domingo, 19 de junio de 2016

2x07: Bala cuerda

Con el paso de los días, la vida en el Regimiento Maipo se volvió más tediosa y latera para Antonio y el convicto ¿ex? teniente Ramírez. Eso sí, los pocos ratos libres que tenía Antonio, los ocupaba para ejercitar y entrenarse, ya que tenía el presentimiento que las cosas se pondrían aún más complejas y que tenía que estar listo para lo que viniese. Y eso incluía un amplio abanico de opciones.
Por su parte, Ignacio encontró trabajo haciendo clases de acondicionamiento físico para estudiantes universitarios de varios planteles de la zona, lo que le generó una fuente estable de ingresos, que, aunque no era mucho, alcanzaba para sus gastos básicos.
La situación del país empezaba a normalizarse, y el miedo desaparecía de las calles, lo cual, le quitaba presión a todos los involucrados en este caso, aunque, de forma subterránea, seguía existiendo temor, porque los miembros de la Organización continúan en acción, tratando de buscar a quienes estuvieron a punto de arruinar sus planes.
En la casa de Ignacio, se encontraban Valentina, Rafael y Martín tomando desayuno, conversando los avances.
R07: ¿y has sabido algo de Antonio, Valentina?
V05: sólo lo que hablamos ese día que se fue. Al parecer, está bien, pero tengo la sensación que pronto volveremos a la acción y al peligro
M01: Antonio sabe cuidarse solo. El problema de la Organización es que, a pesar de que creen conocernos, no saben lo que algunas personas son capaces de hacer cuando se encuentran convencidas de sus principios
V05: ¿van a llegar más lejos?
M01: ellos ya fueron capaces de usar al Ejército como piezas de ajedrez, otra vez, y ya se dieron cuenta que la "amenaza" de que quedaran al descubierto se diluyó. Con la desaparición de Antonio y de Ramírez, sus únicas fuentes concretas de información, pueden respirar tranquilos un rato
V05: ¿y alguien sabe donde está Ramírez?
R07: varios milicos van a comprar al supermercado, y varias veces he visto a esta oficial que me tuvo preso en el Norte, pero no he podido cachar más
V05: ¿y ella se dio cuenta que eres tú?
R07: no, porque ahora estoy en la parte administrativa, y cuando la he visto, ha sido a través de cámaras de seguridad, cuando voy a pedir algún dato a los guardias
M01: (se preocupa con este dato) ¿y va muy seguido al supermercado?
R07: así como todos los días, no. Pero sí se da una vuelta de vez en cuando
M01: temo que sospeche algo. ¿En serio que no te ha visto?
R07: no, que yo sepa.
V05: en todo caso, ella sabe que vivimos acá. Lo que no sabe es cuántos vivimos acá.
M01: ¿a quiénes vio?
V05: a Ramírez, a Ignacio y a mí. Temo que a Daniela también.
M01: (la interrumpe) no me hables de esa, que el tema de los discos duros aún sigue penando
R07: ¿y qué puede hacer con esos discos?
M01: es información demasiado sensible. Puede derribar a la Organización, como convertirla en indestructible. Espero que el cifrado y encriptación funcionen bien.
V05: y parece que se fue con un marino, porque eso le alcancé a escuchar por teléfono
R07: en la Armada no creo que puedan descifrar muy fácil esos datos. Son marinos, no informáticos.
M01: no los subestimemos. Estando la Organización detrás, cualquier primera impresión queda corta.
V05: tengo una idea
M01: ¿cuál?
V05: ¿no estamos cerca de los edificios administrativos de la Armada? Algo podríamos obtener de ahí
M01: sí, pero no creo que sean tan idiotas de tener todo acá.
R07: pero sí en Las Salinas. Allá están casi todos los recintos.
V05: yo voy. Estoy aburrida en la casa, ya me cansé de hacer aseo y estar de nana.
M01: yo te acompaño. No hay que bajar la guardia.
Estaban en eso, cuando de repente, suena el teléfono fijo de la casa.
R07: ¿quién será?
V05: yo contesto
Valentina se levanta de la mesa, y toma el teléfono
V05: ¿aló?
A03: ¿Valentina?
V05: ¿Antonio? (se emociona) ¿estás bien?
A03: (tratando de calmarla, pero muy cortante) necesito que me escuches, no tengo mucho tiempo
V05: ¿qué pasó?
A03: yo estoy bien, necesito que ustedes se alejen de Daniela
V05: no te preocupes, ella se fue
A03: (sorprendido) ¿qué?
V05: hace unos días apareció Martín de vuelta. Ella se asustó, pescó los discos duros que traía en la maleta y se escapó.
A03: (se lamenta) se fue todo a la mierda... ¿y mi computador?
V05: sigue escondido. Salvo que alguien más supiera que está ahí.
A03: me dijiste que Martín volvió. ¿Todo bien?
V05: sí, sólo que ahora están rezando que Daniela no desencripte los discos
A03: debajo de la almohada donde estaba yo, por ahí, hay uno de los discos duros. Pásale mi computador a Martín, y él va a saber qué hacer
V05: ¿dónde estás?
A03: no te puedo hablar por ahora, pero estoy bien y a salvo. Y Ramírez tampoco abrirá la boca
V05: (extrañada) ¿Ramírez?
A03: sí, lo tenemos nosotros, y bien cortito.
V05: (aún más extrañada) ¿nosotros? ¿en qué estás metido?
A03: una larga historia. Pero lo importante es que estamos a salvo y que Daniela no tenga acceso a la información. Si logra descifrar esas carpetas, estamos fritos.
V05: (se ilusiona) ¿te veré pronto?
A03: es un peligro que vuelva a la casa. Sé que siguen vigilando por si me aparezco allá, y que el supermercado donde trabaja Rafael también lo están mirando
V05: por eso Rafael dijo que andaban milicos paseándose
A03: (se ríe) son tan evidentes estos weones, no pueden pasar piola. Una vergüenza para la Inteligencia militar. Ya, te dejo, un beso
V05: ¿me volverás a llamar?
A03: sí, pero no guardes este número. Estoy con un chip de celular prestado. Nos vemos.
V05: chao (Antonio le corta)
Valentina camina de vuelta al comedor, con una sonrisa de oreja a oreja
R07: ¿quién era?
V05: adivinen quien...
M01: ya, Antonio Esparza ha vuelto al ataque... (se pone repentinamente curioso) ¿Qué te dijo?
V05: que tuviéramos cuidado con Daniela, porque él ya sabía que ella estaba juntándose con la Armada para tratar de sacar los datos de los discos duros. Ah, y que él estaba bien, y que tenía a Ramírez, pero no pude saber donde estaba él ni con quien
M01: ¿qué más te dijo?
V05: (apuntando a Rafael) que andaban vigilando el supermercado donde trabajas y vigilan la casa
M01: como sospechaba, los de la Organización no han bajado la guardia. Avanzan en sus planes, pero sin tanto ruido
R07: justo ahora que empecé a acomodarme en el trabajo
M01: hay que actuar rápido. ¿Algún dato valioso?
V05: avisó que alcanzó a rescatar uno de los discos duros, pero que estaba escondido en su pieza. Y que tú podrías saber como leerlo.
M01: para eso necesito un computador conocido, que no tenga riesgos de hackeo ni intervención de terceros. ¿Sabes donde quedó el notebook de Antonio?
V05: lo anda paseando Ignacio en su auto...
M01: (se lamenta) se lo pueden robar
V05: ...pero debajo de un asiento. Igual corre riesgo, pero nunca tanto
M01: hay que ir a buscarlo a la universidad
V05: dijo que tenía que ir a hacer clases a otra sede, en Viña del Mar
M01: ¿y no te acuerdas cuál?
V05: no, es que son hartas y se me olvida.
R07: (mira la hora y se levanta de golpe) oh, voy atrasado. Nos vemos más rato
V05: cuidado en el supermercado
R07: ya aprendí la lección, nos vemos! (sale corriendo)
Rafael sale rápido de la casa, sin notar que un auto gris, del año, sin patente, esperaba a unos metros de él. Empieza a moverse lentamente, acercándose al empleado del Jumbo Valparaíso, que con su uniforme verde, se notaba a varios metros a la redonda. Rafael se da cuenta y apura el tranco, a la misma velocidad que el vehículo lo va alcanzando. En eso, Rafael corre y se esconde en un callejón, buscando alguna escalera para poder impedir la persecución. Sigue corriendo, hasta que da con un pequeño pasaje en subida, en eso, de uno de los vidrios del auto sale una mano empuñando una pistola, y empieza a disparar en su dirección. Rafael corre en subida lo más rápido que puede, esquivando las balas, hasta que se mete en una casa. Agitado, con la adrenalina y el temor, hace la señal de la cruz y reza al cielo, esperando algún milagro. Espera unos minutos, trata de asomarse y ve que el vehículo sigue ahí. Estaba en eso, cuando en una casa contigua se abre la puerta y una mano misteriosa lo invita a pasar. Con miedo, se acerca, mirando hacia todas direcciones, y una vez que atraviesa el umbral, una voz misteriosa lo reconoce.
May. Ortega: ¿usted no debería estar muerto?
R07: (horrorizado) ¿y-y-y-y-us-ted?
May. Ortega: (se cierra la puerta y suena una cerradura) usted, legalmente, está muerto. Pero, claro, logró trabajar en un supermercado y esconder a Esparza y Ramírez durante un tiempo. ¿O ME VE LA CARA DE IMBÉCIL?
R07: (tartamudeando) ¿qué-qué-qué-qué-quiere us-us-us-usted?
May. Ortega: por ahora, nada. Ya me diste suficiente información con tu ubicación.
R07: ¿pue-pue-pue-puedo irme?
May. Ortega: (da la orden de abrir la puerta) por supuesto, vaya a cumplir con sus labores
R07: gra-gra-gra-gra-gracias (trata de salir corriendo por la puerta, pero antes de llegar al marco, una pierna le hace zancadilla y lo bota al piso)
May. Ortega: no tan fácil, traidor. Te arrancaste una vez, y no cometo el mismo error dos veces.
Acto seguido, le dispara por la espalda, y le da dos tiros más para rematarlo.
May. Ortega: agradece que no te hice sufrir, hijo de puta.
Ortega pisa el cuerpo casi inerte de Rafael y sale del lugar.

A03: (arriba de la barra donde entrenan los conscriptos) uno, dos, tres...
Tte. Cab: ya, siga ahí no más
A03: (sigue entrenando, subiendo y bajando la barra) gracias por prestarme el teléfono
Tte. Cab: mientras tengas distintas tarjetas SIM, la idea es que no te descubran
A03: ¿y cuánto crees que aguante todo esto?
Tte. Cab: eso quería hablar contigo, supe que van a desmantelar el "Regimiento Quinta Vergara" y se traen todo para acá
A03: ¿con Ortega y Pinto incluidos?
Tte. Cab: me temo que sí
A03: ¿qué mierda hago ahora? Si llegan y me ven, soy hombre muerto
Tte. Cab: ...y Ramírez también. Mi capitán Espinoza está pensando como sacarlos de acá y tenerlos a resguardo
A03: tengo un mal presentimiento
Tte. Cab: yo también. Ya supe que mandaron gente a vigilar la casa donde estabas y un supermercado en el muelle Barón, porque vieron a un cercano tuyo trabajando allí
A03: (deja de entrenar y lo escucha atentamente) también escuché esa conversación, y ya les avisé
Tte. Cab: se están esmerando contigo. No creo que seas ni el más peligroso ni el que les desarme toda su estructura, pero hay una dedicación especial hacia tu persona.
A03: creo que acá en el Ejército, algunos no perdonan que sea alguien que fue parte de sus filas quien pueda dejar al descubierto su complicidad con la organización
Tte. Cab: varios, de la onda de Ramírez y compañía, creen que es vendetta por cómo te trataron adentro
A03: (despreocupado) ojalá fuera venganza, que ganas no me faltan. Y si no, pregúntenle a Ramírez, que aún no sé por qué mierda lo salvé
Tte. Cab: porque, antes que todo, eres persona. Eso que acá no quieren entender.
Estaban conversando, cuando al teniente lo llaman urgente
Cap. Espinoza: ¿aló, Cabezas?
Tte. Cab: ¿qué sucede, mi capitán?
Cap. Espinoza: en este momento, Ortega va rumbo al Maipo. Saquen a Esparza y Ramírez de inmediato de ahí.
Tte. Cab: (se pone nervioso) a su orden, mi capitán (le corta)
A03: (ve raro al oficial) ¿qué te sucedde?
Tte. Cab: (con sangre fría) deben salir de aquí ahora. Ramírez y tú.
A03: (se desencaja) ¿qué mierda hacemos ahora?
Tte. Cab: los enviaremos en una ambulancia militar rumbo a Santiago. En el camino, los dejaremos en una casa en Ciudad de Los Valles, para que no ingresen a la ciudad. Allá tendrán todas sus necesidades cubiertas
A03: ¿y cómo?
Tte. Cab: nosotros estábamos esperando esto, por eso teníamos el plan B listo hace semanas, pero se adelantó.
A03: (se asusta) ¿y Valentina? ¿e Ignacio?
Tte. Cab: estarán bien, sabemos que los están vigilando, pero no creo que Ortega o su gente sean tan evidentes, como para intentar algo en contra de ellos tan abiertamente.
A03: prométeme weón, prométeme que ellos van a estar bien.
Tte. Cab: así será. Es mi honor el que está en juego.
A03: voy a sacar a Ramírez
Tte. Cab: en cinco minutos los quiero en la enfermería con sus cosas listas
A03: entendido, Cabezas
Antonio corre hacia la cocina, donde tenían a Ramírez haciendo el aseo, muy de mala gana
A03: Ramírez, el teniente Cabezas te necesita urgente en la enfermería
Tte. R: (ofuscado) ¿qué mierda hice ahora?
A03: (lo para en seco) escúchame bien, porque aquí las reglas las pongo yo ahora. Debes hacerme caso en todo de aquí en adelante, ya que es tu vida la que está en juego (baja el tono de voz) Ortega y su gente vienen camino al Regimiento, y a nosotros nos van a sacar de Valparaíso ahora mismo.
Tte. R: (cambia la actitud) ¿qué? ¿mi mayor Ortega?
A03: el terror en persona. Sí, viene para acá.
Ramírez deja todo botado, se saca el delantal y juntos corren hacia la enfermería, donde una ambulancia militar los estaba esperando.
Tte. Cab: (les pasa un celular viejo) esto no tiene GPS, no tiene nada raro, aprovéchenlo. Va a ser mi única vía de comunicación con ustedes, cuídenlo y fíjense que no sean descubiertos. Atentos a mis movimientos y llamadas, están claros
Tte. R: gracias Cabezas
Tte. Cab: no hay de qué, Ramírez.
Tte. R: perdón por botarme a choro contigo, no sabía lo que estaba pasando acá
Tte. Cab: (le baja el perfil) no me interesa, al que le tienes que pedir disculpas es a otro, además de la institución
Tte. R: lo sé, y gracias por todo
Ambos se suben a la ambulancia, se meten en las camillas como enfermos y Cabezas los despide. El vehículo sale del recinto por un acceso lateral, mientras, por el acceso principal, llega una 4x4 con vidrios polarizados, con Ortega, Pinto y otros oficiales.
Tte. R: otra vez empezó el escape
A03: (cortante) espero que sea el último




viernes, 29 de abril de 2016

2x06: Cambio de jugadores en el equipo

A03: DESPERTAAAAAR!
Tte. R: (estirando el cuerpo) ayyyy! Me duele todo, qué chucha?
Antonio, en uniforme de personal de aseo, golpeando los barrotes de la celda con una escoba, haciendo ruido, para despertar a Arturo
A03: no te gusta el hueveo, Ramírez?
Tte. R: ¿tú? (furioso) TÚ, HIJO DE PUTA, ESTABAS ACÁ?
A03: sí, bienvenido al regimiento Maipo. Y cuidado, que ahora estás a mi cargo
Tte. R: SOY OFICIAL, Y TÚ UN MALDITO PAISA QUE ME QUITÓ LA CARRERA!
A03: ubícate weoncito, ahora no eres nadie. Así que haciendo show raja en un bar en Viña?
Tte. R: sácame de acá, mierda
A03: (sin caer en su juego) no, por ahora no. Es mejor que sigas encerrado hasta que te calmes
Tte. R: por tu culpa no pude retomar mi carrera
A03: ¿mi culpa? ¿no será por caliente y comerle la color por enésima vez a Ortega, qué te sigue medio mundo? Agradece huevón, agradece que si no es por mí, hace rato serías hombre muerto
Tte. R: ¿por qué te tengo que dar las gracias?
A03: porque aparecí justo en el momento preciso a moverles el piso. Me convertí, sin querer, en el chivo expiatorio que necesitaba Ortega para justificar tu búsqueda
Tte. R: ¿qué sabes tú, si ni siquiera fuiste capaz de terminar la carrera?
A03: bastante más que tú, parece. Pinto nunca pensó en devolverte los grados, sino que ella era el anzuelo que utilizó Ortega para atraparte. Y yo, el objetivo principal.
Tte. R: huevón mediocre
A03: (se acerca amenazante a la reja) repítemelo en la cara
Tte. R: HUE-VÓN ME-DIO-CRE
Antonio se enoja y le pega fuerte a la reja, haciendo que Arturo se suelte y caiga de espalda
A03: aún estás borracho, no te puedes el cuerpo, huevón penca, traidor, y fracasado.
Tte. R: aprovecha no más que estás afuera y yo adentro, pero no te va a durar mucho.
A03: no amenaces tanto, Ramírez. Recuerda: si caigo yo, caes tú. Ah, y toma, te traje comida (le pasa una bandeja con un pan con mortadela y una taza de té por debajo de la reja), para que no te pongas a denunciar tortura y maltrato
Tte. R: no tengo hambre
A03: la vas a tener. Raro que no hayas vomitado aún, con todo lo que tomaste anoche.
Ramírez se coloca en un rincón y empieza a hacer arcadas
A03: (lamentándose por la situación) para qué hablé. (A Ramírez) Ojo, también tendrás que limpiar eso
Tte. R: ándate de acá, imbécil, ÁNDATE!
A03: me voy, cuando te relajes, hablamos
Antonio sale del lugar, cierra con llave, y afuera golpea la puerta con demasiada rabia acumulada, furioso por la situación.
En la casa de Ignacio, todo intentaba volver a la normalidad, hasta que alguien golpea a la puerta
M01: (revisando un papel arrugado y poco legible) sí, parece que acá era
I04: (abre la puerta) ¿y tú?
M01: ¿Ignacio?
I04: ¿Martín? (dudoso, no sabía si dejarlo pasar)
M01: sí, el mismo, ¿qué sucede Ignacio?
I04: (nervioso) eeeh, nada, la sorpresa del momento. Pasa, pasa, por favor
Martín se veía más cansado y demacrado desde la última vez que lo vio, pero nada que delate algo de lo que sospechaba, producto de los comentarios de Daniela
M01: así que en Valparaíso estabas. Con razón desapareciste de un día para otro de tu departamento y gimnasio en Santiago
I04: sí, me vine a la playa un tiempo para ventilarme, con todo el ajetreo, se puso fea la cosa en Santiago
M01: así lo imaginé, supieras por lo que tuve que pasar. ¿Y Antonio?
I04: (se altera) ¿Antonio? Por ahí anda, cuando me fui de Santiago ya se había ido al norte a buscar a Rafael. De ahí no supe nada más. Sólo me vine con Valentina
M01: estoy muy preocupado. Han pasado demasiadas cosas, pero por lo menos, la información la tengo a salvo. Descubrí nuevas cosas, y necesito procesarlas, para armar una tesis convincente
I04: ¿y tu casa en Santiago?
M01: no es segura. Por eso tuve que arrancar y dejar todo botado. Menos mal que guardé gran parte de la investigación en nubes virtuales y en carpetas encriptadas. Se van a demorar mucho en tratar de descifrarlas
I04: comprendo Martín. Espérame un momento acá por fa.
Ignacio sube al segundo piso, y habla con Valentina
V05: (mirando la cara de espanto de Ignacio) ¿qué pasó?
I04: (casi susurrando) volvió Martín
V05: (sorprendida) me estai hueveando...
I04: shhhht! Está abajo, no sé qué hacer
V05: ¿y por qué?
I04: ¿y si él también está jugando para el otro bando? Más encima ya me preguntó por Antonio
V05: dile que Antonio se fue
I04: si le dije, pero no me creyó mucho
V05: pero si eso pasó, Antonio se fue y no sabemos de él
I04: me complica si aparece Rafael, ya que Martín aún cree que Antonio lo andaba buscando
V05: algo no me calza en todo esto. Supuestamente Martín dejó botada su casa porque se había entregado, según Daniela. Pero ahora está acá y no sabe nada?
I04: Daniela también andaba en algo raro: el tema de los discos duros, y también Antonio dijo que había que tener cuidado con ella
Estaban conversando, cuando se siente movimiento en el primer piso y los dos bajan corriendo: Rafael iba saliendo al supermercado
R07: (a Martín) ¿y usted, quién es?
M01: ¿Rafael? ¿Tú no estabas muerto?
R07: ¿me conoce?
I04: (interrumpiendo) permiso, yo vengo a preparar el desayuno
R07: no te preocupes por mí, yo como en la pega (sale rápido por la puerta)
I04: (tratando de disimular) ¿en qué estábamos?
M01: (curioso) ¿y quién es él?
I04: ah, un amigo que está viviendo con nosotros. Nos ayuda a distribuir los gastos
M01: después tendrán que explicarme todo, porque no estoy entendiendo mucho.
I04: ¿y qué te trajo al puerto?
M01: necesito saber una cosa, antes de todo... ¿Daniela ha estado acá?
I04: ¿Daniela? ¿Qué ocurre con ella?
Al escuchar ese nombre, Valentina sube al segundo piso a hacerle guardia a Daniela, para evitar que saliera del lugar. Cuando la siente levantarse de la cama, entra al dormitorio a distraerla un rato
D02: (apurada) ¿qué ocurre? Tengo cosas que hacer
V05: (cierra la puerta y le pone seguro) a ver, de mina a mina... ¿qué mierda estás haciendo acá?
D02: (indiferente) ya les dije: necesitaba ponerme a salvo porque a Martín lo dieron vuelta, y hay que resguardar la información
V05: ¿estás segura? ¿no me estás mintiendo?
D02: ¿qué sucede?
V05: no te voy a dejar salir de acá hasta que me digas toda la verdad (se pone en la puerta)
D02: déjame salir, que voy a gritar
V05: grita todo lo que quieras, pero no te escapas de acá sin contar qué estás haciendo aquí
D02: (abre los muebles con llave, saca los discos duros, y los trata de meter a una maleta rápidamente, pero sin éxito) por favor, déjame salir de acá
V05: Martín nunca se dio vuelta, y tú lo sabes. El que se cambió de bando, mejor dicho, la que se cambió de bando fue otra
D02: (asustada) ¿perdón?
V05: Antonio dijo que tuviéramos cuidado contigo, y si él sospechaba algo, sus razones habrá tenido
D02: (se sienta en su cama, tratando de cambiarse ropa, pero de forma tan rápida, que nada le entra) ¿y cómo sabes que Martín no los traicionó?
V05: Martín acaba de llegar. Está abajo.
D02: (queda pasmada en la cama) no puede ser
V05: por eso, si quieres salir y nadie se dé cuenta, necesito que me digas TODA la verdad. Sin omitir detalles
D02: (empieza a rogarle) por favor, no le digas que estoy aquí
V05: por eso, habla, y luego veremos como lo sacamos para que puedas escapar
D02: (cabizbaja) Martín trató de propasarse conmigo, por eso tuve que arrancar de Santiago
V05: (sorprendida) ¿en serio?
D02: sí, por eso escapé sin que se diera cuenta, me traje parte de mi investigación hasta acá, para tratar de seguirla en un lugar seguro
V05: (le pone la mano en el hombro) lo siento, nunca imaginé...
D02: no te culpes, nadie sabe. Y tampoco nadie tiene que saberlo
V05: entiendo, ¿pero por qué dijiste que se había arrancado para entregarse y pasarle la información a la Organización?
D02: porque así fue.
V05: ¿y por qué te andas paseando con esos discos duros? (apuntando a la maleta que trataba de llenar)
D02: es la información que alcancé a rescatar, antes que él la borrara toda y se entregara. Por lo mismo, debe estar lo más resguardada posible de su alcance.
V05: (tranquilizándola, pero no creyéndole nada) quédate acá, enciérrate un rato, yo me encargo de distraer a Martín. Y no, no se va a quedar acá mientras estés tú
D02: por eso prefiero irme, distráelo, sácalo de acá. Dame unos 30 minutos y se olvidan de mí
V05: ¿y tienes dónde esconderte?
D02: tengo unos parientes en Viña del Mar. Ya hablé con ellos y me están esperando. Ahí tengo todas las comodidades
V05: yo voy a sacar a Martín de la casa, y apenas esté a una distancia razonable, te aviso.
D02: (con voz angustiada) gracias
Valentina abre la puerta, sale, pero se queda un par de segundos parada afuera, escuchando al dormitorio
D02: (por teléfono) ¿aló? ¿capitán Abarzúa?
Cap. Abar.: ¿sí? ¿Daniela?
D02: sí capitán, soy yo. Por favor, mande a buscarme en un taxi: Martín está en Valparaíso y ya dio con la casa donde me estaba quedando
Cap. Abar.: mierda, ya, yo te pido un radiotaxi. En diez minutos va a estar afuera de la casa. Trae todos los discos, qué ya estamos a punto de dar con las claves
D02: ok capitán, le llevo los discos.
Cap. Abar.: recuerda, no debes levantar ninguna sospecha. Si nos pillan, se va todo a la mierda
D02: no se preocupe capitán, soy discreta (corta el teléfono)
Valentina queda preocupada, pero decide seguirle el juego a Daniela. Total, sacarla de la casa era eliminar un cacho, pero asumir otro: la llegada de Martín. Y aún sin noticias de Antonio.
En el Regimiento Maipo
A03: (entra de golpe al cuarto donde recluían a Ramírez, seguido del capitán Espinoza y el teniente Cabezas) YA RAMÍREZ, LEVÁNTATE, TIENES COSAS QUE HACER!
Tte. R: ¿qué pasó aquí?
Cap. Espinoza: más respeto a tus superiores, Ramírez.
Tte. R: (se pone rápidamente de pie y firme, para hablar con Espinoza) perdón mi capitán
Cap. Espinoza: sí, estoy yo a cargo y le pedí a Esparza...
A03: firme mi capitán (y Ramírez queda impávido)
Cap. Espinoza: ...que él se preocupe que cumplas con las labores que te encomiende. Ya perdiste tu condición de oficial, por ende, eres otro empleado más. Y como llegaste al último, estás bajo el mando de Esparza, entendido Ramírez?
Tte. R: (a regañadientes) entendido, mi capitán
Tte. Cab: Esparza está a cargo del aseo en la cocina, los baños y la mantención general del cuartel. Para eso, tú lo vas a ayudar. Y sin malas caras ni malas formas militares, entendido Ramírez?
Tte. R: (resignado) entendido, mi te-nien-te
Cap. Espinoza: esto, es sólo una pequeña lección Ramírez. No se traiciona a los camaradas de armas, jamás. Menos a gente que te salvó la vida no una vez, sino dos veces. Y agradece que la sacaste barata, y fui yo el que te rescató desde la comisaría, porque si te pillaba mi mayor Ortega, o Pinto, estaríamos rindiéndote honores fúnebres
Espinoza abre la reja del calabozo, mientras Ramírez sale tímidamente, y se pone de frente, en posición firme.
Cap. Espinoza: escucha Ramírez, y te lo voy a decir una sola vez: NUNCA se deja solo a un camarada. Esparza te salvó la vida, sin obligación. Y tuvo la templanza para ni siquiera, buscar venganza. Es más, cuando supo que te echaron de la casa e ibas a ir donde Pinto a pedirle ayuda, sabiendo que ellos no estaban interesados en ayudarte, pensó escaparse y tratar de rescatarte. Él lo ha pasado pésimo por todo esto, y tú y yo sabemos muy bien quienes son los culpables. No se te ocurra desobedecer las órdenes de Esparza, él ahora tiene más grado que tú. Y, ojalá, sí, ojalá hubiese tenido oficiales como él, que a pesar de tener todo en contra, igual siguen al pie del cañón, antes que un Rambo salido de la Cajita Feliz, que al primer minuto de debilidad, entrega en bandeja al enemigo a sus camaradas por asegurarse estatus. Esa gente vale callampa, y en mi Ejército, no me interesa tenerla.
Antonio quedó impactado, y a Ramírez no se le movía ni un músculo de la cara.
Cap. Espinoza: Cabezas, encárgate que Ramírez haga todo lo que tenga que hacer, y cualquier desbande, me informas
Tte. Cab: a su orden, mi capitán
Espinoza sale del cuarto, y Esparza con Cabezas se quedan en la puerta, mientras Ramírez sigue en estado de shock
A03: agradece que no soy rencoroso. Ganas de dejarte en la Quinta Vergara con cinta de regalo no me faltan. Pero necesito un par de manos en la cocina, y espero que lo hagas bien, si no...
Tte. Cab: usted sabe, Ramírez, en qué consiste la dinamización física. Y no dude que, si la situación lo amerita, tendremos que utilizarla como método de adoctrinamiento. Así que no intente pasarse de listo, no intente creerse jefe, porque las cosas cambiaron. Y usted, fue el causante de que eso pasara, ¿entendido?
Tte. R: a su orden, "mi teniente" (con mucha dificultad)
Sacan a Ramírez del cuarto, lo meten a una especie de camarín, le pasan un overol, y se cambia ropa. A los minutos, aparece con su overol y jockey, unos zapatos de seguridad, y demostrando odio con la vista.
A03: (dando voces de mando) ya, vamos, no quiero vagos en la cocina. Hay mucho que hacer allí
Y, en la casa de Ignacio:
I04: (en el sillón, conversando con Martín) y eso. Por ahora estoy acá.
M01: necesito pedirte que me des alojamiento, por lo menos unos días, para poder ordenar las ideas, sumar los nuevos antecedentes de la investigación, y ya tener un plan concreto para desenmascarar a estos tipos
I04: entiendo Martín, el problema es que no tenemos mucho espacio acá, pero nos podemos acomodar.
En ese momento, baja Valentina.
V05: Nacho, necesito hablar un rato contigo, puedes ir a la cocina un momento?
I04: ya, vamos para allá.
Al juntarse en la cocina
V05: Daniela quiere irse de acá
I04: y Martín quiere quedarse acá
V05: uno por otro
I04: ninguno de los dos me da confianza
V05: después, te voy a comentar una acusación súper grave que hizo Daniela sobre Martín
I04: yo también te tengo unos datos, ¿pero qué piensas hacer?
V05: distrae a Martín, enciérralo en la cocina por último, y luego, yo hago bajar a Daniela. Parece que la van a venir a buscar en radiotaxi
I04: ¿radiotaxi?
V05: (lo hace callar) shhhhht! Nadie tiene que sospechar nada. Mira: tú saca a esta mina, yo entretengo a Martín, para que no se dé cuenta, y listo. Y ahí ya nos queda otra pieza desocupada
I04: ¿y Rafael?
V05: ahí lo vemos. Mientras siga trabajando en el supermercado, nos da lo mismo
I04: ya, anda a buscar a Daniela
Salen ambos de la cocina, e Ignacio sube corriendo la escalera, donde la esperaba Daniela, con una maleta lista
I04: ¿nos vamos?
D02: ayúdame a bajar esta cosa, por favor (era la maleta con los discos duros)
I04: ok, no hay problema
Ignacio baja la maleta, la deja en la puerta, mientras Valentina se lleva a la cocina a Martín, y se ponen a hablar de Antonio, para así, darle tiempo a Daniela de bajar e irse
D02: gracias por todo
I04: cualquier cosa, acá estaremos
D02: no te preocupes, por ahora, no van a tener noticias mías, y eso significa que estaré bien, chao
Daniela sale, y cuando Ignacio cierra la puerta, aparece Rafael
R07: ¿y ella? ¿y por qué hay un marino estacionado acá en la puerta?
I04: ¿marino?
R07: salvo que sea vedetto o doble de los Village People, hay un tipo con gorra de oficial de la Armada estacionado en un auto polarizado acá afuera
I04: mmm (observa a Daniela subirse al mismo auto descrito) tienes razón, ¿qué mierda está pasando acá?
R07: Antonio dijo que no había que dejarla llevarse los discos duros que trajo
I04: parece que se los llevó todos, bajé una maleta pesadísima por la escalera
R07: ¡mierda!
I04: ¿qué pasó?
R07: ahí hay datos encriptados, y ella estaba tratando de descifrarlos.
I04: pasa mejor, que tenemos visitas
R07: si caché, ¿quién es él?
I04: a estas alturas, ni yo sé bien quién es él y quién es quién acá.

jueves, 28 de abril de 2016

2x05: Como pecas, pagas



Arturo Ramírez deambulaba por las calles de Valparaíso, viendo como el plan que había tramado con Pinto se le iba al infierno. Con Antonio con paradero desconocido, sus intenciones de volver al Ejército en gloria y majestad pasaron a mejor vida. Ahora, confundido, y sin casa, ya que fue expulsado del hogar de Ignacio por traicionar a Antonio, realmente no sabía qué hacer ni dónde ir.

Al final, se anima, y piensa en buscar a Pinto, ya que ella lo metió en esto, y, esperaba que, a pesar del fracaso en la captura de Esparza, algo podría hacer en la institución. Empieza a caminar en rumbo al regimiento Maipo, para encontrarla y ver qué idea tenían ahora. Luego de algunos minutos, llega al sector de Playa Ancha, y antes de preguntar en la guardia, se encuentra de frente con el teniente Cabezas

Tte. Cab: ¿y tú?
Tte. R: ¿cómo que “y tú”? Más respeto con tus más antiguos, Cabezas
Tte. Cab: sí, con esa pinta y tus antecedentes, Ramírez, hace rato perdiste el respeto
Tte. R: no vengo a hablar contigo, ¿anda por ahí tu teniente Pinto?
Tte. Cab: ¿y para qué quieres hablar con ella?
Tte. R: temas que no te incumben, Cabezas
Tte. Cab: de todas maneras pierdes tu tiempo Ramírez, ella no está acá y nunca ha estado por acá tampoco, ¿anda en la zona?
Tte. R: no me mientas Cabezas, te conozco varias
Tte. Cab: ¿y? Yo te digo la verdad, los que andaban por la zona, pero no sé por qué, estaban ocupando la Quinta Vergara para sus operaciones
Tte. R: ¿la Quinta Vergara?
Tte. Cab: sí, es que el cuartel se les hacía demasiado chico, así que instalaron todo allá. Acá vienen a puro buscar comida.
Tte. R: ya, gracias (se va)
Tte. Cab: (lo frena) oye oye, no tan rápido… ¿y tú, por qué andabas acá en Valparaíso? ¿No que te andan buscando?
Tte. R: no te interesa, necesito ubicar a Pinto urgente
Tte. Cab: no te hagas el idiota Ramírez, ya todos saben en qué andabai metido y que te busca toda la institución, y eres un maldito desertor
Tte. R: (se devuelve furioso) nunca he sido un desertor, tú lo sabes muy bien
Tte. Cab: entonces, ¿por qué te escondes? Si gustas, yo puedo llamar a tú sabes quién y avisar que te vimos acá. En cinco minutos tenemos a toda la plana mayor interrogándote, y vaya a saber uno, de qué forma te interroguen
Tte. R: tú también debes saber que me acusaron de algo que yo no hice, y al que buscan es a otro, y por culpa de él, a mí me están inculpando de ser su cómplice
Tte. Cab: ¿Esparza?
Tte. R: (molesto) ¿y cómo sabes?
Tte. Cab: no hay que ser del S2 para enterarse de todo, han salido avisos en la tele incluso con su cara. Y no sé qué tanto te urges, si a él lo buscan por secuestrarte
Tte. R: (cambia la cara) ¿en serio?
Tte. Cab: sí, andan diciendo que él te raptó para buscar a su amigo y usarte de moneda de canje. Por eso querían encontrarlo a él, para dar con tu paradero
Tte. R: entonces, no era verdad lo que decía Pinto
Tte. Cab: ¿y qué te dijo ella?
Tte. R: que nos buscaban a ambos: a él por el atentado al metro y a mí por traidor y ayudarlo a escaparse
Tte. Cab: tú siempre has sabido, desde la Escuela, que ella es re cahuinera y mentirosa. Siempre ha sido loca e inventa realidades, sólo para quedar bien ella
Tte. R: no importa, igual tengo que hablar con ella
Tte. Cab: ya, yo te advertía no más, ten más cuidado, tú ya sabes de qué clase de mina estamos hablando
Tte. R: y más respeto con los más antiguos
Tte. Cab: primero póngase el uniforme y asuma, luego hablamos
Ramírez se va con más preguntas que respuestas, en dirección a la Quinta Vergara, sin notar, que su conversación con Cabezas, fue escuchada por un extraño jardinero del lugar, quien entra a la guardia, y habla con el oficial
Tte. Cab: ¿qué pasa, Esparza?
A03: (se sienta y mira fijo a Cabezas) dime la verdad… ¿es cierto lo que le dijiste a Ramírez?
Tte. Cab: ¿qué cosa?
A03: estaba afuera, escuché todo, absolutamente todo. ¿Es cierto que a él lo buscaban sólo porque andaba conmigo?
Tte. Cab: la verdad, no. A él lo buscan por alta traición a la Patria, por engañar a Pinto para arrancar en San Pedro y escapar de un oficial en Pichicuy. Hace rato que lo dieron de baja, y dudo que le restituyan los grados.
A03: ¿y Pinto?
Tte. Cab: ella es la suche de mi mayor Ortega, le perdonan todas las cagás. Por eso aún no la dan de baja, a pesar que ha hecho más méritos que varios para irse de PLR
A03: ¿y qué crees tú que va a pasar?
Tte. Cab: que Ramírez va a ir a rogarle a Pinto que lo dejen volver, pero ella alguna cosa hará, y lo van a arrestar igual. Te lo doy firmado
A03: a traidor, traidor y medio
Tte. Cab: yo creo que sólo le va a devolver la mano, entre los dos hace rato se tienen sangre en el ojo
A03: (sorprendido) ¿hay más?
Tte. Cab: sí, pero ya es para programa de farándula. ¿Sabías que fueron pareja?
A03: sí, eso lo supe, y que terminaron, pero siempre les ha quedado dando vueltas esa relación
Tte. Cab: sí, terminaron porque Pinto le puso el gorro con mi mayor Ortega, que es casado. Y a Ramírez, por eso, lo destinaron al tema de los Arsenales. Castigado por caliente
A03: (se ríe) ¿en serio?
Tte. Cab: el tema es que de ahí mismo tenían que sacar el material de guerra para poner en el metro, por eso a Ramírez le “auspiciaron” el viaje al Dakar, y así, sacarlo del mapa. Ortega tampoco perdonó nada de esto, por eso prefirieron raptarlo y esconderlo unas semanas. Y ahí, lo que ya todos sabemos
A03: o sea, nuevamente yo le cagué los planes
Tte. Cab: digamos que sí, en parte. Lo que sí, y es algo que Ramírez nunca va a asumir, es que tu aparición le salvó el pellejo y el pico. Con tu búsqueda, Ortega la soltó con Ramírez y la agarró contigo. Tampoco tiene muy buenos recuerdos tuyos
A03: yo ni me acuerdo de él, salvo que era un hijo de puta allá adentro
Tte. Cab: … y, lo mejor que le pudo haber pasado a Ortega, es que se hayan juntado. Ahora tiene dos ex militares para odiar, hacerles la vida imposible, y chipe libre para buscarlos hasta la muerte.
A03: o sea que si Ramírez es arrestado, es hombre muerto
Tte. Cab: salvo que tenga santos en la corte, y, te aseguro, que los va a tener. Y, por lo mismo, te estamos protegiendo acá. Fui yo el que le dije a Pinto que arrancaste a Santiago de vuelta, para que deje de hinchar en la Quinta Región
A03: hay que salvar a Ramírez entonces
Tte. Cab: (se enoja) ¡no seas imbécil!, él no tuvo escrúpulos en tratar de entregarte para salvarse el culo, no tendrías por qué sacrificarte por él
A03: (le baja la culpa) no podría perdonarme que a él lo maten o lo torturen por mi culpa
Tte. Cab: (lo calma) no es tu responsabilidad. Él, mucho antes, se ganó el odio de Ortega. Ahora sólo estaba buscando una coartada. Además, él no es tan weón, sabe como cuidarse.
A03: pero…
Tte. Cab: déjamelo a mí, yo sé como saldremos de esta. Por ahora, encárgate del aseo y la mantención exterior de este lugar. No hay que levantar sospechas ni de Pinto ni de menos de Ortega.
Ramírez se devuelve a Valparaíso, toma una micro y se baja a media cuadra de la Quinta Vergara. Pasa a un supermercado en el centro de Viña, y luego camina en dirección al recinto festivalero. En la puerta, se topa con un conscripto, y pide hablar con la teniente Pinto.
Tte. R: buenas tardes, estará la teniente Pinto por ahí?
Consc09: un momento, quién busca a mi teniente Pinto?
Tte. R: Arturo, un amigo suyo
Consc09: (toma la radio) mi teniente Pinto?
Tte. P: quién habla?
Consc09: acá, soldado conscripto Pérez mi teniente
Tte. P: qué sucede, Pérez?
Consc09: hay una persona acá en la guardia que quiere hablar con usted… ¿cómo se llama?
Tte. R: (se cambia el nombre) Andrés, Andrés Rojas
Consc09: dice que se llama Andrés Rojas, mi teniente
Tte. P: no conozco ningún Andrés Rojas, pregúntele qué quiere
Consc09: mi teniente dice que no conoce a ningún… (Ramírez le quita la radio) oiga, qué le pasa?
Tte. R: aló, Pinto?
Tte. P: ¿Ramírez? ¿qué haces acá? Voy altiro a la puerta, devuélvele la radio al soldado
Tte. R: (le devuelve la radio) ahí está, ya viene.
A los tres minutos, aparece Pinto, hecha una furia, por la puerta principal de la Quinta Vergara, pero se queda a la reja y le pide a Ramírez que se acerque
Tte. P: no te quiero ver acá. No te quiero ver nunca
Tte. R: necesito entregarme
Tte. P: ¿y para qué, imbécil?
Tte. R: me echaron de la casa por tu culpa
Tte. P: ¿mi culpa? Tú advertiste antes a Esparza, y por eso se arrancó a Santiago. Ahora tenemos a medio regimiento buscándolo en la Ruta 68
Tte. R: no, yo no le dije nada
Tte. P: ahora yo quedé como chaleco de mono ante mi mayor Ortega, aléjate de acá
Tte. R: necesito irme a algún lado entonces, no tengo donde esconderme
Tte. P: ¿y a mí qué?
Tte. R: (le ruega) por favor
Tte. P: agradece que algo de humanidad me queda y no te retengo acá para entregarte a mi mayor Ortega. Ahora, además de todos los delitos que te imputan, te van a cargar la nueva fuga de Esparza
Tte. R: no mientas, sé que sólo me buscaban para dar con la ubicación de Esparza. Por favor, ayúdame
Tte. P: efectivamente, pero hasta que no nos entregues a Esparza, no te vamos a ayudar. Anda a buscarlo, dile que se entregue. Tú sabes muy bien dónde se anda escondiendo, si tú le advertiste que lo iríamos a capturar a su casa
Tte. R: tú sabes bien lo mal que lo trataba, nunca me tuvo confianza suficiente, menos para decirme donde iba a escaparse
Tte. P: algo debes saber tú, a mí no me mientes
Tte. R: lo único que supe, antes de todo, es que se iría a entregar.
Tte. P: ...pero ni en el Maipo o en otras unidades han tenido noticias suyas. Te engañaron, boina negra. Te vieron la cara, comando de Fantasilandia
Tte. R: ¿entonces?
Tte. P: yo no te voy a ayudar hasta que no me entregues a Esparza. Y olvídate de llamarme, ya cambié mi número y cualquier llamada que entre la van a rastrear
Tte. R: ¿ni siquiera por lo que sentimos alguna vez?
Tte. P: yo no sentí nada por ti, igual que tú, cuando te metiste conmigo sólo para arrancarte del desierto. Permiso, tengo cosas que hacer (se va y le da órdenes al conscripto en la puerta). Si ese idiota vuelve a molestar, avisen a Carabineros.
Ramírez se queda un rato pegado en la reja, pensando, viendo qué hacer con su vida ahora.
En eso, camina hacia un bar, se dedica a tomar, tomar, tomar, tomar, tomar, tomar, conversar con los parroquianos, hasta que el licor hace su efecto, y se pone a armar espectáculo a su alrededor
Tte. R: (en evidente estado de ebriedad) déjenme conchetumadre, si estoy bien, soy boina negra del Ejército mierda
Encargado del bar: sí, claro (toma el teléfono y llama a carabineros)
Tte. R: te voy a hacer cagar el bar si no me traís otro copete, tengo pena weón, tengo pena
Encargado del bar: (por teléfono) aló, carabineros? Estoy llamando de un bar acá en el centro de Viña, en la calle Valparaíso. Sí, es que tengo un personaje que está haciendo problemas acá, y está muy borracho. Dice que es militar, pero por la pinta, no le creo nada. Ya, los espero (corta) Ya amigo, pedí un taxi, lo van a venir a buscar
Tte. R: hic!, No tengo donde ir, nadie me quiere, ni mi institución. Todos me buscan, pero todos me odian
Encargado del bar: tranquilo, amigo, ya van a venir a buscarlo.
A los tres minutos, aparecen los carabineros
Tte. R: (se para, a duras penas) buenas tardes mi cabo
Cabo Rodríguez: qué pasa, amigo?
Tte. R: nah poh, acá, pasando las penas
Cab. Rodr: acompáñeme
Tte. R: ¿dónde me lleva amigo?
Cab. Rodr: no se preocupe, va a estar mejor que acá (lo toma del brazo)
Tte. R: (tironea con el carabinero) nah, yo me quedo acá, salud!
Cab. Rodr: permiso, pero tenemos que llevarlo caballero
Tte. R: ¿y quién soy voh? Un paco cualquiera poh. Yo soy oficial, oficial del glorioso Ejército de Chile, siempre vencedor, jamás vencido
Cab. Rodr: ¿oficial? ¿Tiene su tarjeta de identificación?
Tte. R: ¿y por qué te tengo que mostrar mi T.I.M.*? *(tarjeta de identificación militar)
Cab. Rodr: acompáñeme (lo toma del brazo y lo lleva arrastrando)
Tte. R: si soy oficial poh, suéltame conchetumadre
Entran dos carabineros más, y al final, entre los tres y uno de los comensales, lo toman y lo meten al vehículo policial
Tte. R: RESPETO CONCHETUMADRE, FÍJATE CON QUIEN TE ESTAI METIENDO
Cab. Rodr: (cerrando la puerta) sí, claro, con un borracho jugoso más.
Se lo llevan a la comisaría, lo bajan casi a patadas, se pone más conflictivo aún, y al final, entre tanto tira y afloja, logran que ingrese al calabozo. El oficial a cargo de la comisaría pesca el teléfono, y hace algunas llamadas. Al rato después, entra un oficial del Ejército, con su tenida de combate, al calabozo
Cap. Espinoza: ok, déjenme con él. Yo me encargo.
Tte. R: (aún borracho) sí, ¿quién es?
Cap. Espinoza: ay, Ramírez, Ramírez… quién te viera, y quién te ve
Tte. R: ¿acaso me conoce?
Cap. Espinoza: lo suficiente, teniente, lo suficiente
Tte. R: ¿me vino a sacar? ¿saben quién soy?
Cap. Espinoza: por lo mismo vine acá. Quién pensaría que el alumno ejemplar, el Brigadier Mayor, el paracaídista, iba a terminar raja de curado en un bar de mala muerte en pleno Viña del Mar, haciéndole show a carabineros.
Tte. R: ¿quién es usted?
Cap. Espinoza: no te preocupes, no soy mi mayor Ortega, al que le andabas comiendo la amante.
Tte. R: ¿quién eres?
Cap. Espinoza: permiso, voy a hablar con el oficial a cargo
Luego de dos minutos vuelve, con el oficial
Cap. Espinoza: perdón teniente Muñoz, pero yo me encargo de él
Tte. Muñoz: ¿usted se hace responsable, mi capitán?
Cap. Espinoza: sí, yo me encargo. Efectivamente es oficial, no sé qué le habrá pasado que terminó acá y en esas condiciones, pero no va a volver a molestar. Yo me lo llevo
Tte. Muñoz: (dando la orden) ya, sáquenlo
Abren la puerta del calabozo, y entre dos, se lo llevan al hombro.
Cap. Espinoza: (saliendo detrás de los carabineros) déjenlo en los asientos traseros de mi auto, yo me lo llevo. (desactiva la alarma del auto y abre las puertas en forma remota). Muchas gracias teniente Muñoz, y disculpen aquí al oficial, ha tenido algunos problemas últimamente.
Tte. Muñoz: ¿y si alguien pregunta por el parte policial, mi capitán?
Cap. Espinoza: no se preocupe, aquí nadie vio nada. Además, no hizo destrozos en el bar, así que no hay nada que pagar. Cualquier cosa, me llama y yo hablo con la persona
Tte. Muñoz: hasta luego, mi capitán.
Espinoza se sube al auto, y queda solo con Ramírez, hablándole por el retrovisor
Cap. Espinoza: agradece que quedaste en mis manos, weón.
Tte. R: ¿y quién es usted?
Cap. Espinoza: no soy mi mayor Ortega, así que no te preocupes. Estarás a salvo, pero te va a salir cara la talla.
Espinoza, en su auto, va rápido por las calles del puerto, hasta que llega al regimiento Maipo. Los soldados de guardia le preguntan, él les pide que lo ayuden a bajar al bulto, para dejarlo en el calabozo del regimiento y que manden a buscar al teniente Cabezas, para explicarle lo sucedido, con el que se reúne en la oficina de la guardia
Cap. Espinoza: tengo novedades, Cabezas.
Tte. Cab: qué pasó, mi capitán?
Cap. Espinoza: tenemos un nuevo residente en el Maipo: el teniente Arturo Ramírez
Tte. Cab: ¿Ramírez? ¿Y qué hace acá, mi capitán?
Cap. Espinoza: me llamaron desde una comisaría en Viña, que encontraron a un tipo haciendo show borracho en un bar y que gritaba a cada rato que era oficial del Ejército, pero no tenían como identificarlo.
Tte. Cab: y fue, y…
Cap. Espinoza: sí, era Ramírez, muy curado, y haciendo escándalo. Menos mal que lo reconocí, y que el teniente Muñoz, muy amigo de mi familia, me autorizó a traerlo de vuelta. Ahora está bajo nuestra custodia
Tte. Cab: ¿y qué piensa hacer con él, mi capitán?
Cap. Espinoza: eso le iba a comentar, teniente. Necesito tenerlo lejos de mi mayor Ortega. Nos sirve más acá que a ellos.
Tte. Cab: ya con Esparza metido acá, se me complica encontrarle entretención, mi capitán
Cap. Espinoza: tengo una idea con ustedes tres, pero primero, hay que asegurarnos que estén bien y que mi mayor Ortega ni se entere. Por ahora, necesito hacerlo pasar un susto, y para ello, nos falta Esparza acá. ¿Dónde está?
Tte. Cab: dejando limpia la cocina, mi capitán
Cap. Espinoza: vamos allá, hay que contarle todo
Se van raudos a la cocina, donde estaba Esparza, barriendo los restos de comida, y limpiando algunas ollas
A03: hola Cabezas, qué sucede?
Cap. Espinoza: bienvenido Esparza, tanto tiempo que no lo veía
A03: (sorprendido gratamente) ¡Mi capitán Espinoza! Tanto tiempo sin verlo (le da la mano efusivamente)
Cap. Espinoza: mucho gusto tenerlo por acá, Esparza.
Tte. Cab: la idea de tenerte acá fue de mi capitán, Esparza
Cap. Espinoza: aunque no lo creas, nosotros sabíamos todo lo que estaba pasando, y por lo mismo, te queríamos tener seguro. Eres muy valioso, y no podemos dejarte a merced de la Organización.
A03: gracias a los dos, ¿qué sucede?
Cap. Espinoza: tengo otro invitado más, pero necesito que guarden reserva. Acompáñenme al calabozo del cuartel.
A03: (con cara de pregunta) ¿hay calabozo acá?
Cap. Espinoza: sí, Esparza. Pero no te llevamos allá, sí tenemos a otro prisionero, hasta que se calme
Llegan los tres al calabozo, y ven durmiendo a pata suelta, a Ramírez
A03: (sorprendido) ¿y él?
Tte. Cab: (se acerca a los barrotes) nooooo… no lo creo
Cap. Espinoza: sí, lo pillamos en un bar dando jugo, y menos mal que el teniente de guardia en la comisaría me avisó, antes de mandar a llamar a otro. Así que lo traje para acá, pero hay que hacerlo pasar un susto, no la puede sacar barata. Además está mi nombre y mi carrera en juego.
A03: ¿y cuál es la idea, mi capitán?
Cap. Espinoza: jueguen ustedes, sobre todo tú, que estuviste más en riesgo por culpa de su estupidez. Le concedo el honor de tenerlo como su sirviente personal.
A03: (pone cara de malo) hay harto que hacer en la cocina, pero déjenmelo a mí. Eso sí, que antes duerma y se reponga, no quiero malas caras mañana
Cap. Espinoza: ya Esparza, ya teniente Cabezas. Es tarde, mañana es un largo día, y necesito que estén claros. Buenas noches
A03 & Tte Cab.: buenas noches, mi capitán
Cap. Espinoza: (tocándole el hombro a Antonio) eras bueno, ¿por qué mierda tuviste que irte de baja?
A03: usted lo sabe mejor que nadie, mi capitán

miércoles, 13 de abril de 2016

2x04: Nada ni nadie es lo que parece ser



Antonio caminaba por las calles del puerto muy tranquilo y seguro de todo. Sabía que si se entregaba, él no iba a dar la información que querían tan fácil, y además, les arruinaría el retorno al traidor de Ramírez y el minuto de gloria de Pinto, algo que lo hacía sentir conforme. Aprovechó el obligado paseo para comprar una bebida en el supermercado sobre la estación Puerto, para tomar un bus y partir rumbo a Playa Ancha, al Regimiento Maipo. Eso sí, le asustaba un poco la reacción de los otros militares, al verlo dispuesto a “ayudar”, o hacerles creer eso, para así facilitar los planes. Tenía la sensación de que no era el único que remaba en la misma dirección, y la ansiedad de tratar de conocer quienes y aunar fuerzas también lo tenía un poco inquieto. Afuera de la estación, aborda una micro con destino al recinto militar, al que llega luego de unos minutos de viaje.
A03: (en la guardia, a un conscripto) hola, buenas tardes
Consc07: ¿sí, en qué le puedo ayudar?
A03: mire, ando buscando al oficial de guardia, tengo un problema y necesito hablar con algún mando
Consc07: (dudando) ¿y para qué sería?
A03: es que tengo información de un teniente que andan buscando, y me gustaría hablar con alguien que pudiera ayudar en ese tema
Consc07: (lo queda mirando) ok, espere un momento (pesca la radio) aló, mi teniente? Hay una persona que lo anda buscando
Tte. Cabezas: ¿quién?
Consc07: (a Antonio) ¿su nombre?
A03: (fuerte, para que también se oyera por la radio) Antonio Esparza
Consc07: (repite sin darse cuenta de quién era) dice que se llama Antonio Espino...
A03: (le repite) ES-PAR-ZA, Esparza
Tte. Cabezas: (sorprendido) ¿Esparza? Voy para allá, díganle que espere ahí y que no salga por ningún motivo
Consc07: mi teniente dice que lo espere acá
A03: no hay problema
Dos minutos después, aparece Cabezas, con ojos de huevo frito, mirando a Esparza
Tte. Cabezas: (sorprendido, pero positivamente) ¿y tú? Ven para acá… (lo invita a pasar a una oficina aparte)
A03: (ingresa a la oficina y la cierra, estando aún en shock) ¿Cabezas? Me estai hueveando…
Cabezas deja el fusil a un costado, y abraza fuertemente a Esparza
Tte. Cab: menos mal que estás bien y vivo conchetumadre, menos mal
A03: ¿eres teniente weón?
Tte. Cab: sipo, acá me tienen. Y a ti te busca medio Ejército weón
A03: sipo, “acá me tienen” también
Tte. Cab: ¿y qué cresta estás haciendo acá, querís que te maten? Que mi mayor Ortega te quiere con papas fritas, y ni hablar de mi teniente Pinto, que está vuelta loca porque Ramírez y tú se le escaparon de las narices
A03: es una larga historia, pero por lo mismo vine, quiero entregarme
Tte. Cab: (se borra la risa de la cara) ¿estás loco?
A03: Pinto le ofreció a Ramírez que si me entregaba, él recuperaba sus grados y su carrera. Y ella se ganaba un par de condecoraciones. Y no estoy ni ahí en que feliciten a ese parcito a cambio de mi cabeza.
Tte. Cab: pero no tenías por qué entregarte. Acá nos tienen vueltos locos con tu búsqueda.
A03: ¿y tú, qué cuentas?
Tte. Cab: nada, a diferencia tuya, sí terminé la carrera y acá me tienen, ordenando reclutas, pero ya estoy chato de todo esto.
A03: qué lata, pero es la vida militar, nada que hacer
Tte. Cab: sí, pero yo no me quedé para esto sipo. Pero sé que se viene una próxima destinación pronto, y ahí podré hacer más cosas. Lo que ocurre es que está todo parado, por el tema de los atentados y todo eso
A03: (quisquilloso) ¿y tú, te crees eso de los atentados?
Tte. Cab: ¿la verdad? No. Desde el primer momento supe que había mano negra atrás, por eso encontré más sorprendente cuando te empezaron a señalar como sospechoso, porque yo había visto como sacaban los explosivos desde los arsenales hacia el metro, y luego me enteré de lo que hicieron con las micros y en el Costanera Center. No sé qué mierda buscan con todo esto.
A03: meter miedo en la gente, para gobernarla más fácil. Cuando se agotan las ideas, aplican la campaña del terror para mantener el control. Es una vieja táctica.
Tte. Cab: tendrías que haberte quedado con nosotros. Más gente como tú es la que hace falta acá, y menos Rambos al peo como mi teniente Ramírez… a todo esto, ¿qué es de él?, ¿cómo lo encontraste?
A03: Ramírez estaba secuestrado por sus propios camaradas en el norte, junto con Rafael, mi ex compañero del colegio que me ayudó a entrar al Metro. Ellos escaparon desde San Pedro de Atacama a Calama en vehículo militar, ahí llegaron en bus a La Serena, se cambiaron de bus y alcanzaron a llegar hasta Pichicuy, donde estaban los controles. Ahí, intentaron esconderse hasta que los encontraron.
Tte. Cab: eso se filtró en las filas, y ahí apareciste tú, ¿pero cómo supiste que estaban ahí?
A03: tenía la intuición. Arranqué de Santiago en bus hasta La Calera, de ahí en camión a Pichicuy, y me los topé en la playa, siendo amenazados por otro oficial.
Tte. Cab: armado supongo
A03: un piedrazo certero en la cabeza y directo al piso. Le robé el arma al oficial, arrancamos por la playa, repeliendo tiros de guardias, y después caminando por la carretera. Un camión de un frigorífico nos llevó hasta Llay Llay, ahí logré dar aviso a un amigo, que nos rescató en el hospital, y nos trajo a Valparaíso.
Tte. Cab: me imagino como se debe haber sentido mi teniente Ramírez, más cuando él te trató súper mal allá en la Escuela
A03: un combo en el hocico para su ego, por eso no la pensó mucho cuando Pinto le ofreció entregarme como moneda de cambio
Tte. Cab: se me ocurrió una idea. Espérame un momento acá y sígueme el juego.
Cabezas sale de la oficina, toma el teléfono y realiza una llamada
Tte. Cab: aló, sí, necesito ubicar a mi capitán Espinoza. Es urgente: tengo a Esparza acá en el regimiento: vino a entregarse.
Cap. Espinoza: (tomando el teléfono) aló, Cabezas?
Tte. Cab: sí mi capitán, le tengo novedades: Antonio Esparza vino a entregarse acá al regimiento
Cap. Espinoza: (no lo cree) ¿en serio, Cabezas?
Tte. Cab: sí mi capitán, acá está. Está en la oficina, esperando instrucciones.
Cap. Espinoza: a Esparza hay que retenerlo ahí, pero no dejar que mi mayor Ortega se acerque a él. Nos sirve mucho más vivo y en un lugar seguro que libre por ahí.
Tte. Cab: espero sus instrucciones, mi capitán
Cap. Espinoza: déjamelo a mí, Cabezas. Encárgate tú que esté tranquilo, que no lo pase mal, pero, por sobre todo, reserva con esto. Si alguien más se entera que está en el Maipo, no se van a demorar en ir a buscarlo y llevarlo con las autoridades
Tte. Cab: permiso para hablar con usted mi capitán
Cap. Espinoza: dígame Cabezas
Tte. Cab: esto de la Organización me tiene podrido, ojalá que con Esparza acá, se acabe todo
Cap. Espinoza: a mí también, por eso hay que cuidarlo. Que coma bien, que duerma bien, que nadie lo moleste, y si necesita algo para trabajar, hay que conseguirlo como sea.
Tte. Cab: a su orden, mi capitán
Cap. Espinoza: no olvides Cabezas, esta conversación no existió. Hasta luego.
Espinoza le corta el teléfono a Cabezas, y él vuelve a la oficina a hablar con Antonio
Tte. Cab: ya Esparza, hablé con mi capitán Espinoza. Él se va a encargar de todo. Eso sí, te tienes que quedar acá y aguantar algunos días, hasta que veamos la forma de que salgas con seguridad.
A03: ¿salir? Si yo me vengo a entregar para que no molesten más a mi familia y Ramírez no salga libre de polvo y paja.
Tte. Cab: (se acerca y lo toma de los hombros) tranquilo Esparza, confía en mí. Recuerda que fuimos camaradas de armas, y aunque no lo creas, no todos somos como mi teniente Ramírez o mi mayor Ortega. Yo sí sé lo que es lealtad. ¿Estamos?
A03: ¿y cuál es tu plan?
Tte. Cab: necesito sacarte de acá, en el patio, sin gente, te comento
Salen Cabezas y Esparza caminando, uno al lado del otro, y en medio del jardín, se ponen a conversar
Tte. Cab: Esparza, necesito que sepas que no estás solo en todo esto. Yo sé que te buscan por haber investigado a la Organización, y porque descubriste que gente del Ejército estuvo detrás de los atentados del metro y las micros en Santiago.
A03: ¿y cómo sabes todo eso?
Tte. Cab: como te dije allá adentro, no todos somos como mi teniente Ramírez o mi mayor Ortega. Varios tenemos cerebro y criterio, y vemos cuando las cosas no se están haciendo bien, o se están trasgrediendo los principios básicos de la institución.
A03: ¿y?
Tte. Cab: como también te dije adentro, es gente como tú la que nos hace falta acá. Menos Ramírez y más Esparzas. Lamentablemente, estos weones no se están dando cuenta que el mundo cambió, y en vez de modernizarse y adaptarse a los nuevos tiempos, están pegados en lo que les daba poder, control y estatus. Por eso algunos mandos de acá se aliaron a la Organización, para asegurarse el mando y la plata, sacrificando la tradición de la institución entera.
A03: no sería la primera vez en la historia que instrumentalizan al Ejército
Tte. Cab: pero es la peor, y yo no estoy acá por esto. Varias veces he pensado en irme de baja, ¿pero qué saco con eso?. Es más fácil combatir con todo eso y defender a la Patria desde dentro, que tratar de jugar al terrorista o al investigador privado
A03: ¿y crees que vas a tener éxito?
Tte. Cab: no sé, pero por lo menos no me anda siguiendo medio Chile y avanzo tranquilo, sin levantar sospechas
A03: tú sabes muy bien por qué no seguí allá adentro. Y no habría aguantado mucho tener que compartir filas con gente como Pinto u Ortega.
Tte. Cab: entiendo tu posición, pero vamos a lo importante. Tengo la orden de resguardarte en el regimiento, y la única forma de esconderte, es disfrazarte de empleado o de conscripto. Tú escoges.
A03: conscripto ni cagando, no paso piola tampoco. ¿Qué tipo de empleado?
Tte. Cab: ¿sabes cocinar?
A03: algo
Tte. Cab: ya, ándate de ayudante a la cocina. Y vas a dormir en el catre de la guardia.
A03: ¿eso no más?
Tte. Cab: (se acerca y le susurra) mi capitán dio la orden de retenerte acá adentro, hasta buscarte un lugar seguro, pero no hay que levantar sospechas entre los conscriptos, ya que no queremos decirle nada a mi mayor Ortega
A03: me da risa el trato a los superiores de acá, creo que eso tampoco lo aguanté mucho
Tte. Cab: oye, necesitas algún encargo especial? Comida, dar algún mensaje?
A03: necesito que llamen a la casa de Ignacio, para que avises que estoy bien
Tte. Cab: ya, llama tú mejor (le entrega su celular), pero cortito y con cuidado, que recuerda que si nos pillan, nos vamos todos a la mierda
Por mientras, en la casa de Ignacio
Tte. R: (molesto) ¿en serio que Esparza se fue a entregar?
I04: si no me quieres creer… ¿y por qué tan molesto, acaso tenías otros planes para él?
Tte. R: no les conviene esconderlo. Tengo contactos muy buenos, y… (suena el teléfono de la casa)
I04: Vale, anda a contestar, yo me encargo de este personaje
V05: ya, cuídate
Valentina va a buscar el teléfono, y contesta
V05: aló?
A03: ¿Valentina, eres tú?
V05: (casi pega un grito, cuando se da cuenta que podría ser notada por Arturo) dígame, en qué le ayudo
A03: Valentina, soy Antonio
V05: sí, sí, estoy ocupada (hablando en clave), tengo a un testigo de Jehová intentando evangelizarme, que le dé información de mis creencias para convencerme en cambiar de credo, pero no puedo. Por ahora no puedo comprar sus productos, pero me gustó que me hayan llamado, así que apenas pueda, contácteme y veo si puedo aceptar el plan que me ofrece.
A03: ok, gracias por confirmarme que sigue Ramírez ahí. Hablamos luego, un abrazo.
V05: no se preocupe caballero, gracias por avisar, buenas tardes!
Valentina corta el teléfono, alegre, pero cuando vuelve a la escena anterior, siente que golpean la puerta
Tte. Pinto: Esparza, SÉ QUÉ ESTÁS AHÍ, SAL Y DA LA CARA COMO HOMBRE!
V05: (a Ignacio, que contenía a Arturo) yo me encargo de esta loca. Entre minas nos entendemos (abre la puerta y se encuentra a Pinto, con tenida de combate, y un par de conscriptos acompañándola) ¿sí, a quién busca?
Tte. Pinto: ¿y tú, quién eres?
V05: (la mira de pies a cabeza) la dueña de casa, y si viene alguien en ese tono, a preguntar por alguien que no conozco y reclamando…
Tte. Pinto: no tengo idea quién eres, pero estás mintiendo. Tengo información fidedigna de que Antonio Esparza vive acá.
V05: ¿Antonio cuánto? Aaaah, ya me acuerdo, el niño que se fue hace unas semanas y sin pagar ni uno. También lo ando buscando
Tte. R: (desde la puerta) Pinto, ella está mintiendo!
V05: ¿por qué no aprovecha el impulso y se lo lleva a él? Dice que es militar, pero con esa pinta, no le creo nada. Para mí que está loco.
Tte. P: ustedes están escondiendo a Esparza, y los vamos a hacer hablar como sea
V05: no te tengo miedo. Y no, no sé donde se fue esa persona. Nos quedó debiendo el arriendo más encima. Ojalá lo encuentren.
Tte. P: (recibe una llamada y toma su celular) ¿aló?, no puedo hablar ahora
Tte. Cab: mi teniente, le tengo noticias de Esparza
Tte. P: (se concentra en el teléfono) ¿qué ocurre con ese idiota?
Tte. Cab: nos acaban de avisar que lo vieron rumbo a Santiago, mi teniente
Tte. P: ¿dónde? ¿CAMINO A SANTIAGO?
Tte. Cab: me lo confirmó una persona de confianza, mi teniente. Andaba dando vueltas en Curauma, haciendo dedo para viajar rápido a Santiago.
Tte. P: ya, vamos para allá. Si no lo pillamos en la ruta, lo atrapamos en alguno de los peajes. Gracias por el dato, Cabezas. (corta el teléfono) Ya, se escapó otra vez, me avisó Cabezas que lo acaban de ver en Curauma, tratando de arrancar a Santiago. Vámonos de aquí, Ramírez
Tte. R: (tartamudeando) p-p-p-pero…
I04: (sale a la puerta) no se preocupe oficial, nosotros nos encargamos de él. ¿Cuánto pagan por su cabeza?
Tte. P: no, no hago tratos con nadie...
I04: pero sí con Ramírez. Y sabemos que a él también lo andan buscando, por lo cual, no costaría nada ir a la comisaría a denunciar todo esto, y entregárselo a las autoridades.
Tte. P: hagan lo que quieran con él
Tte. R: (en shock) pero-pero-pero-pero…
Pinto sale furiosa, caminando hacia un vehículo estacionado en las cercanías. Valentina e Ignacio encierran en la casa a Ramírez y empiezan a pedirle explicaciones.
Tte. R: (tratando de mostrarse duro) ¿y me van a decir dónde está Esparza?
I04: no, ni nosotros sabemos. Pero lo que sí sabemos, era que pensabas entregarlo al Ejército, para recuperar tu grado y tus privliegios… ¿no?
Tte. R: (bajando el moño) ustedes no saben por lo que he pasado
V05: (le pega una cachetada) ¡IMBÉCIL!
I04: (la contiene) tranquila, déjamelo a mí (le pega una patada a las canillas, obligándolo a ponerse de rodillas) ¿tú vienes a hablar de dificultad? Todos tuvimos que dejar nuestras vidas en Santiago, nuestra estabilidad y tranquilidad por culpa de tu cagá de institución y sus ganas de mantener el control a punta de meter miedo.
Tte. R: (se pone a llorar) ¡YO NO TENGO LA CULPA!
I04: tú estabas dispuesto a usar a Antonio como moneda de canje, eso ya dice mucho de tus principios y valores
Tte. R: (ahora sollozando) por favor, no me entreguen
I04: debiste pensarlo antes
V05: raro verte llorando pidiendo clemencia, cuando hace 10 minutos andabas chorito exigiendo explicaciones
I04: no me voy a ensuciar las manos contigo. Anda a buscar tus cosas, en cinco minutos te quiero fuera de mi casa
Tte. R: ¿no me vas a delatar?
I04: no es mi estilo, no soy tan rata como tú
Arturo se para con dificultad, sube al segundo piso, aprovecha de meterse a la pieza de Daniela y logra forzar el mueble para sacar algunos discos duros, arma un bolso y baja corriendo, donde Ignacio y Valentina que lo esperaban.
Tte. R: ¿me podrán perdonar algún día?
I04: cuando termine todo, podremos hablar. Por ahora, no te quiero ver nunca más en esta casa (le abre la puerta)
V05: (de brazos cruzados, con fría mirada) espero que Antonio esté bien y lejos de aquí. Lejos de gente tan mierda como tú y la otra teniente
I04: pídele a Dios que él siga vivo. Si no, ya sabemos a quién culpar y buscar para exigir explicaciones
Arturo sale por la puerta e Ignacio da un portazo.
V05: (se acerca a Ignacio) Antonio está bien. Llamó cuando esa teniente armó todo el show en la entrada
I04: ¿se habrá entregado?
V05: no sé, pero no se escuchaba triste ni urgido
I04: eso espero.

sábado, 26 de marzo de 2016

2x03: Cambio de planes



Antonio sabía que lo que venía era complejo. Daniela reuniéndose con un oficial de la Armada en Viña, traspasándole información. Arturo presionado por la teniente Pinto para entregarlo, y así él recuperar su carrera y su status. Martín desaparecido, y sin mayor información. Rafael teniendo que dejar su trabajo en el metro, sobrevivir a intento de secuestro y violación, y ahora de empleado de un supermercado ganando un moco. Ignacio prestando su casa, y arriesgando el pellejo y sus pertenencias, y Valentina abandonando a su familia y carrera. Y todo era su culpa. O así lo sentía él.
El destino de su entorno se desordenó por completo, y sabía que el origen de toda esa revolución era su investigación y su persona. Y ahí estaba él, tirado en la orilla de la playa, mirando al horizonte, cansado y buscando respuestas a su situación, tratando de dar con la solución de este entuerto. Pero también sabía que quedarse donde estaba y como estaba tampoco iba a resolver el problema, por eso, decidió sacudirse la arena, caminar hacia la avenida Perú, ponerse las zapatillas y tomar una micro de vuelta a su casa. Sabía que corría un riesgo enorme, más con Pinto y Ramírez poniéndose de acuerdo para su captura a sus espaldas, y con el oficial conociendo todos sus movimientos, pero, por lo mismo, debía ser más astuto y rápido que sus persecutores. Decidió ir a casa, antes pasando por el supermercado a buscar y avisarle del tema a Rafael.

R07: (al ver a Antonio sudado) ¿y qué te pasó?
A03: (jadeando) es una larga historia, pero te recomiendo que estés atento. ¿Hay algún teléfono del local?
R07: sí, ¿por?
A03: Ramírez con Pinto andan juntos, y esta mina le propuso entregarme con los milicos, a cambio de que él recupere sus grados y su carrera.
R07: (se asusta) ¿y qué piensas hacer?
A03: tengo un plan, pero necesito que sigas mis instrucciones al pie de la letra
R07: ¿qué se te ocurrió?
A03: estoy pensando en entregarme, para cagarle los planes a Ramírez.
R07: ¿estás loco?
A03: sí, pero…
R07: (lo reta) weón, todo lo que peleamos por arrancar del norte, por escondernos acá, ¿y piensas entregarte?
A03: (cabizbajo) te arriesgué a ti, tu familia cree que estás muerto. Arriesgué al Nacho, a la Vale, a Martín, que anda perdido...
R07: (se detiene en ese comentario) ¿no que se había cambiado de bando?
A03: fue mentira de Daniela para justificar la desaparición. Ella sí se cambió de bando
R07: ¿la mina rica con cara de mala?
A03: sí, pero no sé si se cambió de bando, o siempre estuvo de parte del adversario
R07: ¿y para qué me necesitas? ¿O me viniste a avisar?
A03: no, te vine a pedir un favor. Cuando llegues a casa, trata de meterte a la pieza de Daniela y sácale algunos discos duros de los que trajo el otro día y los escondes en un sitio seguro, junto con mi computador
R07: ¿para qué?
A03: tengo una teoría con esos discos, pero no alcanzaré a probarla. Le dejaré instrucciones a Valentina e Ignacio con eso.
R07: ¿cuál es tu teoría?
A03: escuché a Daniela que los sacó de la casa para copiar la información y luego hacerla desaparecer, pero que aún están encriptados. Me tinca que nunca han estado encriptados, sólo que ella no ha sabido traducir la información.
R07: ¿y qué se te ocurre?
A03: traten de leerlos desde mi computador. Te daré la clave, pero no la pierdas. O por último, cámbiala por algo que te acomode más
R07: ¿tienes tú el software que desbloquea los archivos?
A03: no, no es eso, sólo que ella no sabe leerlos. No sé cuánto tiempo estuvo metida en esto, pero parece que la inteligencia es más soberbia que práctica.
R07: (le da un abrazo) cuidate, te queremos vivo
A03: así espero. Y si no vuelvo, cuiden a Valentina.
R07: vas a volver, sé que vas a volver, pero espera un poco (corre a la línea de cajas y saca un chocolate), llévate esto, yo invito.
A03: (agradecido) te pasaste, sé que esto me va a servir.
Antonio sale corriendo del local, para llegar a su casa. Al llegar, se revisa los bolsillos y no encuentra sus llaves, por lo que decide golpear la puerta. Los segundos eran eternos, sentía que cada espacio de tiempo transcurrido le jugaba en contra a sus planes. Cuando sintió la chapa moverse, su corazón andaba a mil. Valentina abre la puerta y lo queda mirando con cara de espanto
V05: ¿pasó algo malo?
A03: (entra rápido a la casa) tenemos que hablar
V05: (lo mira preocupada) me estás asustando
A03: (mira hacia todos lados) ¿hay alguien más en la casa?
V05: sí, está Ignacio
A03: ¿y Ramírez?
V05: no, no ha llegado
Aparece Ignacio en la escena
I04: (trata de calmarlo) te veo nervioso
A03: necesito que me escuchen atentamente con lo que les voy a contar, porque si algo falla en esto, se puede ir todo a la mierda
I04: cuéntanos
A03: Daniela es agente infiltrada de la Organización acá: la encontré hablando con un marino en un servicentro en la recta Las Salinas, en Viña, pasándose información y comentando sobre los discos duros
I04: ¿con los que llegó el otro día?
A03: sí, esos mismos. Parece que es información que robó de los computadores de Martín antes de encontrarnos
I04: ¿y Martín?
A03: según ella, él desapareció el mismo día que nosotros estábamos en Llay Llay. Algo sospechaba él de su traición, por eso se esfumó
I04: (molesto) y a mí no me dijo nada (lo interrumpe) espera, espera, espera un poco… ¿qué hacías tú en un lugar lleno de marinos?
A03: eso es lo otro y más grave: estaba siguiendo a Ramírez, porque le escuché una conversación por teléfono en el terminal de buses de Valparaíso
V05: (se interesa) ¿qué conversación?
A03: estaba hablando con una tal “Maca”, que sospecho que es la teniente Pinto, que se iban a juntar en la noche
I04: (se preocupa más) es Pinto, tuvieron una relación antes.
A03: sí, y luego de eso, lo seguí, rumbo a Viña del Mar. Se bajó en Las Salinas, y ahí pasó lo que vi con Daniela
V05: (sacando cuentas) o sea, Daniela y él…
A03: no tengo idea, pero cuando salí del servicentro donde estaba Daniela y el marino, me topé con Ramírez, y cuando discutíamos, apareció Pinto.
I04: mierda
A03: ahí, corrí a la playa, y por el borde costero arranqué hasta no sé donde, y pude escapar.
V05: yo sabía que el milico andaba en algo raro
A03: ¿y por qué tanta seguridad?
V05: no te había querido contar nada, pero hace varios días lo vi hablando por celular acá en la casa.
I04: (se molesta) ¿y nadie dijo nada?
A03: eso confirma que ese anda jugando para ambos bandos también, por eso, es urgente que haga lo que tenía pensado
I04: ¿qué cosa?
V05: no se te vaya a ocurrir alguna estupidez…
A03: tengo claro que soy el objetivo más valioso para estos tipos. Martín anda fuera de servicio y a Ramírez lo buscan porque anda conmigo. Si yo me entrego, se les acaba el hueveo: a Ramírez no le funciona su regreso triunfal al Ejército, a Pinto no le llega ningún ascenso o condecoración, a ustedes los dejan de molestar, y la información valiosa sigue en pie.
V05: (se asusta) ¿me estai hueveando?
A03: a ustedes les alteré todo su estilo de vida por esta investigación, ahora estamos defendiéndonos con lo poco que tenemos, y más cuando tenemos al “enemigo” durmiendo bajo el mismo techo, y esperando que nos descuidemos para entregarnos en bandeja y arruinarnos todo.
I04: (molesto) pero si tú te entregas, igual estás llegando en papel de regalo a estos tipos, y les ahorras la búsqueda. Y no les va a costar mucho sacarte la información que necesitan.
A03: ¿qué información? Si Martín anda desaparecido y es él el que tiene el acceso a esos datos.
V05: ¿y los discos duros?
A03: sospecho que ella no ha podido desbloquearlos y por eso anda buscando ayuda: por eso llegó con nosotros, y por lo mismo se anda reuniendo con marinos para tratar de desencriptarlos.
I04: ¿y cuál es tu idea? ¿Entregarte y qué? ¿Dejar que te saquen la cresta y que te maten? Porque tienes claro que vivo, o entero, no sales de ahí ni ca.
A03: algo se me ocurrirá, pero la situación acá se hizo insostenible. Si me entregan, luego irán por ustedes. Si me arranco, van a tratar de sacarles a ustedes mi paradero. Pero si voy yo y me presento voluntariamente… les rompo el esquema, y eso nos da algo de tiempo.
I04: ¿tiempo para qué?
A03: para replantear la estrategia. Le dije a Rafael que en mi computador está la forma para desencriptar los archivos de Martín: es un virus que invisibiliza el acceso a los archivos, y la única forma de leerlos es en equipos que lo tengan instalado.
V05: pero cuál es tu plan concreto?
A03: por ahora, aparentar que anda todo normal. Que yo no sé nada, que ustedes no saben nada. Y que tengan mi computador a resguardo, escóndanlo bajo el asiento del auto, en un entretecho, donde sea, pero que ni Daniela ni Ramírez se acerquen a él. Ah, y tratar de quitarle alguno de los discos duros que trajo y leerlos en mi computador.
I04: ¿y cuándo piensas ir donde estos tipos?
A03: veamos qué ocurre esta noche, quiero ver como reacciona el oficial cuando le pregunte por su encuentro con Pinto en la playa.
V05: me da miedo como vaya a reaccionar, acuérdate que él es comando…
A03: (la interrumpe) ¿y?, ya lo vi cagao de miedo una vez. Me paseo en la boina negra. (corta la conversación). Yo me voy a duchar y cambiar ropa, no hay que levantar sospechas. Y ustedes, todo normal, acá no ha pasado nada, no supieron esto, esta charla nunca existió, ¿entendido?
I04: listo, pero sigo preocupado
Antonio sube a su habitación, recoge algunas cosas, toma su ropa y sus útiles de aseo y camina hacia el baño, cuando, se detiene en la habitación que comparte Daniela y Valentina en la casona. La ve entreabierta, y nota que en la cómoda del dormitorio, había un cajón con llave. Intenta sacudir el mueble, pero se da cuenta que está algo pesado. Observa su alrededor, y se da cuenta que hay uno de estos discos afuera, lo toma, lo esconde entre sus cosas, se devuelve a su pieza, lo guarda en la almohada, y se va al baño a tomar la ducha.
Cuando se secaba y cambiaba ropa, escucha ruidos muy fuertes en la casa
Tte. R: (golpeando la puerta de la casa) ¿Esparza? ¿estás ahí?
I04: (sale a abrir) ¿sí? ¿qué sucede?
Tte. R: (entra corriendo) ando buscando a Esparza, ¿dónde anda?
I04: (lo frena) Antonio no ha llegado aún, ¿qué pasó con él, algo grave?
Tte. R: (se intenta calmar) eeeeh, no, es que me preocupé por él
V05: (baja corriendo por la escalera a ordenar la situación) ¿y tú dónde andabas?
Tte. R: (nervioso) emmm, yo salí a correr
V05: pero no te veo sudado ni mucho menos, ¿en serio que estabas corriendo?
Tte. R: sí, y permiso, me voy a duchar
Antonio escucha esto, se termina de cambiar ropa en cámara rápida, saca sus cosas del baño, las tira a su pieza, y se encierra en la habitación de Valentina, esperando que Ramírez pasara de largo, quien entra primero a su dormitorio.
Tte. R: (al ver las toallas húmedas en la cama de Antonio) este weón está acá o anda cerca (toma las toallas con furia y las tira lejos)
Ramírez toma otro juego de toallas, algo de ropa, se mueve al baño, donde se encierra y empieza a hablar por teléfono.
Tte. P: ¿y, qué pasó con Esparza?
Tte. R: nada, arrancó por la playa y no apareció.
Tte. P: ¿pero ya estás en la casa?
Tte. R: sí, pero parece que se duchó, se cambió ropa y se fue: encontré una toalla húmeda en la cama y en el baño aún hay olor a shampoo recién usado
Tte. P: espero que no sospeche nada, porque lo necesito hoy para informarle a mi mayor Ortega
Tte. R: ¿y quién te dijo que yo te lo voy a entregar?
Tte. P: (molesta) esa era la oferta Arturito, no te olvides
Tte. R: ¿y si lo entrego yo? Total, yo lo tuve que aguantar, sería un premio justo
Tte. P: (irónica) ¡por favor!, ¿se te olvida que a ti también te quieren con papas fritas acá? Si no es porque yo he vendido el discurso de que eres el perro arrepentido, que eres más leal a la institución que a cualquier otra cosa, ahora estarías compartiendo escondite con el desertor ese.
Tte. R: deja pensarlo entonces, ¿o tú crees que es muy fácil llegar y traicionar a este cabro?
Tte. P: estás hecho mierda Ramírez, mírate, gracias a “este cabro” te persigue medio Chile y tiraste tu brillante carrera por la borda
Tte. R: y tú, ¿por qué defiendes tanto a Ortega y esa gente?, ¿tienes algún otro tipo de interés?
Tte. P: (furiosa) ¿qué insinúas, Arturito?
Tte. R: te veo tan preocupada por todo esto, que pienso que tu idea es otra. Ni yo, con lo apasionado que soy, andaría como tú, más sabiendo la mierda que está detrás de la persecución y lo que buscan atrapando a Esparza
Tte. P: (cortante) me gusta mi pega. Punto.
Tte. R: ¿y? ¿cuál es tu oferta ahora?
Tte. P: en una hora más te vuelvo a llamar. Y espero que me digas donde me esperas con Esparza, para llevar el contingente necesario. (le corta)
Tte. R: (a sí mismo) siempre supe que esta mina es maraca, me tinca que se come a Ortega para escalar rápido.
Ramírez abre la llave, se desviste y entra a la ducha, pensando en cómo lo haría para entregar a Antonio sin que se note la evidente traición, pero olvidando un detalle: la habitación de Valentina era contigua al baño, por lo cual, Antonio escuchó todo, quién, aprovechando que el oficial se encontraba ocupado, se arranca de su escondite, le pone llave a la cerradura del baño, y baja raudo por las escaleras.
Tte. R: (notando que quedó encerrado) ¿QUIÉN ANDA AHÍ? ¿QUIÉN MIERDA ANDA AHÍ?
Antonio reúne a Valentina e Ignacio.
A03: listo, me entregaré a las autoridades.
I04: (sorprendido) ¿ahora?
A03: (le entrega las llaves del baño) ahí tienen a Ramírez. De ese, encárguense ustedes. Anda con un celular, así que va a llamar a Pinto en cualquier momento.
V05: ¿y qué hacemos con él?
A03: algo se les va a ocurrir. Por ahora, distráiganlo, tortúrenlo, jueguen con él, necesito que lo mantengan ocupado y cuando llegue Pinto, le cuentan la verdad, que yo ya estoy en poder de la policía.
V05: (lo abraza hasta casi asfixiarlo) cuídate mucho
A03: voy a volver, sé que voy a volver y por fin podremos estar tranquilos y viviendo nuestras vidas
I04: (le da la mano y un abrazo fuerte) cuídate hermano, gracias por todo.
A03: así va a ser, y hay que armar un carrete con todo
Antonio sale y camina a paso firme por las calles de Valparaíso, camino a entregarse ante las autoridades. En eso, Ignacio sube corriendo al baño, le saca la llave a la chapa y se encuentra con Arturo, sólo tapado con una toalla y muy furioso
Tte. R: ¿DÓNDE MIERDA ESTÁ ESPARZA?
I04: (amenazante) primero, vamos bajando el tonito.
Tte. R: dime entonces, ¿DÓNDE MIERDA ESTÁ ESPARZA?
I04: segundo: esta es mi casa, yo decido quién entra, quién sale, quién se queda y quién hace qué cosa aquí. Y fui yo el que te encerré en el baño.
Tte. R: (buscando algo con qué defenderse) Nacho, te conozco desde cabro chico, no me provoques
V05: (llega corriendo atrás) yo te vengo recién conociendo, y sé la clase de persona que eres
Tte. R: entréguenme a Esparza, y acá no va a pasar nada.
I04: ¿y por qué te tenemos que decir?
Tte. R: porque ya llamé a mis contactos para que lo vengan a buscar y llevárselo
V05: ¿y cómo los llamaste, si no tienes teléfono?
Ramírez estaba atrapado en su propia mentira.
I04: y lamento avisarte que Antonio está en este mismo instante entregándose a la policía.

domingo, 6 de marzo de 2016

2x02: Por el Borde

Amanece otro día más en el puerto, y Rafael se preparaba para su debut como cajero del Jumbo de Valparaíso. Se colocó su uniforme verde, y caminó hasta el local, por el cual entró a través del estacionamiento. Ahí, se presentó con la jefa de cajas, quién le indicó que estaría en inducción durante algunos días, conociendo el funcionamiento de todo el tejemaneje del supermercado. El ex trabajador del metro se encontraba muy entusiasmado, aprendiendo trucos y códigos internos del retail. Fue testigo del trabajo de los guardias, de los reponedores, y, a pesar del ánimo, aún no entraba en confianza suficiente, como para entablar conversación con sus compañeros. A mediodía, aparecieron Antonio y Valentina a hacer las compras, a los que saludó
A03: (muy alegre) ¿cómo va, señor cajero?
R07: bien, ahí me tienen en capacitación, conociendo el empleo, el local, entretenido todo
V05: ojalá que salga todo bien, cualquier cosa, cuenta con nuestro apoyo, aunque no cacho nada de supermercados, caja, monedas, pero igual cuenta con mi apoyo
R07: lo sé. Oye, Antonio, anoche el teniente no llegó a dormir, vi su cama hecha y todo en la pieza tal cual, ¿sabes algo?
A03: (se acerca) anoche se arrancó, se fue a tomar y llegó curao a la casa. Tengo miedo que se haya ido de cassette con alguien en el camino.
R07: igual voy a estar alerta acá, aunque dudo que vengan a comprar a este local
A03: hay que estar atento a todo, uno nunca sabe dónde están los de la organización. ¿Y no te costó conseguir el trabajo?
R07: no, menos mal, cuando me preguntaron por qué me habían dado por muerto, inventé una chiva y mostré todos mis papeles
A03: (nervioso) ojalá con eso no nos delaten
R07: ojalá que no, pero yo creo que van a concentrarse en buscarte a ti y al militar
A03: soy la excusa de estos weones, para tapar sus crímenes
R07: ya, los dejo, que tengo que ir a conocer otro sector del local. Hablamos a la noche
V05: cualquier cosa, nos avisas
R07: a la noche les llevo algo para la once
A03: tengo ganas de comer torta...
V05: (lo interrumpe) pero no abusemos de él, si lleva un día. Además, ahora llevamos hartas cosas ricas para el mes
A03: (la mira con cara de "odio" fingido) quiero torta ahora
V05: ya, no te comportes como cabro chico, nos vemos y mierda mierda
R07: gracias Vale, gracias.
Rafael se pierde por los pasillos, mientras Valentina y Antonio se dedican a revisar etiquetas, cuando, de repente, él oye una voz familiar
Tte. Pinto: ¿aló, sí, mi mayor Ortega? Sí, Pinto acá...
Estaba la teniente Macarena Pinto haciendo las compras, al otro extremo del pasillo, y como habla fuerte, se escuchaba en todo el corredor
A03: (se esconde debajo de un catálogo) habiendo tanto supermercado acá en Valpo y esta mina justo se viene a meter acá
V05: (se sorprende) ¿qué pasó? ¿quién es ella?
A03: (debajo de la guía de compras) ella es la ex de Ramírez, y que anoche me pilló en la Quinta Vergara
V05: (extrañada) ¿y por qué te escondes?
A03: ella fue la que los tenía capturados a él y al Rafa en el norte. Él le calentó la sopa, la sedujo, y logró escapar. Pero no sé qué mierda hace acá en la ciudad
V05: seguramente buscándolos
A03: hay que salir de aquí
V05: pero mira al fondo
Venía Rafael, caminando con su jefa, y pasó por el costado de Pinto, quien estaba tan concentrada en su teléfono, que no se percató. Al pasar al lado de Antonio, él se acerca al oído
R07: ya caché quien es, por eso me voy a control de cajas un rato, hasta que se vaya
A03: yo tengo que salir de acá
R07: tengo una idea, espera un poco
A03: sin demorarse
Rafael camina hacia el control de cajas, saca el micrófono del lugar y llama por altavoz.
R07: (por altavoz) a la señorita Macarena Pinto le informamos que sus documentos se encuentran en módulo de Informaciones
Tte. Pinto: (suelta el teléfono) ¿mis documentos? Ya, voy para allá, se me tienen que haber caído cuando saqué plata en el cajero
Pinto se mueve en dirección al lugar donde estaba Antonio, pero maldiciendo tanto al mundo que no se percató que estaban allí. Cuando sale del pasillo, Antonio se apura, toman el carro con Valentina, y parten a la zona de cajas
A03: (le pasa un billete) toma, paga tú, dale unas buenas monedas al de las bolsas, yo te espero a la salida
V05: (recibiendo el dinero) entendido, pero cuídate
A03: voy a estar en la entrada del Easy, vigilando que esta mina se vaya. Apenas te vea por las escaleras, te voy a buscar
V05: cuídate mucho (le da un beso en la frente)
Antonio corre por un acceso lateral, evitando el módulo de informaciones, donde la teniente Pinto insultaba al personal, ya que no encontraron nada. Estaba en eso, cuando se va del local, bajando por la escalera mecánica, y se pierde con rumbo desconocido. Al ver la escena, y unos minutos más tarde, Valentina baja con su carro lleno de bolsas, siendo rescatada por Antonio
A03: pasó el peligro
V05: menos mal, vamos a casa mejor, tengo hambre y me preocupa que esta mina ande rondando por ahí.
Antonio y Valentina caminan por las calles de la ciudad, rumbo a su casa. En el trayecto, él le explica con más detalles de dónde conoce a Pinto, y por qué es tan peligroso que los descubra.
V05: la mina loca
A03: sí, por eso tengo miedo que sepa que andamos en la zona
V05: y ¿en verdad que andaba con Ramírez?
A03: eso dicen, en la Escuela los vi juntos, y ahora, cuando supe que él se acostó con ella para sacarle las llaves y arrancar de su "cárcel" en el desierto.
V05: bueno, siempre he pensado que para entrar a las Fuerzas Armadas hay que ser un poquito loco
A03: ¿un poco?
V05: oh, perdón
A03: (se ríe) no te preocupes, ya lo tengo asumido
V05: ¿y no extrañas ese mundo?
A03: la verdad que sí, pero viendo el mierdal en el que se convirtió, se me pasó la nostalgia
V05: habrías sido bueno eso sí
A03: (cambiando de tema) pero ya no estoy allá, así que a concentrarnos en lo nuestro
Ambos llegan a casa, abren la puerta, y se encuentran con Daniela, quien iba saliendo de la casa
D02: (muy apurada) no me esperen a almorzar
A03: (irónico) hola, gracias por avisar (se encoge de hombros)
V05: nunca la he entendido mucho
A03: a mí nunca me ha dado confianza
Entran a la casa, y se encuentran con Arturo, de delantal y barriendo la casa
A03: estás de nana, Ramírez?
Tte. R: (tomándose la cabeza) no me hagai reír, que estoy con un tremendo hachazo
A03: anoche te tomaste hasta la molestia, te quedaste dormido en el baño
Tte. R: si sé, si sé, si Ignacio me fue a despertar, y me sacó a patadas
V05: permiso, yo voy a la cocina a guardar las cosas al refrigerador
A03: yo te acompaño
V05: ¿y no le contaste a quién vimos en el supermercado?
Tte. R: (se preocupa) ¿a quién vieron?
A03: (bajándole el perfil) ah, a tu amiga Macarena Pinto, andaba haciendo las compras en el Jumbo
Tte. R: ¿y te vio?
A03: no, pero Rafael se dio cuenta, así que la distrajo y pude salir de ahí.
Tte. R: menos mal
A03: no hables tanto, que anoche llegaste como piojo, y no sabemos si a ti se te escapó algo
Tte. R: no desconfíes, huevón no soy
A03: eso espero
Tte. R: ya, yo me voy a duchar, para salir más rato a correr. No quiero ponerme un chancho de mierda por estar todo el día encerrado
A03: sin exponerse sí, más con la loca dominatrix dando vueltas por el Plano
Ramírez se saca el delantal, se pone ropa deportiva y sale a correr, Dos minutos después, sale Antonio a vigilarlo, ya que algo le decía que tuviera cuidado con el oficial. Arturo corrió un par de kilómetros, y a la altura del terminal de buses, ingresó al recinto. Un par de metros más atrás, Antonio lo miraba. Sin percatarse de la vigilancia, Arturo toma un teléfono público, inserta unas monedas, y marca el número que tenía anotado en un papel.
Tte. R: (impaciente) contesta mujer, contesta
Antonio observa la escena desde lejos
A03: ¿a quién estará llamando este tipo?
Tte. R: (le contestan) aló, Maca, estás ahí
Tte. Pinto: oh, el comando se dignó a llamar
Tte. R: cortito, que estoy en un teléfono público
Tte. Pinto: si no estuvieras metido en esto, tendrías un celular caro y con hartos minutos
Tte. R: necesito que nos juntemos hoy en la noche
Tte. Pinto: (sorprendida) oh!, ¿ya pensaste lo que harás?
Tte. R: por eso necesito conversar contigo
Tte. Pinto: eso mismo te iba a decir. Tienes hasta mañana en la noche, si no, tú y tu amiguito desertor se van a ir a ver la sombra en forma permanente
Tte. R: pero, pero...
Tte. Pinto: pero nada, mañana en el mismo lugar, a la misma hora. Y espero que con buenas noticias, chao (corta)
Tte. R: pero Maca... (corta el teléfono) ¿qué mierda hago?
A03: ¿"Maca"?, ¿este hijo de puta se contacta con Pinto?
Antonio entra al terminal, decidido a encararlo, pero a mitad de camino, decide detenerse, y aguardar con calma, esperando los próximos movimientos del oficial. Ramírez sale del recinto, corre por Pedro Montt y Argentina rumbo a Barón, se sube al metro de Valparaíso, y atrás Antonio esperando que llegara el tren, para seguirlo. Cuando el convoy se estacionó en la estación, Esparza cruzó los torniquetes y entró al vagón contiguo al que se subió Ramírez, para ir haciéndole el seguimiento. El ferrocarril avanzó bordeando la costa, hasta hundirse en la entrada a Viña del Mar. Ahí, Arturo se baja en estación Viña del Mar, y sube a una micro, la que tenía como destino Reñaca y Las Salinas. Este detalle fue observado por Antonio, quien tomó otra de otro recorrido, pero con el mismo destino. El problema es que ambas tenían rutas distintas, por lo cual, un par de metros y un viraje más adelante, le perdió el rastro. Ante esta situación, se resignó, y siguió adentro del bus que lo paseó por todo el centro de Viña del Mar. Al final, al ver la recta Las Salinas, se asomó por la ventana, y justo se topó con el vehículo donde iba Ramírez, al que reconoció bajándose de la máquina a la altura de la Academia Politécnica Naval. En ese momento, se paró rápidamente y tocó el timbre, bajándose pasado la iglesia de los marinos. Antonio miró hacia todos lados, pero no encontraba al oficial a la vista. Prefirió cruzar la avenida Jorge Montt y caminar, llegando hasta la escultura de Rodin regalada por Farkas hace unos años. Ahí, le preguntó la hora a un cadete de la Armada que estaba entrenando. Cuando se acercaba a la playa, sintió que alguien le tocaba el hombro
D02: (molesta) ¿y tú? ¿qué haces acá?
A03: (sorprendido) ¿Daniela? ¿Y tú?
D02: (furiosa) ¿me andabas siguiendo?
A03: (extrañado) ¿a ti? No tenía idea que andabas acá, yo vine a pasear un rato.
D02: no me mientas
A03: ¿qué interés tendría en mentir?
D02: te está buscando medio Chile y vienes a un lugar lleno de marinos a pasear.
A03: (indiferente) sé cuidarme solo.
D02: mejor devuélvete a la casa, acá no hay nada que ver
A03: iré a Reñaca un rato y luego me voy a la casa, chao.
Antonio la deja hablando sola, cruza Jorge Montt y entra al minimarket del servicentro del sector, para pasar al baño. Espera un rato adentro, y cuando por fin va a salir, se da cuenta que Daniela estaba conversando animadamente en una mesa del lugar junto a un oficial de la Armada, por lo cual, se mantiene en la puerta del baño, sin que lo noten.
D02: ¿y qué novedades hay con respecto a los discos duros que traje?
Cap. Abar.: por ahora, nada. No logramos aún dar con las claves de los archivos
D02: yo iba a tener acceso a esos documentos antes, pero Martín los encriptó y se los llevó cuando desapareció
Capitán Abarzúa: ¿y no saben dónde se fue?
D02: no, él de un día para otro dejó el cuartel botado y se llevó todo lo que pudo. Sabía que había alguien infiltrado, y prefirió arrancar para que no lo siguieran
Cap. Abar.: ¿y cómo diste con Esparza y los otros?
D02: Esparza cometió el error de tratar de llamar a Martín desde Llay Llay, y como él ya no estaba, contestó Ignacio. Y él, sin querer, me dijo donde estaban y que iría a buscarlos, para llevárselos a su casa en Valparaíso. Ahí, un par de llamadas y búsquedas en Google, y di con la dirección completa.
Cap. Abar. necesitamos desencriptar esa información, para saber hasta qué punto habían llegado y luego destruir las pruebas
D02: yo estoy trabajando para obtener la clave con la que bloqueó esos archivos.
Cap. Abar.: toma (saca un pendrive del bolsillo). esto te puede servir
D02: ¿qué es?
Cap. Abar.: un virus, el que usamos en algunos computadores de la institución para bloquear la lectura de archivos.
D02: ¿pero ya no intentaron con esos?
Cap. Abar.: sí, pero sólo en equipos institucionales. Prueba si en uno de uso particular funciona.
D02: me da miedo perder todo luego
Cap. Abar.: (la toma de la mano) no te preocupes. Cualquier cosa, nos pasas tu notebook después y te lo dejamos como nuevo
D02: gracias, en serio (mira la hora), ya, me tengo que ir, para no levantar sospechas
Cap. Abar.: ¿y se ha sabido de nuevos movimientos de Esparza y Ramírez? Que se está pagando caro por sus cabezas, y estoy a punto de sacarte la dirección a la fuerza, para ir a buscarlos
D02: sí, pero en el día tratan de no estar en casa, para no levantar sospechas. Ah, y que Ramírez llegó ebrio anoche y terminó durmiendo en el baño.
Cap. Abar.: era buen elemento en el Ejército, qué lástima que haya terminado así
D02: ese va a ser su punto débil. Van a caer por ese lado.
Cap. Abar.: (le da un beso en la mano) espero vernos pronto
D02: (le quita la mano) gracias por todo.
Daniela sale del minimarket con rumbo desconocido, mientras el capitán Abarzúa se para y va al baño, donde se encontraba Antonio. Entra al lugar, se lava las manos, se acomoda su gorra y sale, mientras Esparza se escondía en el WC, mirando por la puerta si habían despejado el lugar. Cuando se asegura que ya está afuera, sale del cubículo, se mira al espejo, se lava la cara y se da fuerzas.
A03: otro traidor más. Ya ni en la propia sombra puedo confiar.
Antonio se retira rápido, camina hacia la calle, luego cruza a la playa, y se instala en una banca en plena costanera. Estaba en eso, cuando se sientan al lado suyo.
Tte. R: (sorprendido) ¿Esparza, qué haces aquí?
A03: (le hace el espacio) vine a recorrer la playa un rato
Tte. R: (lo reta) acá está lleno de motes, te van a pillar rápido, ¿por qué estás acá?
A03: quería conocer el sector
Tte. R: (lo toma del brazo) ya, vamos mejor
A03: ¿y tú, en qué andas?
Tte. R: vine a entrenar para este lado, hay máquinas de ejercicio, más espacio y más tranquilo. Ya, vámonos de acá.
Justo se estaban parando de la banca, y aparece la teniente Pinto, corriendo, desde la otra vereda
Tte. P: ¿Ramírez? ¿Esparza?
Antonio se sacó las zapatillas, las llevó en la mano y corrió en dirección a la playa, arrancó por el borde costero, mientras le perdió la vista a Ramírez y Pinto. Al final, producto de la adrenalina, ni siquiera se dio cuenta, ya había llegado hasta la avenida Perú, en pleno centro de Viña. Se tiró al piso, sin saber qué hacer ni dónde ir.