Antonio sale rápidamente desde
el edificio. Sale caminando por el paseo Matías Cousiño, mientras la ciudad se
despierta lentamente. Camina por Moneda hasta calle San Antonio, sube a un bus
del servicio 203 rumbo a La Pintana y llama a Martín.
A03: oye, ¿qué onda con el
mensaje?
M01: (muy preocupado) mataron
a Rafael en medio de nuestra “visita”. Y, para justificar el acto, nos están
culpando de esto.
A03: (con tono de sorpresa)
¿ya? ¿y cómo?
M01: (se pone a revisar un
diario online) te voy a leer esto, atento: “Muere trabajador del Metro en
confuso incidente”
A03: ¿y?
M01: (sigue leyendo) Joven trabajador del Metro fallece durante
la madrugada, en confuso incidente. A esa misma hora, se reportó el ingreso de
un individuo a las vías, al lugar donde los días anteriores se registró un
atentado explosivo, que dejó siete muertos y una decena de heridos, en la
estación Universidad de Chile. Autoridades no descartan nexo entre este
homicidio, la intrusión a la “Zona Cero” y el acto terrorista.
A03: (se asusta) entonces,
¿qué mierda hago?
M01: mira (intenta
tranquilizarlo), lo único claro es que acusaron recibo de nuestra entrada. Ya
saben que nos metimos. Lo que no saben es quién entró y qué buscaba. Ahora, van
a intentar encontrarle una explicación a lo que hicimos. Y por mientras, como
burlamos sus medidas de seguridad, nos van a culpar. Por eso, tenemos que
movernos con muchísimo cuidado.
A03: (preocupado) ¿y cómo
mataron a Rafael?
M01: (apesadumbrado) lo
ahorcaron y metieron su cabeza a la taza del baño.
A03: (sorprendido) guau. No
quisiera saber cómo lo hicieron. ¿Sabes cuándo será su funeral?
M01: tengo toda esa
información, pero no te recomendaría aparecerte por allá. Sospechan que el
posible “culpable” intente aparecerse. ¿Dónde estás?
A03: voy en una micro por
Santa Rosa hacia el sur.
M01: ojo donde te vas a meter.
Antonio sigue arriba de la
203, llega hasta Lo Blanco con San Francisco, se baja y camina algunas cuadras
en medio de La Pintana. Mira su celular y ve que ya es mediodía. A pesar del
sueño y el cansancio, sigue con cuerda para rato. Pasa a un Ekono del sector,
se compra unos panes y una bebida y recorre el sector. Camina hasta Av. Los
Morros, en medio de poblaciones y lugares populosos. Se da cuenta que está a un
par de cuadras de la casa de la familia de Rafael. A pesar de la advertencia de
Martín, decide hacer una visita al lugar. Antes, eso sí, pasa por el Cementerio
Parque Sacramental, en San Bernardo, y compra un ramo de flores.
Camino a la casa de Rafael,
logra contactarse con la madre de su amigo, quién le confirma que lo están
velando en su casa y le avisa que irá a darle las condolencias. Pensó, mientras
no se entere Martín, todo bien.
Llega a la casa de su amigo,
el ambiente de pesar lo embargó a él también. Le bajó la culpa, ya que siente
que él metió a Rafael en todo esto y lo expuso a su muerte temprana. Si hubiese
armado el plan prescindiendo de él, tal vez estaría vivo y nada habría pasado.
En la casa, saluda a los papás de Rafael, deja un ramo de flores arriba del
ataúd de Rafael y empieza a hablarle al cuerpo.
A03: perdón por meterte en
esto, hermano. Tú no tenías nada que ver en esto y mira donde te dejé, en un
cajón y muerto. Tenías tanta vida por delante y yo, sin querer, te corté tus
proyectos y tus planes.
En eso, le da unos golpecitos
al ataúd y se da cuenta de algo. Suena hueco. Da la idea que estuviera vacío.
A03: oiga (le pregunta a la
mamá), cuando les entregaron los restos, ¿fue en un ataúd sellado?
Mamá Rafael (MRA):
(acongojada) en el Médico Legal nos pidieron un cajón y nos entregaron este
completamente sellado. Pero mi hijo pidió que, cuando muriera, no lo vieran en
la urna, así que no me preocupa esto. ¿Por qué pregunta?
A03: por lo mismo, porque como
era su último deseo, igual era importante cumplírselo.
MRA: sí, me preocupé de esto.
A03: y lo van a enterrar en el
cementerio supongo…
MRA: estamos viendo, él quería
que cremaran sus cenizas y las arrojaran al Lago Llanquihue, en el sur, siempre
al Rafita le gustó el sur, la brisa, así que voy a hacer eso.
A03: cualquier cosa, me avisa.
MRA: ya m’ijito, cualquier
cosa, lo llamo. ¿Del mismo número que me llamó ahora?
A03: sí, el mismo
En eso, Antonio se asoma a la
calle y ve un par de vehículos con balizas. Empieza a caminar, intenta subirse
a un bus del Transantiago, y en eso, los autos aceleran la marcha e intentan
cerrarle el camino al troncal. El conductor queda alterado y esquiva los autos.
En eso, los vehículos empiezan a intentar pillarlo, algo que no es tan difícil,
pensando que los buses están bloqueados a 60 km/h.
En eso, Antonio activa el
pituto de emergencia de la puerta trasera, obligando a frenar el bus y
colisiona con los autos que lo iban siguiendo. Aprovechando eso, arranca
corriendo por Av. Los Morros hacia el norte, donde aborda otro bus del
Transantiago, del recorrido 301c. Los autos que lo perseguían quedan atrapados
en el choque, dándole algo de tiempo para escapar. Tuvo suerte que el conductor
lo conocía, ya que habían trabajado juntos en la otra empresa. Antonio le pidió
que se apurara, así que el chofer dio vuelta los letreros, apagó el rutero
electrónico y corrió por Los Morros sin pararle a nadie. Y menos mal que nadie
se bajaba antes de la Intermodal de La Cisterna, ya que no iba a detenerse a
dejar o tomar pasajeros.
Llegando a la Intermodal,
siguió su estela de suerte, ya que la autorización de ingreso del bus fue
inmediata. A lo lejos, vio salir los autos con las balizas a la altura de Av.
Lo Espejo, pero les perdió la pista al ingresar a la estación. Ya adentro, se
despidió de su ex colega, y corrió por la construcción. No se dio ni cuenta y
pasó al Metro, y dentro de ahí, se cambió de línea a la L4A.
Subió a un tren y, por dentro
de él, corrió hasta adelante. En eso, llama a Martín y le comenta lo sucedido.
A03: ¿aló, Martín, estás ahí?
M01: (furioso) ¡Te dije que no
te fueras a meter a la casa de Rafael, sabías que te estarían buscando!
A03: (intenta tranquilizarlo)
averigüé algo importante
M01: (sigue furioso) ¡Eso no
importa! Ahora tienes a toda la policía buscándote, te consideran el asesino de
Rafael.
A03: ¿qué hago entonces?
M01: ¿para qué preguntas si
terminas haciendo lo que quieres?
A03: tengo un dato clave, nos
puede servir harto
M01: (se tranquiliza) ya, te
voy a ayudar, los policías saben que estás en el metro, lo que no saben es si
subiste a la Línea 2 o la Línea 4A. ¿En qué línea estás?
A03: llegando a Santa Rosa
M01: entendido. Bájate ahí
mismo e intenta tomar un 216 por Américo Vespucio. Te bajas en Vitacura y ahí
te vienes a la oficina.
A03: ¿no me descubrirán?
M01: te van a seguir la pista
hasta el Metro. En ese punto son tantos los recorridos que pasan que se van a
demorar en dar con el bus correcto. Te recomiendo eso sí que no pagues la
micro. Y si sube Fiscalización, ahí inventas algo.
A03: entendido, me bajo y te
aviso arriba del bus. (corta el llamado)
Antonio se baja, corre por las
escaleras, y se le ocurre subir por otro acceso, más lejano a la parada del
216. Sabe que todo está siendo monitoreado, así que si sube por otra escalera,
puede despistar con el recorrido que va a tomar después.
El bus se demora algunos
minutos en pasar. En eso, ve a lo lejos por la caletera de Vespucio que pasan
los vehículos de la policía. El corazón se le acelera, pero se tranquiliza al
ver llegar el bus. El problema era que iba “En Tránsito a Servicio”.
A03: mierda, ¿qué hago? (toma
su celular y revisa la aplicación con los tiempos de espera) “Próximo bus en
menos de 5 minutos, siguiente entre 22 y 32 minutos”, ¡mierda!
Pero parece que Dios lo está
acompañando en esta, ya que el bus para y el conductor le grita.
Conductor 216 (C216):
¡Hooooooola coleguita!
A03: (sorprendido gratamente) ¿Y
usted, señor Espinoza?
C216: (le hace el gesto con la
mano de que suba) vamos, ¿estaba esperando la 216?
A03: eeeeh, sí, ¡vamos!
Antonio sube al bus, y el 216
parte rápido en dirección al norte por la autopista.
C216: ¿y en qué andabas por
acá?
A03: andaba en el funeral de
un amigo, pa’l lado de El Bosque
C216: ¡qué lata!, ¿y de qué
murió tu amigo?
A03: eeeeh, lo atropellaron,
cerca de su casa
C216: ¡qué lástima!, ¿y era
joven, tenía hijos, familia, algo?
A03: no, por suerte, no.
C216: ¿y qué hacía?
A03: trabajaba en el Metro
C216: ¿nada que ver con el
cabro que mataron, o sí?
A03: (empezaba a mentir) no,
trabajaba en otra cosa en el Metro, hacía el aseo
C216: dale, ¿y tú en qué
andai?
A03: estudiando, trabajando,
tengo una vida movida.
C216: ¡qué buena!
Iban casi llegando a Plaza
Egaña, cuando por el lado miran al auto de los policías, Menos mal que en ese
momento a Antonio se le cae el teléfono y se agacha, así que no alcanzan a
verlo en el bus. Siguieron conversando de la vida, sobre el tema del atentado,
empiezan sus teorías con el tema, hasta que, sin darse cuenta, llegan a
Vitacura. Ahí se despiden y Antonio llama a Martín.
M01: ¿estás en Vitacura?
A03: sí, al frente de la
Clínica Alemana
M01: ok, toma la 435 y te
bajas en Quilicura. Acá te espero.
Antonio camina al paradero,
toma la micro que se demora un poco en pasar, y al llegar a destino, se asoma
por la ventana y ve a unos policías en auto escoltando el bus por la carretera.
Se intenta tapar, pero se empieza a asustar cuando la máquina se sale de la
autopista antes del enlace de Vespucio con la Panamericana, saliéndose de ruta.
En ese momento, los autos siguen dentro de la vía rápida, avanzando, mientras
la micro se entrampa en el taco de la caletera. Ahí, el conductor abre las
puertas y aprovecha de bajarse. Camina en dirección al norte, por plena Ruta 5,
y llega, sin darse cuenta, hasta el eje San Ignacio, al sector de los outlets.
Ahí toma un taxi y aparece donde lo esperaba Martín.
M01: sí, los policías sabían
que ibas a Quilicura. ¿Recuerdas que te dije que no usaras tu tarjeta Bip? Era
para que no monitorearan tus validaciones y así no pudieran dar con tu
ubicación.
A03: me olvidé, aparte igual
el conductor me habría hecho show por subirme gratis en Vitacura. Y no tengo
cara de flaite.
M01: (en tono burlón)
claaaaro, si tienes la pura cara de cuico. ¿Qué tenías que contarme?
A03: hartas cosas, te tengo
las fotos, las muestras, y un par de datos que podrían servirte.
M01: pásame las muestras y las
fotos.
A03: (le entrega la GoPro y la
bolsa con el trozo de plástico quemado) toma, ahí está todo
M01: descargo las fotos y te
devuelvo la cámara, vamos a necesitarla de nuevo. ¿Qué más querías decirme?
A03: fui al velorio de Rafael,
y vi algo bien raro.
M01: sí, aparte de los
policías que te perseguían por todo Santiago, menos en tu escapada desde San
Ramón hasta Vitacura. Buena suerte que te haya tocado un bus en vacío y con un
conductor conocido.
A03: (aburrido) déjame hablar
M01: explícame qué sabes
A03: que el ataúd estaba
sellado. Le pregunté a la mamá y me dijo que se lo entregaron así del Médico
Legal.
M01: (con cara de curiosidad)
y tu punto es…
A03: (lo mira fijo) es que
pasé a llevar el cajón y… estaba vacío.
M01: (se sorprende) ¿vacío? ¿y
el cuerpo?
A03: no sé, hay varias
opciones. Que lo hayan escondido, que lo tengan en otro lugar, o lo peor de
todo… es que no lo hayan matado, sino raptado.
M01: (piensa) mmm,
¿acompañando al teniente del Ejército dices tú?
A03: no sabemos si están
relacionados, pero no me extrañaría, él manejaba tanta información del Metro
que podría haber descubierto el atentado por sí solo.
M01: ¿les valdrá más vivo o
muerto?
A03: yo creo que vivo, lo que
sabe puede ayudarles a borrar las huellas del atentado, y lo que podría
delatarlos.
M01: …y esa información también
la manejamos nosotros, ahora sólo falta procesarla y poder armar nuestra
teoría.
A03: ¿cuáles son los pasos a
seguir?
M01: te tienen identificado,
así que lo mejor es estar escondidos un rato. Eres un blanco fácil y súper
rentable. Te van a acusar de la muerte de Rafael, debido a que fuiste el último
que lo vio y fue él quien te ayudó a entrar al Metro. Te van a relacionar con
eso y con el atentado, ya que te metiste a las vías a “modificar” el sitio del
suceso. Ahora, hay que empezar a moverse con más cuidado aún.
A03: ¿y qué hago en este caso?
¿me voy del país, me escondo, me hago una cirugía, qué?
M01: no seas imbécil, sólo hay
que ser discreto. Si hasta Paul Scheaffer se escapó de Chile sin que nadie se
enterara.
A03: entonces…
M01: te vas a quedar conmigo
en la oficina. Nuestro grupo de apoyo armó un dormitorio con todas las
comodidades en el lugar, vas a tener conexión a todo, pero ojo, chao Facebook,
chao Twitter, chao redes sociales. No podemos exponerte a que te sigan mediante
georeferencias, ¿te acuerdas que lo mencioné?
A03: lo del celular y las
aplicaciones…
M01: bota tu teléfono
A03: (molesto) oye, me costó
caro
M01: mala suerte, es tu
teléfono o tu vida. Así de sencillo.
Antonio se lo pasa de mala
gana y Martín lo esconde en un refrigerador.
A03: ¡lo vas a echar a perder!
M01: (omite este comentario)
leía que el tipo de Wikileaks logró esconderse durante un tiempo con esta
técnica, llamando por teléfono desde un congelador, para bloquear las ondas de
transmisión.
A03: (cambiando de tema) oye,
¿y cuándo me voy a ir a la oficina?
M01: lo antes posible
A03: ¿y puedo ir a buscar mis
cosas a la casa? Sobre todo, necesito mi ropa y mi computador, tengo demasiada
información valiosa ahí.
M01: difícil, es cosa de horas
en que visiten tu casa y allanen todo.
A03: (se le ocurre una idea)
pero podríamos mandar a alguien allá.
M01: tendría que ser rápido.
Hablamos de un “ahora ya”.
A03: deja hacer una llamada
entonces.
M01: la última, Y ojo. Nada de
Facebook. (le entrega su teléfono)
A03: (marca un número que se
sabe de memoria) ¿aló, Valentina? ¿Estás ahí?
V05: (asustada) ¿qué pasa?
¿estás bien?
A03: (hablando rápido) cortito
Vale, necesito que nos juntemos urgente, que pases a buscar cosas a mi casa y
me las traigas.
V05: ¿dónde estás?
A03: luego te cuento más. Por
ahora, necesito que vayas a mi casa, recojas ropa limpia y mi computador. Sólo
eso. Cuando lo hagas, me llamas y avisas, para ir a juntarnos.
V05: ¿pero qué pasó? Cuéntame
más.
A03: cuando nos juntemos, te
explico que pasa. Por favor, haz lo que te encargué.
V05: bueno, bueno, ¿a qué
hora?
A03: juntémonos a las 5 en
Plaza Italia, donde está Telepizza.
V05: ok, allá estaré. (corta
el llamado)
A03: (a Martín) listo,
coordinado.
M01: mira, te voy a dejar en
la micro, te voy a pasar una tarjeta Bip! Hackeada para que puedas subir sin
problemas. Retiras lo encargado y te vienes de inmediato a la Oficina en taxi.
E intenta evitar los tacos.
Antonio se sube a un expreso
de Quilicura a Plaza Italia y se junta con Valentina
V05: (corre a abrazarlo apenas
lo ve) ¡Toñito! ¿Qué pasó?
A03: es una larga historia,
pero ya habrá tiempo de explicar una por una las cosas. ¿Trajiste lo que te
encargué?
V05: (muy ansiosa, le pasa un
bolso) toma, acá encontré un bolso con tu notebook y tus cosas, pendrives y esas
cosas. También te traje algunos calzoncillos, calcetines, ropa en general… pero
explícame qué sucede.
A03: (tomando sus cosas) ya
habrá tiempo. Sólo que me están culpando de algo que no hice y tengo que
esconderme un rato.
V05: (se asusta) ¿te puedo
ayudar en algo? Si quieres te escondo yo en mi casa un tiempo
A03: (la toma del hombro,
tranquilizándola) no te preocupes, no quiero meterte más en problemas, ya he
metido a gente que estimo en muchos atados por ahora.
V05: (lo tranquiliza) eres mi
amigo, y uno por los amigos es capaz de arriesgar el pellejo. Pero cuéntame qué
pasó.
A03: (mira para todos lados y
baja el volumen) ¿supiste lo del que se metió al metro el otro día? Fui yo. El
tema es que mataron a un amigo que trabaja en la central y están relacionando
su homicidio con mi entrada a las redes.
V05: (lo mira fijo y se
asusta) pero tú no fuiste, ¿cierto?
A03: obvio que no, salvo que
pueda desdoblarme, y tampoco lo haría. Es mi amigo y me estaba ayudando a
entrar al Metro.
V05: ¿y te puedo ayudar en algo?
A03: sígueme averiguando lo
del niño hijo del aseador. Y, si te hacen cualquier pregunta, no me conoces, o
no me ves hace mucho tiempo.
V05: te mantendré informado
A03: cualquier cosa, a mi
mail, tengo acceso a él.
V05: ok, te mantendré al día
(le da un beso en la frente)
A03: (mira hacia todos lados)
me tengo que ir, no quiero que me encuentren acá. Chao (le da un abrazo y sale
corriendo)
Antonio camina y se mezcla con
el público del sector. Toma un taxi y se va directo a la oficina. Allá lo
espera Martín junto a una chica, bastante atractiva, con un delantal blanco y
unos lentes estilizados.
A03: listo, ya tengo todo,
¿dónde me instalo?
M01: primero, te quiero
presentar a Daniela, ella está a cargo de toda la parte científica y peritajes.
También entró al equipo investigando cosas que no cuadraban. Daniela, él es
Antonio. Antonio, ella es Daniela.
A03: ¡hola Daniela! (se acerca
a darle un beso en la mejilla y ella sólo le ofrece la mano)
D02: (muy cortante)
bienvenido, soy Daniela, y Martín ya dijo de qué estoy a cargo. Tenemos reunión
sobre los últimos acontecimientos. (Antonio retrocede)
M01: pasemos a la sala.
La sala era una sala de
reuniones como cualquier otra, pero sin ventanas. En su reemplazo, tenía un par
de monitores LED que iban informando distintas situaciones en tiempo real. En
la mesa, rectangular, se sentó a la cabeza Martín, a su izquierda, Daniela y a
su derecha, Antonio.
D02: analizamos químicamente
los restos que trajo Antonio, junto con las fotos que enviaste, y ya tenemos
una teoría sobre el atentado.
A03: yo también tengo mis
sospechas, sobre todo por los antecedentes que tengo.
D02: dentro de las cosas que
periciamos, sabemos que el tipo de explosivo utilizado en el Metro no está
disponible en el mercado formal…
A03: ¿no es típico extintor de
grupo anarco?
D02: precisamente. Además,
empezamos a investigar y tampoco corresponde a explosivos de uso minero ni
industrial.
A03: entonces…
M01: la teoría es que es un
tipo de explosivo que utilizan las Fuerzas Armadas. Para ser específico, del
Ejército.
A03: (sorprendido con el
diagnóstico) y eso, se relacionaría con el secuestro, ¿o no?
M01: es lo que tememos, pero
aún no está nada confirmado
D02: son demasiadas piezas
sueltas en este puzle, todas deberían encajar, pero no sabemos cómo. Para eso
queríamos un periodista. Son expertos en armar historias.
A03: (no sabía si tomarlo como
un halago o como una crítica) yo también tengo una teoría algo disparatada: que
secuestraron al milico en Antofagasta, le sacaron información clave de cómo
robar explosivos y armaron el atentado en el Metro para sembrar el caos y
lograr un rápido control del país sin mucho esfuerzo. Pero parece que he leído
demasiados libros de conspiraciones.
Daniela y Martín lo miran
sorprendidos
D02: es precisamente lo que
creemos nosotros, pero nos faltan muchas piezas aún.
M01: el tema es cómo conectar
el secuestro con el atentado de manera más concreta.
A03: yo ya he arriesgado mucho
el pellejo por ahora. Más encima se suma la “desaparición” de mi amigo Rafael,
que aún no sabemos si está vivo o no.
M01: como dijiste, vivo vale
mucho más: se conoce todos los secretos del Metro. Les puede ser útil para
intentar ocultar el atentado o para organizar otro más
A03: …aunque dudo que dé esa
información de forma “voluntaria”
M01: me temo lo mismo, por eso
tenemos que ser más rápidos para intentar recuperarlo. Los de la Organización
no tuvieron problemas en poner una bomba en el Metro, menos les va a costar
torturar a alguien para sacarle información
A03: (respira hondo) espero
que no alcancen a llegar a ese extremo.
D02: lo que tenemos que buscar
ahora, y concentrarnos, es en confirmar el nexo entre el secuestro y el
atentado en sí. Sobre todo el cómo consiguieron los explosivos.
M01: yo, la verdad, no creo en
un robo de dinamita. Sí en que “alguien” se la “prestó” para la ocasión.
A03: aparte que hay muchas
weás mal hechas: si quiero ocultar algo, si quiero hacer pasar como real un
atentado… no lo hago con un tren en vacío cambiándose de andén donde no debe,
en el horario que no debe, en el metro de Santiago.
D02: dices que no hay un gran
cerebro criminal detrás de esto.
A03: o que la poca prolijidad
mostrada es intencional.
M01: (se levanta de la mesa) a
trabajar entonces. Antonio, tú te vas a dormir. Necesitas descansar y ya mañana
empezar a planificar lo que se viene. Daniela, puedes volver a tus labores
D02: (se levanta y sale a la
puerta) permiso
Ahora ya el panorama está más
claro: tienen dos hechos con una conexión demasiado tenue y débil. La tarea
ahora es buscar un nexo más claro y comprobable entre ambas. ¿Pero cómo? Si hay
gente de las FFAA metidas es más grave, y peligroso, de lo que se creía.
Antonio se fue a descansar
luego de un largo día, escapando de soldados, escapando de la PDI, corriendo
por todo Santiago, descubriendo nuevos antecedentes. Lo peor de todo: aún no se
creía el cuento del agente secreto, a pesar que llevaba mucho rato haciendo ese
trabajo en forma casual.