengo mucho tiempo
V05: ¿qué pasó?
A03: yo estoy bien, necesito que ustedes se alejen de Daniela
V05: no te preocupes, ella se fue
A03: (sorprendido) ¿qué?
V05: hace unos días apareció Martín de vuelta. Ella se asustó, pescó los discos duros que traía en la maleta y se escapó.
A03: (se lamenta) se fue todo a la mierda... ¿y mi computador?
V05: sigue escondido. Salvo que alguien más supiera que está ahí.
A03: me dijiste que Martín volvió. ¿Todo bien?
V05: sí, sólo que ahora están rezando que Daniela no desencripte los discos
A03: debajo de la almohada donde estaba yo, por ahí, hay uno de los discos duros. Pásale mi computador a Martín, y él va a saber qué hacer
V05: ¿dónde estás?
A03: no te puedo hablar por ahora, pero estoy bien y a salvo. Y Ramírez tampoco abrirá la boca
V05: (extrañada) ¿Ramírez?
A03: sí, lo tenemos nosotros, y bien cortito.
V05: (aún más extrañada) ¿nosotros? ¿en qué estás metido?
A03: una larga historia. Pero lo importante es que estamos a salvo y que Daniela no tenga acceso a la información. Si logra descifrar esas carpetas, estamos fritos.
V05: (se ilusiona) ¿te veré pronto?
A03: es un peligro que vuelva a la casa. Sé que siguen vigilando por si me aparezco allá, y que el supermercado donde trabaja Rafael también lo están mirando
V05: por eso Rafael dijo que andaban milicos paseándose
A03: (se ríe) son tan evidentes estos weones, no pueden pasar piola. Una vergüenza para la Inteligencia militar. Ya, te dejo, un beso
V05: ¿me volverás a llamar?
A03: sí, pero no guardes este número. Estoy con un chip de celular prestado. Nos vemos.
V05: chao (Antonio le corta)
Valentina camina de vuelta al comedor, con una sonrisa de oreja a oreja
R07: ¿quién era?
V05: adivinen quien...
M01: ya, Antonio Esparza ha vuelto al ataque... (se pone repentinamente curioso) ¿Qué te dijo?
V05: que tuviéramos cuidado con Daniela, porque él ya sabía que ella estaba juntándose con la Armada para tratar de sacar los datos de los discos duros. Ah, y que él estaba bien, y que tenía a Ramírez, pero no pude saber donde estaba él ni con quien
M01: ¿qué más te dijo?
V05: (apuntando a Rafael) que andaban vigilando el supermercado donde trabajas y vigilan la casa
M01: como sospechaba, los de la Organización no han bajado la guardia. Avanzan en sus planes, pero sin tanto ruido
R07: justo ahora que empecé a acomodarme en el trabajo
M01: hay que actuar rápido. ¿Algún dato valioso?
V05: avisó que alcanzó a rescatar uno de los discos duros, pero que estaba escondido en su pieza. Y que tú podrías saber como leerlo.
M01: para eso necesito un computador conocido, que no tenga riesgos de hackeo ni intervención de terceros. ¿Sabes donde quedó el notebook de Antonio?
V05: lo anda paseando Ignacio en su auto...
M01: (se lamenta) se lo pueden robar
V05: ...pero debajo de un asiento. Igual corre riesgo, pero nunca tanto
M01: hay que ir a buscarlo a la universidad
V05: dijo que tenía que ir a hacer clases a otra sede, en Viña del Mar
M01: ¿y no te acuerdas cuál?
V05: no, es que son hartas y se me olvida.
R07: (mira la hora y se levanta de golpe) oh, voy atrasado. Nos vemos más rato
V05: cuidado en el supermercado
R07: ya aprendí la lección, nos vemos! (sale corriendo)
Rafael sale rápido de la casa, sin notar que un auto gris, del año, sin patente, esperaba a unos metros de él. Empieza a moverse lentamente, acercándose al empleado del Jumbo Valparaíso, que con su uniforme verde, se notaba a varios metros a la redonda. Rafael se da cuenta y apura el tranco, a la misma velocidad que el vehículo lo va alcanzando. En eso, Rafael corre y se esconde en un callejón, buscando alguna escalera para poder impedir la persecución. Sigue corriendo, hasta que da con un pequeño pasaje en subida, en eso, de uno de los vidrios del auto sale una mano empuñando una pistola, y empieza a disparar en su dirección. Rafael corre en subida lo más rápido que puede, esquivando las balas, hasta que se mete en una casa. Agitado, con la adrenalina y el temor, hace la señal de la cruz y reza al cielo, esperando algún milagro. Espera unos minutos, trata de asomarse y ve que el vehículo sigue ahí. Estaba en eso, cuando en una casa contigua se abre la puerta y una mano misteriosa lo invita a pasar. Con miedo, se acerca, mirando hacia todas direcciones, y una vez que atraviesa el umbral, una voz misteriosa lo reconoce.
May. Ortega: ¿usted no debería estar muerto?
R07: (horrorizado) ¿y-y-y-y-us-ted?
May. Ortega: (se cierra la puerta y suena una cerradura) usted, legalmente, está muerto. Pero, claro, logró trabajar en un supermercado y esconder a Esparza y Ramírez durante un tiempo. ¿O ME VE LA CARA DE IMBÉCIL?
R07: (tartamudeando) ¿qué-qué-qué-qué-quiere us-us-us-usted?
May. Ortega: por ahora, nada. Ya me diste suficiente información con tu ubicación.
R07: ¿pue-pue-pue-puedo irme?
May. Ortega: (da la orden de abrir la puerta) por supuesto, vaya a cumplir con sus labores
R07: gra-gra-gra-gra-gracias (trata de salir corriendo por la puerta, pero antes de llegar al marco, una pierna le hace zancadilla y lo bota al piso)
May. Ortega: no tan fácil, traidor. Te arrancaste una vez, y no cometo el mismo error dos veces.
Acto seguido, le dispara por la espalda, y le da dos tiros más para rematarlo.
May. Ortega: agradece que no te hice sufrir, hijo de puta.
Ortega pisa el cuerpo casi inerte de Rafael y sale del lugar.

A03: (arriba de la barra donde entrenan los conscriptos) uno, dos, tres...
Tte. Cab: ya, siga ahí no más
A03: (sigue entrenando, subiendo y bajando la barra) gracias por prestarme el teléfono
Tte. Cab: mientras tengas distintas tarjetas SIM, la idea es que no te descubran
A03: ¿y cuánto crees que aguante todo esto?
Tte. Cab: eso quería hablar contigo, supe que van a desmantelar el "Regimiento Quinta Vergara" y se traen todo para acá
A03: ¿con Ortega y Pinto incluidos?
Tte. Cab: me temo que sí
A03: ¿qué mierda hago ahora? Si llegan y me ven, soy hombre muerto
Tte. Cab: ...y Ramírez también. Mi capitán Espinoza está pensando como sacarlos de acá y tenerlos a resguardo
A03: tengo un mal presentimiento
Tte. Cab: yo también. Ya supe que mandaron gente a vigilar la casa donde estabas y un supermercado en el muelle Barón, porque vieron a un cercano tuyo trabajando allí
A03: (deja de entrenar y lo escucha atentamente) también escuché esa conversación, y ya les avisé
Tte. Cab: se están esmerando contigo. No creo que seas ni el más peligroso ni el que les desarme toda su estructura, pero hay una dedicación especial hacia tu persona.
A03: creo que acá en el Ejército, algunos no perdonan que sea alguien que fue parte de sus filas quien pueda dejar al descubierto su complicidad con la organización
Tte. Cab: varios, de la onda de Ramírez y compañía, creen que es vendetta por cómo te trataron adentro
A03: (despreocupado) ojalá fuera venganza, que ganas no me faltan. Y si no, pregúntenle a Ramírez, que aún no sé por qué mierda lo salvé
Tte. Cab: porque, antes que todo, eres persona. Eso que acá no quieren entender.
Estaban conversando, cuando al teniente lo llaman urgente
Cap. Espinoza: ¿aló, Cabezas?
Tte. Cab: ¿qué sucede, mi capitán?
Cap. Espinoza: en este momento, Ortega va rumbo al Maipo. Saquen a Esparza y Ramírez de inmediato de ahí.
Tte. Cab: (se pone nervioso) a su orden, mi capitán (le corta)
A03: (ve raro al oficial) ¿qué te sucedde?
Tte. Cab: (con sangre fría) deben salir de aquí ahora. Ramírez y tú.
A03: (se desencaja) ¿qué mierda hacemos ahora?
Tte. Cab: los enviaremos en una ambulancia militar rumbo a Santiago. En el camino, los dejaremos en una casa en Ciudad de Los Valles, para que no ingresen a la ciudad. Allá tendrán todas sus necesidades cubiertas
A03: ¿y cómo?
Tte. Cab: nosotros estábamos esperando esto, por eso teníamos el plan B listo hace semanas, pero se adelantó.
A03: (se asusta) ¿y Valentina? ¿e Ignacio?
Tte. Cab: estarán bien, sabemos que los están vigilando, pero no creo que Ortega o su gente sean tan evidentes, como para intentar algo en contra de ellos tan abiertamente.
A03: prométeme weón, prométeme que ellos van a estar bien.
Tte. Cab: así será. Es mi honor el que está en juego.
A03: voy a sacar a Ramírez
Tte. Cab: en cinco minutos los quiero en la enfermería con sus cosas listas
A03: entendido, Cabezas
Antonio corre hacia la cocina, donde tenían a Ramírez haciendo el aseo, muy de mala gana
A03: Ramírez, el teniente Cabezas te necesita urgente en la enfermería
Tte. R: (ofuscado) ¿qué mierda hice ahora?
A03: (lo para en seco) escúchame bien, porque aquí las reglas las pongo yo ahora. Debes hacerme caso en todo de aquí en adelante, ya que es tu vida la que está en juego (baja el tono de voz) Ortega y su gente vienen camino al Regimiento, y a nosotros nos van a sacar de Valparaíso ahora mismo.
Tte. R: (cambia la actitud) ¿qué? ¿mi mayor Ortega?
A03: el terror en persona. Sí, viene para acá.
Ramírez deja todo botado, se saca el delantal y juntos corren hacia la enfermería, donde una ambulancia militar los estaba esperando.
Tte. Cab: (les pasa un celular viejo) esto no tiene GPS, no tiene nada raro, aprovéchenlo. Va a ser mi única vía de comunicación con ustedes, cuídenlo y fíjense que no sean descubiertos. Atentos a mis movimientos y llamadas, están claros
Tte. R: gracias Cabezas
Tte. Cab: no hay de qué, Ramírez.
Tte. R: perdón por botarme a choro contigo, no sabía lo que estaba pasando acá
Tte. Cab: (le baja el perfil) no me interesa, al que le tienes que pedir disculpas es a otro, además de la institución
Tte. R: lo sé, y gracias por todo
Ambos se suben a la ambulancia, se meten en las camillas como enfermos y Cabezas los despide. El vehículo sale del recinto por un acceso lateral, mientras, por el acceso principal, llega una 4x4 con vidrios polarizados, con Ortega, Pinto y otros oficiales.
Tte. R: otra vez empezó el escape
A03: (cortante) espero que sea el último




viernes, 29 de abril de 2016

2x06: Cambio de jugadores en el equipo

A03: DESPERTAAAAAR!
Tte. R: (estirando el cuerpo) ayyyy! Me duele todo, qué chucha?
Antonio, en uniforme de personal de aseo, golpeando los barrotes de la celda con una escoba, haciendo ruido, para despertar a Arturo
A03: no te gusta el hueveo, Ramírez?
Tte. R: ¿tú? (furioso) TÚ, HIJO DE PUTA, ESTABAS ACÁ?
A03: sí, bienvenido al regimiento Maipo. Y cuidado, que ahora estás a mi cargo
Tte. R: SOY OFICIAL, Y TÚ UN MALDITO PAISA QUE ME QUITÓ LA CARRERA!
A03: ubícate weoncito, ahora no eres nadie. Así que haciendo show raja en un bar en Viña?
Tte. R: sácame de acá, mierda
A03: (sin caer en su juego) no, por ahora no. Es mejor que sigas encerrado hasta que te calmes
Tte. R: por tu culpa no pude retomar mi carrera
A03: ¿mi culpa? ¿no será por caliente y comerle la color por enésima vez a Ortega, qué te sigue medio mundo? Agradece huevón, agradece que si no es por mí, hace rato serías hombre muerto
Tte. R: ¿por qué te tengo que dar las gracias?
A03: porque aparecí justo en el momento preciso a moverles el piso. Me convertí, sin querer, en el chivo expiatorio que necesitaba Ortega para justificar tu búsqueda
Tte. R: ¿qué sabes tú, si ni siquiera fuiste capaz de terminar la carrera?
A03: bastante más que tú, parece. Pinto nunca pensó en devolverte los grados, sino que ella era el anzuelo que utilizó Ortega para atraparte. Y yo, el objetivo principal.
Tte. R: huevón mediocre
A03: (se acerca amenazante a la reja) repítemelo en la cara
Tte. R: HUE-VÓN ME-DIO-CRE
Antonio se enoja y le pega fuerte a la reja, haciendo que Arturo se suelte y caiga de espalda
A03: aún estás borracho, no te puedes el cuerpo, huevón penca, traidor, y fracasado.
Tte. R: aprovecha no más que estás afuera y yo adentro, pero no te va a durar mucho.
A03: no amenaces tanto, Ramírez. Recuerda: si caigo yo, caes tú. Ah, y toma, te traje comida (le pasa una bandeja con un pan con mortadela y una taza de té por debajo de la reja), para que no te pongas a denunciar tortura y maltrato
Tte. R: no tengo hambre
A03: la vas a tener. Raro que no hayas vomitado aún, con todo lo que tomaste anoche.
Ramírez se coloca en un rincón y empieza a hacer arcadas
A03: (lamentándose por la situación) para qué hablé. (A Ramírez) Ojo, también tendrás que limpiar eso
Tte. R: ándate de acá, imbécil, ÁNDATE!
A03: me voy, cuando te relajes, hablamos
Antonio sale del lugar, cierra con llave, y afuera golpea la puerta con demasiada rabia acumulada, furioso por la situación.
En la casa de Ignacio, todo intentaba volver a la normalidad, hasta que alguien golpea a la puerta
M01: (revisando un papel arrugado y poco legible) sí, parece que acá era
I04: (abre la puerta) ¿y tú?
M01: ¿Ignacio?
I04: ¿Martín? (dudoso, no sabía si dejarlo pasar)
M01: sí, el mismo, ¿qué sucede Ignacio?
I04: (nervioso) eeeh, nada, la sorpresa del momento. Pasa, pasa, por favor
Martín se veía más cansado y demacrado desde la última vez que lo vio, pero nada que delate algo de lo que sospechaba, producto de los comentarios de Daniela
M01: así que en Valparaíso estabas. Con razón desapareciste de un día para otro de tu departamento y gimnasio en Santiago
I04: sí, me vine a la playa un tiempo para ventilarme, con todo el ajetreo, se puso fea la cosa en Santiago
M01: así lo imaginé, supieras por lo que tuve que pasar. ¿Y Antonio?
I04: (se altera) ¿Antonio? Por ahí anda, cuando me fui de Santiago ya se había ido al norte a buscar a Rafael. De ahí no supe nada más. Sólo me vine con Valentina
M01: estoy muy preocupado. Han pasado demasiadas cosas, pero por lo menos, la información la tengo a salvo. Descubrí nuevas cosas, y necesito procesarlas, para armar una tesis convincente
I04: ¿y tu casa en Santiago?
M01: no es segura. Por eso tuve que arrancar y dejar todo botado. Menos mal que guardé gran parte de la investigación en nubes virtuales y en carpetas encriptadas. Se van a demorar mucho en tratar de descifrarlas
I04: comprendo Martín. Espérame un momento acá por fa.
Ignacio sube al segundo piso, y habla con Valentina
V05: (mirando la cara de espanto de Ignacio) ¿qué pasó?
I04: (casi susurrando) volvió Martín
V05: (sorprendida) me estai hueveando...
I04: shhhht! Está abajo, no sé qué hacer
V05: ¿y por qué?
I04: ¿y si él también está jugando para el otro bando? Más encima ya me preguntó por Antonio
V05: dile que Antonio se fue
I04: si le dije, pero no me creyó mucho
V05: pero si eso pasó, Antonio se fue y no sabemos de él
I04: me complica si aparece Rafael, ya que Martín aún cree que Antonio lo andaba buscando
V05: algo no me calza en todo esto. Supuestamente Martín dejó botada su casa porque se había entregado, según Daniela. Pero ahora está acá y no sabe nada?
I04: Daniela también andaba en algo raro: el tema de los discos duros, y también Antonio dijo que había que tener cuidado con ella
Estaban conversando, cuando se siente movimiento en el primer piso y los dos bajan corriendo: Rafael iba saliendo al supermercado
R07: (a Martín) ¿y usted, quién es?
M01: ¿Rafael? ¿Tú no estabas muerto?
R07: ¿me conoce?
I04: (interrumpiendo) permiso, yo vengo a preparar el desayuno
R07: no te preocupes por mí, yo como en la pega (sale rápido por la puerta)
I04: (tratando de disimular) ¿en qué estábamos?
M01: (curioso) ¿y quién es él?
I04: ah, un amigo que está viviendo con nosotros. Nos ayuda a distribuir los gastos
M01: después tendrán que explicarme todo, porque no estoy entendiendo mucho.
I04: ¿y qué te trajo al puerto?
M01: necesito saber una cosa, antes de todo... ¿Daniela ha estado acá?
I04: ¿Daniela? ¿Qué ocurre con ella?
Al escuchar ese nombre, Valentina sube al segundo piso a hacerle guardia a Daniela, para evitar que saliera del lugar. Cuando la siente levantarse de la cama, entra al dormitorio a distraerla un rato
D02: (apurada) ¿qué ocurre? Tengo cosas que hacer
V05: (cierra la puerta y le pone seguro) a ver, de mina a mina... ¿qué mierda estás haciendo acá?
D02: (indiferente) ya les dije: necesitaba ponerme a salvo porque a Martín lo dieron vuelta, y hay que resguardar la información
V05: ¿estás segura? ¿no me estás mintiendo?
D02: ¿qué sucede?
V05: no te voy a dejar salir de acá hasta que me digas toda la verdad (se pone en la puerta)
D02: déjame salir, que voy a gritar
V05: grita todo lo que quieras, pero no te escapas de acá sin contar qué estás haciendo aquí
D02: (abre los muebles con llave, saca los discos duros, y los trata de meter a una maleta rápidamente, pero sin éxito) por favor, déjame salir de acá
V05: Martín nunca se dio vuelta, y tú lo sabes. El que se cambió de bando, mejor dicho, la que se cambió de bando fue otra
D02: (asustada) ¿perdón?
V05: Antonio dijo que tuviéramos cuidado contigo, y si él sospechaba algo, sus razones habrá tenido
D02: (se sienta en su cama, tratando de cambiarse ropa, pero de forma tan rápida, que nada le entra) ¿y cómo sabes que Martín no los traicionó?
V05: Martín acaba de llegar. Está abajo.
D02: (queda pasmada en la cama) no puede ser
V05: por eso, si quieres salir y nadie se dé cuenta, necesito que me digas TODA la verdad. Sin omitir detalles
D02: (empieza a rogarle) por favor, no le digas que estoy aquí
V05: por eso, habla, y luego veremos como lo sacamos para que puedas escapar
D02: (cabizbaja) Martín trató de propasarse conmigo, por eso tuve que arrancar de Santiago
V05: (sorprendida) ¿en serio?
D02: sí, por eso escapé sin que se diera cuenta, me traje parte de mi investigación hasta acá, para tratar de seguirla en un lugar seguro
V05: (le pone la mano en el hombro) lo siento, nunca imaginé...
D02: no te culpes, nadie sabe. Y tampoco nadie tiene que saberlo
V05: entiendo, ¿pero por qué dijiste que se había arrancado para entregarse y pasarle la información a la Organización?
D02: porque así fue.
V05: ¿y por qué te andas paseando con esos discos duros? (apuntando a la maleta que trataba de llenar)
D02: es la información que alcancé a rescatar, antes que él la borrara toda y se entregara. Por lo mismo, debe estar lo más resguardada posible de su alcance.
V05: (tranquilizándola, pero no creyéndole nada) quédate acá, enciérrate un rato, yo me encargo de distraer a Martín. Y no, no se va a quedar acá mientras estés tú
D02: por eso prefiero irme, distráelo, sácalo de acá. Dame unos 30 minutos y se olvidan de mí
V05: ¿y tienes dónde esconderte?
D02: tengo unos parientes en Viña del Mar. Ya hablé con ellos y me están esperando. Ahí tengo todas las comodidades
V05: yo voy a sacar a Martín de la casa, y apenas esté a una distancia razonable, te aviso.
D02: (con voz angustiada) gracias
Valentina abre la puerta, sale, pero se queda un par de segundos parada afuera, escuchando al dormitorio
D02: (por teléfono) ¿aló? ¿capitán Abarzúa?
Cap. Abar.: ¿sí? ¿Daniela?
D02: sí capitán, soy yo. Por favor, mande a buscarme en un taxi: Martín está en Valparaíso y ya dio con la casa donde me estaba quedando
Cap. Abar.: mierda, ya, yo te pido un radiotaxi. En diez minutos va a estar afuera de la casa. Trae todos los discos, qué ya estamos a punto de dar con las claves
D02: ok capitán, le llevo los discos.
Cap. Abar.: recuerda, no debes levantar ninguna sospecha. Si nos pillan, se va todo a la mierda
D02: no se preocupe capitán, soy discreta (corta el teléfono)
Valentina queda preocupada, pero decide seguirle el juego a Daniela. Total, sacarla de la casa era eliminar un cacho, pero asumir otro: la llegada de Martín. Y aún sin noticias de Antonio.
En el Regimiento Maipo
A03: (entra de golpe al cuarto donde recluían a Ramírez, seguido del capitán Espinoza y el teniente Cabezas) YA RAMÍREZ, LEVÁNTATE, TIENES COSAS QUE HACER!
Tte. R: ¿qué pasó aquí?
Cap. Espinoza: más respeto a tus superiores, Ramírez.
Tte. R: (se pone rápidamente de pie y firme, para hablar con Espinoza) perdón mi capitán
Cap. Espinoza: sí, estoy yo a cargo y le pedí a Esparza...
A03: firme mi capitán (y Ramírez queda impávido)
Cap. Espinoza: ...que él se preocupe que cumplas con las labores que te encomiende. Ya perdiste tu condición de oficial, por ende, eres otro empleado más. Y como llegaste al último, estás bajo el mando de Esparza, entendido Ramírez?
Tte. R: (a regañadientes) entendido, mi capitán
Tte. Cab: Esparza está a cargo del aseo en la cocina, los baños y la mantención general del cuartel. Para eso, tú lo vas a ayudar. Y sin malas caras ni malas formas militares, entendido Ramírez?
Tte. R: (resignado) entendido, mi te-nien-te
Cap. Espinoza: esto, es sólo una pequeña lección Ramírez. No se traiciona a los camaradas de armas, jamás. Menos a gente que te salvó la vida no una vez, sino dos veces. Y agradece que la sacaste barata, y fui yo el que te rescató desde la comisaría, porque si te pillaba mi mayor Ortega, o Pinto, estaríamos rindiéndote honores fúnebres
Espinoza abre la reja del calabozo, mientras Ramírez sale tímidamente, y se pone de frente, en posición firme.
Cap. Espinoza: escucha Ramírez, y te lo voy a decir una sola vez: NUNCA se deja solo a un camarada. Esparza te salvó la vida, sin obligación. Y tuvo la templanza para ni siquiera, buscar venganza. Es más, cuando supo que te echaron de la casa e ibas a ir donde Pinto a pedirle ayuda, sabiendo que ellos no estaban interesados en ayudarte, pensó escaparse y tratar de rescatarte. Él lo ha pasado pésimo por todo esto, y tú y yo sabemos muy bien quienes son los culpables. No se te ocurra desobedecer las órdenes de Esparza, él ahora tiene más grado que tú. Y, ojalá, sí, ojalá hubiese tenido oficiales como él, que a pesar de tener todo en contra, igual siguen al pie del cañón, antes que un Rambo salido de la Cajita Feliz, que al primer minuto de debilidad, entrega en bandeja al enemigo a sus camaradas por asegurarse estatus. Esa gente vale callampa, y en mi Ejército, no me interesa tenerla.
Antonio quedó impactado, y a Ramírez no se le movía ni un músculo de la cara.
Cap. Espinoza: Cabezas, encárgate que Ramírez haga todo lo que tenga que hacer, y cualquier desbande, me informas
Tte. Cab: a su orden, mi capitán
Espinoza sale del cuarto, y Esparza con Cabezas se quedan en la puerta, mientras Ramírez sigue en estado de shock
A03: agradece que no soy rencoroso. Ganas de dejarte en la Quinta Vergara con cinta de regalo no me faltan. Pero necesito un par de manos en la cocina, y espero que lo hagas bien, si no...
Tte. Cab: usted sabe, Ramírez, en qué consiste la dinamización física. Y no dude que, si la situación lo amerita, tendremos que utilizarla como método de adoctrinamiento. Así que no intente pasarse de listo, no intente creerse jefe, porque las cosas cambiaron. Y usted, fue el causante de que eso pasara, ¿entendido?
Tte. R: a su orden, "mi teniente" (con mucha dificultad)
Sacan a Ramírez del cuarto, lo meten a una especie de camarín, le pasan un overol, y se cambia ropa. A los minutos, aparece con su overol y jockey, unos zapatos de seguridad, y demostrando odio con la vista.
A03: (dando voces de mando) ya, vamos, no quiero vagos en la cocina. Hay mucho que hacer allí
Y, en la casa de Ignacio:
I04: (en el sillón, conversando con Martín) y eso. Por ahora estoy acá.
M01: necesito pedirte que me des alojamiento, por lo menos unos días, para poder ordenar las ideas, sumar los nuevos antecedentes de la investigación, y ya tener un plan concreto para desenmascarar a estos tipos
I04: entiendo Martín, el problema es que no tenemos mucho espacio acá, pero nos podemos acomodar.
En ese momento, baja Valentina.
V05: Nacho, necesito hablar un rato contigo, puedes ir a la cocina un momento?
I04: ya, vamos para allá.
Al juntarse en la cocina
V05: Daniela quiere irse de acá
I04: y Martín quiere quedarse acá
V05: uno por otro
I04: ninguno de los dos me da confianza
V05: después, te voy a comentar una acusación súper grave que hizo Daniela sobre Martín
I04: yo también te tengo unos datos, ¿pero qué piensas hacer?
V05: distrae a Martín, enciérralo en la cocina por último, y luego, yo hago bajar a Daniela. Parece que la van a venir a buscar en radiotaxi
I04: ¿radiotaxi?
V05: (lo hace callar) shhhhht! Nadie tiene que sospechar nada. Mira: tú saca a esta mina, yo entretengo a Martín, para que no se dé cuenta, y listo. Y ahí ya nos queda otra pieza desocupada
I04: ¿y Rafael?
V05: ahí lo vemos. Mientras siga trabajando en el supermercado, nos da lo mismo
I04: ya, anda a buscar a Daniela
Salen ambos de la cocina, e Ignacio sube corriendo la escalera, donde la esperaba Daniela, con una maleta lista
I04: ¿nos vamos?
D02: ayúdame a bajar esta cosa, por favor (era la maleta con los discos duros)
I04: ok, no hay problema
Ignacio baja la maleta, la deja en la puerta, mientras Valentina se lleva a la cocina a Martín, y se ponen a hablar de Antonio, para así, darle tiempo a Daniela de bajar e irse
D02: gracias por todo
I04: cualquier cosa, acá estaremos
D02: no te preocupes, por ahora, no van a tener noticias mías, y eso significa que estaré bien, chao
Daniela sale, y cuando Ignacio cierra la puerta, aparece Rafael
R07: ¿y ella? ¿y por qué hay un marino estacionado acá en la puerta?
I04: ¿marino?
R07: salvo que sea vedetto o doble de los Village People, hay un tipo con gorra de oficial de la Armada estacionado en un auto polarizado acá afuera
I04: mmm (observa a Daniela subirse al mismo auto descrito) tienes razón, ¿qué mierda está pasando acá?
R07: Antonio dijo que no había que dejarla llevarse los discos duros que trajo
I04: parece que se los llevó todos, bajé una maleta pesadísima por la escalera
R07: ¡mierda!
I04: ¿qué pasó?
R07: ahí hay datos encriptados, y ella estaba tratando de descifrarlos.
I04: pasa mejor, que tenemos visitas
R07: si caché, ¿quién es él?
I04: a estas alturas, ni yo sé bien quién es él y quién es quién acá.

jueves, 28 de abril de 2016

2x05: Como pecas, pagas



Arturo Ramírez deambulaba por las calles de Valparaíso, viendo como el plan que había tramado con Pinto se le iba al infierno. Con Antonio con paradero desconocido, sus intenciones de volver al Ejército en gloria y majestad pasaron a mejor vida. Ahora, confundido, y sin casa, ya que fue expulsado del hogar de Ignacio por traicionar a Antonio, realmente no sabía qué hacer ni dónde ir.

Al final, se anima, y piensa en buscar a Pinto, ya que ella lo metió en esto, y, esperaba que, a pesar del fracaso en la captura de Esparza, algo podría hacer en la institución. Empieza a caminar en rumbo al regimiento Maipo, para encontrarla y ver qué idea tenían ahora. Luego de algunos minutos, llega al sector de Playa Ancha, y antes de preguntar en la guardia, se encuentra de frente con el teniente Cabezas

Tte. Cab: ¿y tú?
Tte. R: ¿cómo que “y tú”? Más respeto con tus más antiguos, Cabezas
Tte. Cab: sí, con esa pinta y tus antecedentes, Ramírez, hace rato perdiste el respeto
Tte. R: no vengo a hablar contigo, ¿anda por ahí tu teniente Pinto?
Tte. Cab: ¿y para qué quieres hablar con ella?
Tte. R: temas que no te incumben, Cabezas
Tte. Cab: de todas maneras pierdes tu tiempo Ramírez, ella no está acá y nunca ha estado por acá tampoco, ¿anda en la zona?
Tte. R: no me mientas Cabezas, te conozco varias
Tte. Cab: ¿y? Yo te digo la verdad, los que andaban por la zona, pero no sé por qué, estaban ocupando la Quinta Vergara para sus operaciones
Tte. R: ¿la Quinta Vergara?
Tte. Cab: sí, es que el cuartel se les hacía demasiado chico, así que instalaron todo allá. Acá vienen a puro buscar comida.
Tte. R: ya, gracias (se va)
Tte. Cab: (lo frena) oye oye, no tan rápido… ¿y tú, por qué andabas acá en Valparaíso? ¿No que te andan buscando?
Tte. R: no te interesa, necesito ubicar a Pinto urgente
Tte. Cab: no te hagas el idiota Ramírez, ya todos saben en qué andabai metido y que te busca toda la institución, y eres un maldito desertor
Tte. R: (se devuelve furioso) nunca he sido un desertor, tú lo sabes muy bien
Tte. Cab: entonces, ¿por qué te escondes? Si gustas, yo puedo llamar a tú sabes quién y avisar que te vimos acá. En cinco minutos tenemos a toda la plana mayor interrogándote, y vaya a saber uno, de qué forma te interroguen
Tte. R: tú también debes saber que me acusaron de algo que yo no hice, y al que buscan es a otro, y por culpa de él, a mí me están inculpando de ser su cómplice
Tte. Cab: ¿Esparza?
Tte. R: (molesto) ¿y cómo sabes?
Tte. Cab: no hay que ser del S2 para enterarse de todo, han salido avisos en la tele incluso con su cara. Y no sé qué tanto te urges, si a él lo buscan por secuestrarte
Tte. R: (cambia la cara) ¿en serio?
Tte. Cab: sí, andan diciendo que él te raptó para buscar a su amigo y usarte de moneda de canje. Por eso querían encontrarlo a él, para dar con tu paradero
Tte. R: entonces, no era verdad lo que decía Pinto
Tte. Cab: ¿y qué te dijo ella?
Tte. R: que nos buscaban a ambos: a él por el atentado al metro y a mí por traidor y ayudarlo a escaparse
Tte. Cab: tú siempre has sabido, desde la Escuela, que ella es re cahuinera y mentirosa. Siempre ha sido loca e inventa realidades, sólo para quedar bien ella
Tte. R: no importa, igual tengo que hablar con ella
Tte. Cab: ya, yo te advertía no más, ten más cuidado, tú ya sabes de qué clase de mina estamos hablando
Tte. R: y más respeto con los más antiguos
Tte. Cab: primero póngase el uniforme y asuma, luego hablamos
Ramírez se va con más preguntas que respuestas, en dirección a la Quinta Vergara, sin notar, que su conversación con Cabezas, fue escuchada por un extraño jardinero del lugar, quien entra a la guardia, y habla con el oficial
Tte. Cab: ¿qué pasa, Esparza?
A03: (se sienta y mira fijo a Cabezas) dime la verdad… ¿es cierto lo que le dijiste a Ramírez?
Tte. Cab: ¿qué cosa?
A03: estaba afuera, escuché todo, absolutamente todo. ¿Es cierto que a él lo buscaban sólo porque andaba conmigo?
Tte. Cab: la verdad, no. A él lo buscan por alta traición a la Patria, por engañar a Pinto para arrancar en San Pedro y escapar de un oficial en Pichicuy. Hace rato que lo dieron de baja, y dudo que le restituyan los grados.
A03: ¿y Pinto?
Tte. Cab: ella es la suche de mi mayor Ortega, le perdonan todas las cagás. Por eso aún no la dan de baja, a pesar que ha hecho más méritos que varios para irse de PLR
A03: ¿y qué crees tú que va a pasar?
Tte. Cab: que Ramírez va a ir a rogarle a Pinto que lo dejen volver, pero ella alguna cosa hará, y lo van a arrestar igual. Te lo doy firmado
A03: a traidor, traidor y medio
Tte. Cab: yo creo que sólo le va a devolver la mano, entre los dos hace rato se tienen sangre en el ojo
A03: (sorprendido) ¿hay más?
Tte. Cab: sí, pero ya es para programa de farándula. ¿Sabías que fueron pareja?
A03: sí, eso lo supe, y que terminaron, pero siempre les ha quedado dando vueltas esa relación
Tte. Cab: sí, terminaron porque Pinto le puso el gorro con mi mayor Ortega, que es casado. Y a Ramírez, por eso, lo destinaron al tema de los Arsenales. Castigado por caliente
A03: (se ríe) ¿en serio?
Tte. Cab: el tema es que de ahí mismo tenían que sacar el material de guerra para poner en el metro, por eso a Ramírez le “auspiciaron” el viaje al Dakar, y así, sacarlo del mapa. Ortega tampoco perdonó nada de esto, por eso prefirieron raptarlo y esconderlo unas semanas. Y ahí, lo que ya todos sabemos
A03: o sea, nuevamente yo le cagué los planes
Tte. Cab: digamos que sí, en parte. Lo que sí, y es algo que Ramírez nunca va a asumir, es que tu aparición le salvó el pellejo y el pico. Con tu búsqueda, Ortega la soltó con Ramírez y la agarró contigo. Tampoco tiene muy buenos recuerdos tuyos
A03: yo ni me acuerdo de él, salvo que era un hijo de puta allá adentro
Tte. Cab: … y, lo mejor que le pudo haber pasado a Ortega, es que se hayan juntado. Ahora tiene dos ex militares para odiar, hacerles la vida imposible, y chipe libre para buscarlos hasta la muerte.
A03: o sea que si Ramírez es arrestado, es hombre muerto
Tte. Cab: salvo que tenga santos en la corte, y, te aseguro, que los va a tener. Y, por lo mismo, te estamos protegiendo acá. Fui yo el que le dije a Pinto que arrancaste a Santiago de vuelta, para que deje de hinchar en la Quinta Región
A03: hay que salvar a Ramírez entonces
Tte. Cab: (se enoja) ¡no seas imbécil!, él no tuvo escrúpulos en tratar de entregarte para salvarse el culo, no tendrías por qué sacrificarte por él
A03: (le baja la culpa) no podría perdonarme que a él lo maten o lo torturen por mi culpa
Tte. Cab: (lo calma) no es tu responsabilidad. Él, mucho antes, se ganó el odio de Ortega. Ahora sólo estaba buscando una coartada. Además, él no es tan weón, sabe como cuidarse.
A03: pero…
Tte. Cab: déjamelo a mí, yo sé como saldremos de esta. Por ahora, encárgate del aseo y la mantención exterior de este lugar. No hay que levantar sospechas ni de Pinto ni de menos de Ortega.
Ramírez se devuelve a Valparaíso, toma una micro y se baja a media cuadra de la Quinta Vergara. Pasa a un supermercado en el centro de Viña, y luego camina en dirección al recinto festivalero. En la puerta, se topa con un conscripto, y pide hablar con la teniente Pinto.
Tte. R: buenas tardes, estará la teniente Pinto por ahí?
Consc09: un momento, quién busca a mi teniente Pinto?
Tte. R: Arturo, un amigo suyo
Consc09: (toma la radio) mi teniente Pinto?
Tte. P: quién habla?
Consc09: acá, soldado conscripto Pérez mi teniente
Tte. P: qué sucede, Pérez?
Consc09: hay una persona acá en la guardia que quiere hablar con usted… ¿cómo se llama?
Tte. R: (se cambia el nombre) Andrés, Andrés Rojas
Consc09: dice que se llama Andrés Rojas, mi teniente
Tte. P: no conozco ningún Andrés Rojas, pregúntele qué quiere
Consc09: mi teniente dice que no conoce a ningún… (Ramírez le quita la radio) oiga, qué le pasa?
Tte. R: aló, Pinto?
Tte. P: ¿Ramírez? ¿qué haces acá? Voy altiro a la puerta, devuélvele la radio al soldado
Tte. R: (le devuelve la radio) ahí está, ya viene.
A los tres minutos, aparece Pinto, hecha una furia, por la puerta principal de la Quinta Vergara, pero se queda a la reja y le pide a Ramírez que se acerque
Tte. P: no te quiero ver acá. No te quiero ver nunca
Tte. R: necesito entregarme
Tte. P: ¿y para qué, imbécil?
Tte. R: me echaron de la casa por tu culpa
Tte. P: ¿mi culpa? Tú advertiste antes a Esparza, y por eso se arrancó a Santiago. Ahora tenemos a medio regimiento buscándolo en la Ruta 68
Tte. R: no, yo no le dije nada
Tte. P: ahora yo quedé como chaleco de mono ante mi mayor Ortega, aléjate de acá
Tte. R: necesito irme a algún lado entonces, no tengo donde esconderme
Tte. P: ¿y a mí qué?
Tte. R: (le ruega) por favor
Tte. P: agradece que algo de humanidad me queda y no te retengo acá para entregarte a mi mayor Ortega. Ahora, además de todos los delitos que te imputan, te van a cargar la nueva fuga de Esparza
Tte. R: no mientas, sé que sólo me buscaban para dar con la ubicación de Esparza. Por favor, ayúdame
Tte. P: efectivamente, pero hasta que no nos entregues a Esparza, no te vamos a ayudar. Anda a buscarlo, dile que se entregue. Tú sabes muy bien dónde se anda escondiendo, si tú le advertiste que lo iríamos a capturar a su casa
Tte. R: tú sabes bien lo mal que lo trataba, nunca me tuvo confianza suficiente, menos para decirme donde iba a escaparse
Tte. P: algo debes saber tú, a mí no me mientes
Tte. R: lo único que supe, antes de todo, es que se iría a entregar.
Tte. P: ...pero ni en el Maipo o en otras unidades han tenido noticias suyas. Te engañaron, boina negra. Te vieron la cara, comando de Fantasilandia
Tte. R: ¿entonces?
Tte. P: yo no te voy a ayudar hasta que no me entregues a Esparza. Y olvídate de llamarme, ya cambié mi número y cualquier llamada que entre la van a rastrear
Tte. R: ¿ni siquiera por lo que sentimos alguna vez?
Tte. P: yo no sentí nada por ti, igual que tú, cuando te metiste conmigo sólo para arrancarte del desierto. Permiso, tengo cosas que hacer (se va y le da órdenes al conscripto en la puerta). Si ese idiota vuelve a molestar, avisen a Carabineros.
Ramírez se queda un rato pegado en la reja, pensando, viendo qué hacer con su vida ahora.
En eso, camina hacia un bar, se dedica a tomar, tomar, tomar, tomar, tomar, tomar, conversar con los parroquianos, hasta que el licor hace su efecto, y se pone a armar espectáculo a su alrededor
Tte. R: (en evidente estado de ebriedad) déjenme conchetumadre, si estoy bien, soy boina negra del Ejército mierda
Encargado del bar: sí, claro (toma el teléfono y llama a carabineros)
Tte. R: te voy a hacer cagar el bar si no me traís otro copete, tengo pena weón, tengo pena
Encargado del bar: (por teléfono) aló, carabineros? Estoy llamando de un bar acá en el centro de Viña, en la calle Valparaíso. Sí, es que tengo un personaje que está haciendo problemas acá, y está muy borracho. Dice que es militar, pero por la pinta, no le creo nada. Ya, los espero (corta) Ya amigo, pedí un taxi, lo van a venir a buscar
Tte. R: hic!, No tengo donde ir, nadie me quiere, ni mi institución. Todos me buscan, pero todos me odian
Encargado del bar: tranquilo, amigo, ya van a venir a buscarlo.
A los tres minutos, aparecen los carabineros
Tte. R: (se para, a duras penas) buenas tardes mi cabo
Cabo Rodríguez: qué pasa, amigo?
Tte. R: nah poh, acá, pasando las penas
Cab. Rodr: acompáñeme
Tte. R: ¿dónde me lleva amigo?
Cab. Rodr: no se preocupe, va a estar mejor que acá (lo toma del brazo)
Tte. R: (tironea con el carabinero) nah, yo me quedo acá, salud!
Cab. Rodr: permiso, pero tenemos que llevarlo caballero
Tte. R: ¿y quién soy voh? Un paco cualquiera poh. Yo soy oficial, oficial del glorioso Ejército de Chile, siempre vencedor, jamás vencido
Cab. Rodr: ¿oficial? ¿Tiene su tarjeta de identificación?
Tte. R: ¿y por qué te tengo que mostrar mi T.I.M.*? *(tarjeta de identificación militar)
Cab. Rodr: acompáñeme (lo toma del brazo y lo lleva arrastrando)
Tte. R: si soy oficial poh, suéltame conchetumadre
Entran dos carabineros más, y al final, entre los tres y uno de los comensales, lo toman y lo meten al vehículo policial
Tte. R: RESPETO CONCHETUMADRE, FÍJATE CON QUIEN TE ESTAI METIENDO
Cab. Rodr: (cerrando la puerta) sí, claro, con un borracho jugoso más.
Se lo llevan a la comisaría, lo bajan casi a patadas, se pone más conflictivo aún, y al final, entre tanto tira y afloja, logran que ingrese al calabozo. El oficial a cargo de la comisaría pesca el teléfono, y hace algunas llamadas. Al rato después, entra un oficial del Ejército, con su tenida de combate, al calabozo
Cap. Espinoza: ok, déjenme con él. Yo me encargo.
Tte. R: (aún borracho) sí, ¿quién es?
Cap. Espinoza: ay, Ramírez, Ramírez… quién te viera, y quién te ve
Tte. R: ¿acaso me conoce?
Cap. Espinoza: lo suficiente, teniente, lo suficiente
Tte. R: ¿me vino a sacar? ¿saben quién soy?
Cap. Espinoza: por lo mismo vine acá. Quién pensaría que el alumno ejemplar, el Brigadier Mayor, el paracaídista, iba a terminar raja de curado en un bar de mala muerte en pleno Viña del Mar, haciéndole show a carabineros.
Tte. R: ¿quién es usted?
Cap. Espinoza: no te preocupes, no soy mi mayor Ortega, al que le andabas comiendo la amante.
Tte. R: ¿quién eres?
Cap. Espinoza: permiso, voy a hablar con el oficial a cargo
Luego de dos minutos vuelve, con el oficial
Cap. Espinoza: perdón teniente Muñoz, pero yo me encargo de él
Tte. Muñoz: ¿usted se hace responsable, mi capitán?
Cap. Espinoza: sí, yo me encargo. Efectivamente es oficial, no sé qué le habrá pasado que terminó acá y en esas condiciones, pero no va a volver a molestar. Yo me lo llevo
Tte. Muñoz: (dando la orden) ya, sáquenlo
Abren la puerta del calabozo, y entre dos, se lo llevan al hombro.
Cap. Espinoza: (saliendo detrás de los carabineros) déjenlo en los asientos traseros de mi auto, yo me lo llevo. (desactiva la alarma del auto y abre las puertas en forma remota). Muchas gracias teniente Muñoz, y disculpen aquí al oficial, ha tenido algunos problemas últimamente.
Tte. Muñoz: ¿y si alguien pregunta por el parte policial, mi capitán?
Cap. Espinoza: no se preocupe, aquí nadie vio nada. Además, no hizo destrozos en el bar, así que no hay nada que pagar. Cualquier cosa, me llama y yo hablo con la persona
Tte. Muñoz: hasta luego, mi capitán.
Espinoza se sube al auto, y queda solo con Ramírez, hablándole por el retrovisor
Cap. Espinoza: agradece que quedaste en mis manos, weón.
Tte. R: ¿y quién es usted?
Cap. Espinoza: no soy mi mayor Ortega, así que no te preocupes. Estarás a salvo, pero te va a salir cara la talla.
Espinoza, en su auto, va rápido por las calles del puerto, hasta que llega al regimiento Maipo. Los soldados de guardia le preguntan, él les pide que lo ayuden a bajar al bulto, para dejarlo en el calabozo del regimiento y que manden a buscar al teniente Cabezas, para explicarle lo sucedido, con el que se reúne en la oficina de la guardia
Cap. Espinoza: tengo novedades, Cabezas.
Tte. Cab: qué pasó, mi capitán?
Cap. Espinoza: tenemos un nuevo residente en el Maipo: el teniente Arturo Ramírez
Tte. Cab: ¿Ramírez? ¿Y qué hace acá, mi capitán?
Cap. Espinoza: me llamaron desde una comisaría en Viña, que encontraron a un tipo haciendo show borracho en un bar y que gritaba a cada rato que era oficial del Ejército, pero no tenían como identificarlo.
Tte. Cab: y fue, y…
Cap. Espinoza: sí, era Ramírez, muy curado, y haciendo escándalo. Menos mal que lo reconocí, y que el teniente Muñoz, muy amigo de mi familia, me autorizó a traerlo de vuelta. Ahora está bajo nuestra custodia
Tte. Cab: ¿y qué piensa hacer con él, mi capitán?
Cap. Espinoza: eso le iba a comentar, teniente. Necesito tenerlo lejos de mi mayor Ortega. Nos sirve más acá que a ellos.
Tte. Cab: ya con Esparza metido acá, se me complica encontrarle entretención, mi capitán
Cap. Espinoza: tengo una idea con ustedes tres, pero primero, hay que asegurarnos que estén bien y que mi mayor Ortega ni se entere. Por ahora, necesito hacerlo pasar un susto, y para ello, nos falta Esparza acá. ¿Dónde está?
Tte. Cab: dejando limpia la cocina, mi capitán
Cap. Espinoza: vamos allá, hay que contarle todo
Se van raudos a la cocina, donde estaba Esparza, barriendo los restos de comida, y limpiando algunas ollas
A03: hola Cabezas, qué sucede?
Cap. Espinoza: bienvenido Esparza, tanto tiempo que no lo veía
A03: (sorprendido gratamente) ¡Mi capitán Espinoza! Tanto tiempo sin verlo (le da la mano efusivamente)
Cap. Espinoza: mucho gusto tenerlo por acá, Esparza.
Tte. Cab: la idea de tenerte acá fue de mi capitán, Esparza
Cap. Espinoza: aunque no lo creas, nosotros sabíamos todo lo que estaba pasando, y por lo mismo, te queríamos tener seguro. Eres muy valioso, y no podemos dejarte a merced de la Organización.
A03: gracias a los dos, ¿qué sucede?
Cap. Espinoza: tengo otro invitado más, pero necesito que guarden reserva. Acompáñenme al calabozo del cuartel.
A03: (con cara de pregunta) ¿hay calabozo acá?
Cap. Espinoza: sí, Esparza. Pero no te llevamos allá, sí tenemos a otro prisionero, hasta que se calme
Llegan los tres al calabozo, y ven durmiendo a pata suelta, a Ramírez
A03: (sorprendido) ¿y él?
Tte. Cab: (se acerca a los barrotes) nooooo… no lo creo
Cap. Espinoza: sí, lo pillamos en un bar dando jugo, y menos mal que el teniente de guardia en la comisaría me avisó, antes de mandar a llamar a otro. Así que lo traje para acá, pero hay que hacerlo pasar un susto, no la puede sacar barata. Además está mi nombre y mi carrera en juego.
A03: ¿y cuál es la idea, mi capitán?
Cap. Espinoza: jueguen ustedes, sobre todo tú, que estuviste más en riesgo por culpa de su estupidez. Le concedo el honor de tenerlo como su sirviente personal.
A03: (pone cara de malo) hay harto que hacer en la cocina, pero déjenmelo a mí. Eso sí, que antes duerma y se reponga, no quiero malas caras mañana
Cap. Espinoza: ya Esparza, ya teniente Cabezas. Es tarde, mañana es un largo día, y necesito que estén claros. Buenas noches
A03 & Tte Cab.: buenas noches, mi capitán
Cap. Espinoza: (tocándole el hombro a Antonio) eras bueno, ¿por qué mierda tuviste que irte de baja?
A03: usted lo sabe mejor que nadie, mi capitán

miércoles, 13 de abril de 2016

2x04: Nada ni nadie es lo que parece ser



Antonio caminaba por las calles del puerto muy tranquilo y seguro de todo. Sabía que si se entregaba, él no iba a dar la información que querían tan fácil, y además, les arruinaría el retorno al traidor de Ramírez y el minuto de gloria de Pinto, algo que lo hacía sentir conforme. Aprovechó el obligado paseo para comprar una bebida en el supermercado sobre la estación Puerto, para tomar un bus y partir rumbo a Playa Ancha, al Regimiento Maipo. Eso sí, le asustaba un poco la reacción de los otros militares, al verlo dispuesto a “ayudar”, o hacerles creer eso, para así facilitar los planes. Tenía la sensación de que no era el único que remaba en la misma dirección, y la ansiedad de tratar de conocer quienes y aunar fuerzas también lo tenía un poco inquieto. Afuera de la estación, aborda una micro con destino al recinto militar, al que llega luego de unos minutos de viaje.
A03: (en la guardia, a un conscripto) hola, buenas tardes
Consc07: ¿sí, en qué le puedo ayudar?
A03: mire, ando buscando al oficial de guardia, tengo un problema y necesito hablar con algún mando
Consc07: (dudando) ¿y para qué sería?
A03: es que tengo información de un teniente que andan buscando, y me gustaría hablar con alguien que pudiera ayudar en ese tema
Consc07: (lo queda mirando) ok, espere un momento (pesca la radio) aló, mi teniente? Hay una persona que lo anda buscando
Tte. Cabezas: ¿quién?
Consc07: (a Antonio) ¿su nombre?
A03: (fuerte, para que también se oyera por la radio) Antonio Esparza
Consc07: (repite sin darse cuenta de quién era) dice que se llama Antonio Espino...
A03: (le repite) ES-PAR-ZA, Esparza
Tte. Cabezas: (sorprendido) ¿Esparza? Voy para allá, díganle que espere ahí y que no salga por ningún motivo
Consc07: mi teniente dice que lo espere acá
A03: no hay problema
Dos minutos después, aparece Cabezas, con ojos de huevo frito, mirando a Esparza
Tte. Cabezas: (sorprendido, pero positivamente) ¿y tú? Ven para acá… (lo invita a pasar a una oficina aparte)
A03: (ingresa a la oficina y la cierra, estando aún en shock) ¿Cabezas? Me estai hueveando…
Cabezas deja el fusil a un costado, y abraza fuertemente a Esparza
Tte. Cab: menos mal que estás bien y vivo conchetumadre, menos mal
A03: ¿eres teniente weón?
Tte. Cab: sipo, acá me tienen. Y a ti te busca medio Ejército weón
A03: sipo, “acá me tienen” también
Tte. Cab: ¿y qué cresta estás haciendo acá, querís que te maten? Que mi mayor Ortega te quiere con papas fritas, y ni hablar de mi teniente Pinto, que está vuelta loca porque Ramírez y tú se le escaparon de las narices
A03: es una larga historia, pero por lo mismo vine, quiero entregarme
Tte. Cab: (se borra la risa de la cara) ¿estás loco?
A03: Pinto le ofreció a Ramírez que si me entregaba, él recuperaba sus grados y su carrera. Y ella se ganaba un par de condecoraciones. Y no estoy ni ahí en que feliciten a ese parcito a cambio de mi cabeza.
Tte. Cab: pero no tenías por qué entregarte. Acá nos tienen vueltos locos con tu búsqueda.
A03: ¿y tú, qué cuentas?
Tte. Cab: nada, a diferencia tuya, sí terminé la carrera y acá me tienen, ordenando reclutas, pero ya estoy chato de todo esto.
A03: qué lata, pero es la vida militar, nada que hacer
Tte. Cab: sí, pero yo no me quedé para esto sipo. Pero sé que se viene una próxima destinación pronto, y ahí podré hacer más cosas. Lo que ocurre es que está todo parado, por el tema de los atentados y todo eso
A03: (quisquilloso) ¿y tú, te crees eso de los atentados?
Tte. Cab: ¿la verdad? No. Desde el primer momento supe que había mano negra atrás, por eso encontré más sorprendente cuando te empezaron a señalar como sospechoso, porque yo había visto como sacaban los explosivos desde los arsenales hacia el metro, y luego me enteré de lo que hicieron con las micros y en el Costanera Center. No sé qué mierda buscan con todo esto.
A03: meter miedo en la gente, para gobernarla más fácil. Cuando se agotan las ideas, aplican la campaña del terror para mantener el control. Es una vieja táctica.
Tte. Cab: tendrías que haberte quedado con nosotros. Más gente como tú es la que hace falta acá, y menos Rambos al peo como mi teniente Ramírez… a todo esto, ¿qué es de él?, ¿cómo lo encontraste?
A03: Ramírez estaba secuestrado por sus propios camaradas en el norte, junto con Rafael, mi ex compañero del colegio que me ayudó a entrar al Metro. Ellos escaparon desde San Pedro de Atacama a Calama en vehículo militar, ahí llegaron en bus a La Serena, se cambiaron de bus y alcanzaron a llegar hasta Pichicuy, donde estaban los controles. Ahí, intentaron esconderse hasta que los encontraron.
Tte. Cab: eso se filtró en las filas, y ahí apareciste tú, ¿pero cómo supiste que estaban ahí?
A03: tenía la intuición. Arranqué de Santiago en bus hasta La Calera, de ahí en camión a Pichicuy, y me los topé en la playa, siendo amenazados por otro oficial.
Tte. Cab: armado supongo
A03: un piedrazo certero en la cabeza y directo al piso. Le robé el arma al oficial, arrancamos por la playa, repeliendo tiros de guardias, y después caminando por la carretera. Un camión de un frigorífico nos llevó hasta Llay Llay, ahí logré dar aviso a un amigo, que nos rescató en el hospital, y nos trajo a Valparaíso.
Tte. Cab: me imagino como se debe haber sentido mi teniente Ramírez, más cuando él te trató súper mal allá en la Escuela
A03: un combo en el hocico para su ego, por eso no la pensó mucho cuando Pinto le ofreció entregarme como moneda de cambio
Tte. Cab: se me ocurrió una idea. Espérame un momento acá y sígueme el juego.
Cabezas sale de la oficina, toma el teléfono y realiza una llamada
Tte. Cab: aló, sí, necesito ubicar a mi capitán Espinoza. Es urgente: tengo a Esparza acá en el regimiento: vino a entregarse.
Cap. Espinoza: (tomando el teléfono) aló, Cabezas?
Tte. Cab: sí mi capitán, le tengo novedades: Antonio Esparza vino a entregarse acá al regimiento
Cap. Espinoza: (no lo cree) ¿en serio, Cabezas?
Tte. Cab: sí mi capitán, acá está. Está en la oficina, esperando instrucciones.
Cap. Espinoza: a Esparza hay que retenerlo ahí, pero no dejar que mi mayor Ortega se acerque a él. Nos sirve mucho más vivo y en un lugar seguro que libre por ahí.
Tte. Cab: espero sus instrucciones, mi capitán
Cap. Espinoza: déjamelo a mí, Cabezas. Encárgate tú que esté tranquilo, que no lo pase mal, pero, por sobre todo, reserva con esto. Si alguien más se entera que está en el Maipo, no se van a demorar en ir a buscarlo y llevarlo con las autoridades
Tte. Cab: permiso para hablar con usted mi capitán
Cap. Espinoza: dígame Cabezas
Tte. Cab: esto de la Organización me tiene podrido, ojalá que con Esparza acá, se acabe todo
Cap. Espinoza: a mí también, por eso hay que cuidarlo. Que coma bien, que duerma bien, que nadie lo moleste, y si necesita algo para trabajar, hay que conseguirlo como sea.
Tte. Cab: a su orden, mi capitán
Cap. Espinoza: no olvides Cabezas, esta conversación no existió. Hasta luego.
Espinoza le corta el teléfono a Cabezas, y él vuelve a la oficina a hablar con Antonio
Tte. Cab: ya Esparza, hablé con mi capitán Espinoza. Él se va a encargar de todo. Eso sí, te tienes que quedar acá y aguantar algunos días, hasta que veamos la forma de que salgas con seguridad.
A03: ¿salir? Si yo me vengo a entregar para que no molesten más a mi familia y Ramírez no salga libre de polvo y paja.
Tte. Cab: (se acerca y lo toma de los hombros) tranquilo Esparza, confía en mí. Recuerda que fuimos camaradas de armas, y aunque no lo creas, no todos somos como mi teniente Ramírez o mi mayor Ortega. Yo sí sé lo que es lealtad. ¿Estamos?
A03: ¿y cuál es tu plan?
Tte. Cab: necesito sacarte de acá, en el patio, sin gente, te comento
Salen Cabezas y Esparza caminando, uno al lado del otro, y en medio del jardín, se ponen a conversar
Tte. Cab: Esparza, necesito que sepas que no estás solo en todo esto. Yo sé que te buscan por haber investigado a la Organización, y porque descubriste que gente del Ejército estuvo detrás de los atentados del metro y las micros en Santiago.
A03: ¿y cómo sabes todo eso?
Tte. Cab: como te dije allá adentro, no todos somos como mi teniente Ramírez o mi mayor Ortega. Varios tenemos cerebro y criterio, y vemos cuando las cosas no se están haciendo bien, o se están trasgrediendo los principios básicos de la institución.
A03: ¿y?
Tte. Cab: como también te dije adentro, es gente como tú la que nos hace falta acá. Menos Ramírez y más Esparzas. Lamentablemente, estos weones no se están dando cuenta que el mundo cambió, y en vez de modernizarse y adaptarse a los nuevos tiempos, están pegados en lo que les daba poder, control y estatus. Por eso algunos mandos de acá se aliaron a la Organización, para asegurarse el mando y la plata, sacrificando la tradición de la institución entera.
A03: no sería la primera vez en la historia que instrumentalizan al Ejército
Tte. Cab: pero es la peor, y yo no estoy acá por esto. Varias veces he pensado en irme de baja, ¿pero qué saco con eso?. Es más fácil combatir con todo eso y defender a la Patria desde dentro, que tratar de jugar al terrorista o al investigador privado
A03: ¿y crees que vas a tener éxito?
Tte. Cab: no sé, pero por lo menos no me anda siguiendo medio Chile y avanzo tranquilo, sin levantar sospechas
A03: tú sabes muy bien por qué no seguí allá adentro. Y no habría aguantado mucho tener que compartir filas con gente como Pinto u Ortega.
Tte. Cab: entiendo tu posición, pero vamos a lo importante. Tengo la orden de resguardarte en el regimiento, y la única forma de esconderte, es disfrazarte de empleado o de conscripto. Tú escoges.
A03: conscripto ni cagando, no paso piola tampoco. ¿Qué tipo de empleado?
Tte. Cab: ¿sabes cocinar?
A03: algo
Tte. Cab: ya, ándate de ayudante a la cocina. Y vas a dormir en el catre de la guardia.
A03: ¿eso no más?
Tte. Cab: (se acerca y le susurra) mi capitán dio la orden de retenerte acá adentro, hasta buscarte un lugar seguro, pero no hay que levantar sospechas entre los conscriptos, ya que no queremos decirle nada a mi mayor Ortega
A03: me da risa el trato a los superiores de acá, creo que eso tampoco lo aguanté mucho
Tte. Cab: oye, necesitas algún encargo especial? Comida, dar algún mensaje?
A03: necesito que llamen a la casa de Ignacio, para que avises que estoy bien
Tte. Cab: ya, llama tú mejor (le entrega su celular), pero cortito y con cuidado, que recuerda que si nos pillan, nos vamos todos a la mierda
Por mientras, en la casa de Ignacio
Tte. R: (molesto) ¿en serio que Esparza se fue a entregar?
I04: si no me quieres creer… ¿y por qué tan molesto, acaso tenías otros planes para él?
Tte. R: no les conviene esconderlo. Tengo contactos muy buenos, y… (suena el teléfono de la casa)
I04: Vale, anda a contestar, yo me encargo de este personaje
V05: ya, cuídate
Valentina va a buscar el teléfono, y contesta
V05: aló?
A03: ¿Valentina, eres tú?
V05: (casi pega un grito, cuando se da cuenta que podría ser notada por Arturo) dígame, en qué le ayudo
A03: Valentina, soy Antonio
V05: sí, sí, estoy ocupada (hablando en clave), tengo a un testigo de Jehová intentando evangelizarme, que le dé información de mis creencias para convencerme en cambiar de credo, pero no puedo. Por ahora no puedo comprar sus productos, pero me gustó que me hayan llamado, así que apenas pueda, contácteme y veo si puedo aceptar el plan que me ofrece.
A03: ok, gracias por confirmarme que sigue Ramírez ahí. Hablamos luego, un abrazo.
V05: no se preocupe caballero, gracias por avisar, buenas tardes!
Valentina corta el teléfono, alegre, pero cuando vuelve a la escena anterior, siente que golpean la puerta
Tte. Pinto: Esparza, SÉ QUÉ ESTÁS AHÍ, SAL Y DA LA CARA COMO HOMBRE!
V05: (a Ignacio, que contenía a Arturo) yo me encargo de esta loca. Entre minas nos entendemos (abre la puerta y se encuentra a Pinto, con tenida de combate, y un par de conscriptos acompañándola) ¿sí, a quién busca?
Tte. Pinto: ¿y tú, quién eres?
V05: (la mira de pies a cabeza) la dueña de casa, y si viene alguien en ese tono, a preguntar por alguien que no conozco y reclamando…
Tte. Pinto: no tengo idea quién eres, pero estás mintiendo. Tengo información fidedigna de que Antonio Esparza vive acá.
V05: ¿Antonio cuánto? Aaaah, ya me acuerdo, el niño que se fue hace unas semanas y sin pagar ni uno. También lo ando buscando
Tte. R: (desde la puerta) Pinto, ella está mintiendo!
V05: ¿por qué no aprovecha el impulso y se lo lleva a él? Dice que es militar, pero con esa pinta, no le creo nada. Para mí que está loco.
Tte. P: ustedes están escondiendo a Esparza, y los vamos a hacer hablar como sea
V05: no te tengo miedo. Y no, no sé donde se fue esa persona. Nos quedó debiendo el arriendo más encima. Ojalá lo encuentren.
Tte. P: (recibe una llamada y toma su celular) ¿aló?, no puedo hablar ahora
Tte. Cab: mi teniente, le tengo noticias de Esparza
Tte. P: (se concentra en el teléfono) ¿qué ocurre con ese idiota?
Tte. Cab: nos acaban de avisar que lo vieron rumbo a Santiago, mi teniente
Tte. P: ¿dónde? ¿CAMINO A SANTIAGO?
Tte. Cab: me lo confirmó una persona de confianza, mi teniente. Andaba dando vueltas en Curauma, haciendo dedo para viajar rápido a Santiago.
Tte. P: ya, vamos para allá. Si no lo pillamos en la ruta, lo atrapamos en alguno de los peajes. Gracias por el dato, Cabezas. (corta el teléfono) Ya, se escapó otra vez, me avisó Cabezas que lo acaban de ver en Curauma, tratando de arrancar a Santiago. Vámonos de aquí, Ramírez
Tte. R: (tartamudeando) p-p-p-pero…
I04: (sale a la puerta) no se preocupe oficial, nosotros nos encargamos de él. ¿Cuánto pagan por su cabeza?
Tte. P: no, no hago tratos con nadie...
I04: pero sí con Ramírez. Y sabemos que a él también lo andan buscando, por lo cual, no costaría nada ir a la comisaría a denunciar todo esto, y entregárselo a las autoridades.
Tte. P: hagan lo que quieran con él
Tte. R: (en shock) pero-pero-pero-pero…
Pinto sale furiosa, caminando hacia un vehículo estacionado en las cercanías. Valentina e Ignacio encierran en la casa a Ramírez y empiezan a pedirle explicaciones.
Tte. R: (tratando de mostrarse duro) ¿y me van a decir dónde está Esparza?
I04: no, ni nosotros sabemos. Pero lo que sí sabemos, era que pensabas entregarlo al Ejército, para recuperar tu grado y tus privliegios… ¿no?
Tte. R: (bajando el moño) ustedes no saben por lo que he pasado
V05: (le pega una cachetada) ¡IMBÉCIL!
I04: (la contiene) tranquila, déjamelo a mí (le pega una patada a las canillas, obligándolo a ponerse de rodillas) ¿tú vienes a hablar de dificultad? Todos tuvimos que dejar nuestras vidas en Santiago, nuestra estabilidad y tranquilidad por culpa de tu cagá de institución y sus ganas de mantener el control a punta de meter miedo.
Tte. R: (se pone a llorar) ¡YO NO TENGO LA CULPA!
I04: tú estabas dispuesto a usar a Antonio como moneda de canje, eso ya dice mucho de tus principios y valores
Tte. R: (ahora sollozando) por favor, no me entreguen
I04: debiste pensarlo antes
V05: raro verte llorando pidiendo clemencia, cuando hace 10 minutos andabas chorito exigiendo explicaciones
I04: no me voy a ensuciar las manos contigo. Anda a buscar tus cosas, en cinco minutos te quiero fuera de mi casa
Tte. R: ¿no me vas a delatar?
I04: no es mi estilo, no soy tan rata como tú
Arturo se para con dificultad, sube al segundo piso, aprovecha de meterse a la pieza de Daniela y logra forzar el mueble para sacar algunos discos duros, arma un bolso y baja corriendo, donde Ignacio y Valentina que lo esperaban.
Tte. R: ¿me podrán perdonar algún día?
I04: cuando termine todo, podremos hablar. Por ahora, no te quiero ver nunca más en esta casa (le abre la puerta)
V05: (de brazos cruzados, con fría mirada) espero que Antonio esté bien y lejos de aquí. Lejos de gente tan mierda como tú y la otra teniente
I04: pídele a Dios que él siga vivo. Si no, ya sabemos a quién culpar y buscar para exigir explicaciones
Arturo sale por la puerta e Ignacio da un portazo.
V05: (se acerca a Ignacio) Antonio está bien. Llamó cuando esa teniente armó todo el show en la entrada
I04: ¿se habrá entregado?
V05: no sé, pero no se escuchaba triste ni urgido
I04: eso espero.